Papel Literario

Récipe para golosos: Víctor Guédez, caza de aforismos

por Avatar Papel Literario

Por NELSON RIVERA

Escribo con la sensación de que son muchas las energías que Víctor Guédez ha invertido para construir El arte dentro del marco y el aforismo frente al espejo (Oscar Todtmann Editores, Caracas, 2022). Obra de acumulación: años de lectura e investigación, años de recorrido bibliográfico, años de andar por ahí en la diversidad de sus ocupaciones —hombre de familia, consultor gerencial, pedagogo, crítico de arte, escritor— siempre a la caza, lector en estado de vigilia que, en medio de un párrafo, digamos que de Susan Sontag o de Félix Ovejero o de Avelina Lésper, detecta la presencia de una frase, quizá la subraya o la resalta, o quizás la anota de una vez, para que ella engrose el depósito de aforismos y otras frases breves que ha ido sumando.

Quiero señalar de una vez que este libro reúne escritura propia —ya lo explicaré— y recopilación. Pero la tarea recopilatoria no es tan sencilla como podría parecer. Hay autores como George Braque (El día y la noche), Paul Valéry (Cuadernos) o Stalisnaw Jerzy Lec (Pensamientos despeinados) que han publicado colecciones de breves. En estos casos, la tarea consiste en leerlos, elegir y copiarlos. Pero hay otros autores, quizás la mayoría, a los que Víctor Guédez les inventa los aforismos. Quiero decir: los detecta en el río de la prosa, los extrae y los plasma en su selección. Cuando el lector se encuentra, por ejemplo, con una frase sonora de Vargas Llosa o de Víctor Hugo, lo que probablemente ha ocurrido es que Guédez ha dado con ella, la ha fijado y la ha incorporado como un pequeño trofeo de su pesca. Una más. Y otra. Y otra.

La práctica de espigar en los textos para obtener de ellos frases luminosas tiene siglos. Los que hoy reconocemos como maestros del género —Oscar Wilde, Voltaire, Arthur Schopenhauer, Friedrich Nietzsche y tantos otros— escribieron artículos, ensayos y libros, y de ellos fueron separados los aforismos o las frases perturbadoras que se han conservado en antologías. Los Pascal, Gracián, Juan Ramón Jiménez, Canetti o Nicolás Gómez Dávila, autores natos de aforismos o formas breves, han sido menos numerosos de lo que puede parecer a priori.

Escritura propia

Tras los textos de apertura —el prólogo de Luis Pérez Oramas y la introducción del autor—, la primera sección del libro se titula “Variaciones sobre el tema del aforismo”. Está conformada por 18 enunciados (El aforismo, por definición, es una definición difícil de definir; El aforismo conduce a la humildad y a la sabiduría; El aforismo muere más por sus excesos que por sus carencias; El aforismo es inconmensurable por sus atributos; El aforismo admite múltiples denominaciones y clasificaciones; y así), cada uno seguido de un comentario de varia extensión.

En esta secuencia de 18 textos está volcada, en su espíritu y contenidos, la amistad del autor con el aforismo. Son sus conclusiones de un trajín de mucho tiempo. Del ir y venir por los atributos, las potencialidades, las recompensas del mundo aforístico. Es aquí donde aparecen tres de los datos sustantivos de la conceptualización de Guédez en relación con el aforismo: su noción de que el aforismo tiene un carácter moral, que potencia las posibilidades del espíritu; la tesis, semejante a la que vislumbró Francis Bacon en el siglo XVII, según la cual el aforismo —como fragmento que ha sobrevivido— es un revelador instrumento del conocimiento; y, consideraciónpersonalísima y mínimamente desarrollada, que dice: el aforismo podría guardar alguna correspondencia con el minimalismo de las artes visuales.

A continuación el que debe ser el mayor desafío que Guédez se impuso como pensador del breve formato: el capítulo “Nuestra visión del aforismo”, secuencia de unas 400 o más frases breves/aforismos, enfocados en el aforismo: despliegue de su afinidad, maduración y fervor hacia el género. Ensayo excepcional en la bibliografía venezolana, escrito como una sucesión de breves de distinto calibre: enunciados, definiciones ajustadísimas, insinuaciones, anotaciones de pocas palabras sobre la fenomenología del aforismo. Encadenamiento conceptual y emocional a partir de fragmentos. En sí mismo —me refiero al capítulo—, sin necesidad de lo que le precede o de lo que le sigue, un libro. Una extraordinaria ejercitación. Hito ensayístico por su formulación y sus aspiraciones. Conjunto que difícilmente podría acomodarse en alguno de los compartimentos habituales. Dato crucial en la ensayística de este primer trecho del siglo XXI venezolano.

El desbordamiento

Las 266 páginas que siguen, organizadas en cinco secciones —(1) Visiones aforísticas del aforismo, (2) Aforismos sobre el arte, (3) Aforismos sobre el artista, (4) Aforismos sobre la obra de arte, (y 5) Aforismos sobre la crítica de arte— desbordan: de unos 800 autores, aproximadamente, se suceden casi unas 3.000 piezas (quizás un poco menos, quizás un poco más), donde se disemina una amplia diversidad, aforismos de pura cepa, reflexiones de corto formato, dictados morales, máximas, definiciones, enunciados del deber ser, aspiraciones, envolturas, aprehensiones, frases fronterizas al lugar común o la autoayuda.

En toda esta gran concurrencia subyace la generosidad de Víctor Guédez, la apertura a su mundo de relaciones. En esa selección, por ejemplo, hay dos frases mías que no tendrían que estar allí, abultando una selección donde hay autores de verdadero genio. Tampoco deberían estar muchas otras.

Pero aquí lo que importa es la bondad implícita: su libro es un ejercicio de puertas y ventanas abiertas. De hecho, una de sus variaciones sobre el aforismo, la que lleva por título “Todos somos aforistas”, Víctor Guédez dice: “Pensamos que todo escritor es potencialmente un aforista porque aspira que de lo que escriba pueda entresacarse una sentencia que sea recordada como una salvadora invocación y promovida como una renovada aspiración. Además, así como Joseph Beuys sostuvo que todos somos artistas, de manera análoga, podría admitirse —y con mucha más razón— que todos somos aforistas. Realmente, como seres humanos, repetimos, recreamos, inventamos, parafraseamos o adulteramos ideas que atienden a las cualidades propias de un aforismo. Cuando enseñamos, aplicamos o generamos un pensamiento, al igual que cuando exhortamos, aceptamos o rechazamos una conducta. Siempre nos fundamentamos en criterios que admiten un enunciado aforístico”.


*El arte dentro del marco y el aforismo frente al espejo. Víctor Guédez. Prólogo: Luis Pérez-Oramas. Oscar Todtmann editores. Venezuela, 2022.