Por MIGUEL MARCOTRIGIANO
I (El ser humano se nutre)
El niño abre el ojo… De inmediato el mundo entero es absorbido por ese vórtex. Se agolpan en la puerta de acceso todas las imágenes bajo todas las formas. Ellas no tienen la culpa, solo son arrastradas por una fuerza que reside en el corazón, más que en la mente. Es la puerta de acceso a través de la cual buscarán refugio las cosas aún sin nombre. Una imagen es un sonido, un elemento borroso que tardará aún un poco en tomar una forma definida. Y aún más en vestirse de palabra.
II (Expresión mediante la palabra escrita)
Hablar, comunicar, expresar, escribir. Regodearse en el idioma. El poeta argentino Juan Gelman, Premio Cervantes 2007, afirmó en Pekín que su exilio de 13 años le llevó a muchos países «pero sólo tengo una patria, la lengua». «Lengua mía fiel, / te he servido. / […] Has sido mi patria, porque me faltaba cualquier otra…”, escribía Czesław Miłosz, condenado a la inexistencia en Polonia, porque todos sus libros habían sido prohibidos, y él condenado al destierro… “Una cosa es la patria geográfica o política. Y otra, la más importante, aquel territorio al que te sientes más íntimamente vinculado y más genuinamente agradecido. Es lo que me ocurre con el español”, Daniel Samper Pizano, periodista y escritor colombiano. «Yo nunca me he quedado sin patria, mi patria es el idioma». Son palabras de la escritora y filósofa malagueña María Zambrano. Otro tanto han aportado, más o menos con palabras semejantes, el portugués Fernando Pessoa, el brasileño Lêdo Ivo, el venezolano Eugenio Montejo… entre muchos más.
III (La madurez lírica)
“Los primeros escritos de un poeta suelen ser egoístas, testimonios exclusivos de una historia individual. Luego, con el tiempo y en ejercicio mismo de la vocación —si se trata de un verdadero poeta, claro está—, sus poemas van rompiendo esos límites estrictos de la experiencia personal y van abarcando temas, problemas, asuntos cada vez más amplios y generales; así, poco a poco, de autobiográficos se convierten en históricos. La madurez de un creador puede medirse por la culminación de este proceso, tránsito más bien, de lo particular a lo general, de lo concreto a lo abstracto. En otras palabras, de la integración del poeta, mediante su obra, en la comunidad”.
(Mario Vargas Llosa, Premio Cervantes, 1994/Premio Nobel, 2010)
IV (El hombre sensible)
El poeta, el escritor, el músico, el pintor, el arquitecto, son personas dotadas del don artístico que es al mismo tiempo un don de la expresión personal y de la comunicación. Y ese “don” con el que viene al mundo exige, entonces, de una formación intelectual, pues la poesía es la conjunción del talento individual y la experiencia personal con la tradición en el sentido del conocimiento universal. Mas un “conocimiento” sensible, el poema, que viene a nosotros con una cantidad de interioridades que, de súbito, se transforma en lenguaje con su estructura (su forma determinada) y lo que se desea expresar (su contenido).
Entonces el poeta —decíamos— abre los ojos sólo para descubrir que no está solo sino que en él conviven todos los hombres. Esos son las formas, los olores, los sonidos que llamaban su atención dentro y fuera del vientre materno. Ese va a ser su mundo interior, conjugado con lo que vaya aprehendiendo del exterior.
V (Su historia lírica)
Como también somos historia, las fechas comienzan a tener importancia. Rafael Cadenas nace el 8 de abril de 1930 en Barquisimeto, ciudad antiguamente llamada Nueva Segovia. Cerca de ella terminan o comienzan Los Andes, según vayamos o retornemos. A partir de 1958 (se comprenderá el salto temporal) la realidad venezolana cambia. Surgen los afamados grupos literarios en el país y con estos las diversas formas de la literatura. Entre tales agrupaciones tenemos Tabla redonda, (1959-1965) de la que formó parte activa Cadenas. Los convidados a la Tabla… consideraban que la revisión del pasado cultural era fundamental para lograr el cambio en la sociedad. Fueron simpatizantes de la izquierda política nacional. Hoy por hoy, Rafael Cadenas marca distancia de esos años. En 2020 declaró al diario El País: «El problema de toda ideología es que ya está hecha, lo cual traba el pensar libremente». El gobierno de Nicolás Maduro se abstuvo de felicitar a Cadenas cuando este obtuvo el Premio Cervantes. En ese momento Cadenas declaró: “No he recibido felicitación, ni la espero. Yo tengo un desacuerdo con el régimen, pero tampoco estoy participando en política”. Su poema más recordado y citado es “Derrota”, que circuló mimeografiado en esos años. Publicado en Clarín de los viernes (31-05-1963) y, luego, en su libro Falsas maniobras (1966).
En la poesía de Rafael Cadenas hay siempre una voz que se autoanaliza, que pugna con un tiempo o un espacio social, primero abiertamente y luego de manera más sutil, a medida que va “introspectando” un cierto orientalismo, de esto irán dando cuenta Intemperie (1977), Memorial (1977)… Hasta el erotismo se reconciliará con estos asuntos en Amante (1983). En 1992 se hará con el I premio internacional de poesía Juan Antonio Pérez Bonalde con su libro Gestiones, que rubricará un nuevo discurso y que cederá espacio a Sobre abierto (2012) y En torno a Basho y otros asuntos (2016), ambos editados por Pre-Textos, para, posteriormente, dar espacio a sus Obra entera (2000), del FCE (México) y Obra entera (2007), también de Pre-Textos (España). Esto, junto a algunas distinciones importantes como el Premio García Lorca (2015) y el Premio Reina Sofía (2018), pavimentaron el camino para finalmente obtener el prestigioso Miguel de Cervantes (2022), el cual recibió hace unas pocas semanas.
VI (De qué habla)
En su obra lírica podemos verificar los temas recurrentes de sus discursos, incluyendo el de recepción del Premio Miguel de Cervantes: la palabra (poesía), la Democracia como modelo de convivencia (ni el poeta ni el hombre son nada si no logran comunicarse), la lengua española (la tradición lingüística), la Libertad, y con esta cerramos el círculo: la palabra, si es respetada y cultivada, permite con su poder generador que el hombre se libere de sus propios límites. La poesía, máxima expresión de toda lengua, se conecta con el lado sensible de la gente, que es mayor y está a más alcance de lo que se piensa.
VII (Un poema…)
¿Quién es ese que dice yo
usándote
y después te deja solo?
No eres tú,
tú en el fondo no dices nada.
Él es sólo alguien
que te ha quitado la silla,
un advenedizo
que no te deja ver,
un espectro
que dobla tu voz.
Míralo
cada vez que asome el rostro.
Rafael Cadenas (Gestiones, 1992).