Por YHONAIS LEMUS
pez cabeza transparente o pez duende
A mi madre, la fuerte y valiente
has sabido adaptarte perfectamente
a tu hábitat desoladora
las tropas no han logrado interceptarte
tanque de guerra
dudo que alguna vez lo hagan
tu ímpetu está en la cabeza llena
del líquido incoloro fluido milenario
contemplativo de ojos más cercanos al alma
que a las superficies
y te muestras
con toda esa confianza
con el escudo rechazas el veneno
de los tentáculos de las medusas
nada te lacera
nada te corroe
te mantienes firme ante el enemigo porque
justamente para ti
el enemigo no existe
tromba marina
pensemos en el desgarro del mar/cielo
un chorro de agua alimentando la brevedad
para qué hablar de la herida que se cierra al tacto
transparente de alguna voz
de esta voz quizás
algo arrojado por la materia blanda nos sujeta
nos hace eco
agujero
de donde nace cualquier articulación
la garganta y su mundo callado o ruidoso latiendo
prefigurando
luego el instante respira en los ojos
del otro lado persiste
eso que perdemos
eso que ganamos
pez luna
como perforación absoluta
estás eclipsando
algún mar
quién te arrancó
pedazo de cielo
dejando
la sed de distancia
red que te une a
cada partícula
tanta claridad ciega
tanta profundidad aleja
con agua salada
el sol enredado en tu carne
una verdad blanca platinada
se acerca cuando doblas el espacio
dentro
de un instante
pulpo anillos azules
baja la noche al fondo del mar y el pulpo le sorbe
con las ventosas de sus tentáculos tinta sombría.
José Emilio Pacheco
la oscuridad borraba la existencia
y aunque la diosa Yhi (1) te dijo
que no había razón para temer
el miedo respiraba en el organismo
en cada particular
de carne temblorosa
la diosa te cubrió el alma expuesta
con su manto de luz
ahora
iluminas con tus anillos cómicos
esta profundidad
novadimia
A mi padre el soñador e inalcanzable
te puse allí en la columna del mar ante
tu propio final explosivo y vas cambiando de color
de enana naranja a enana blanca
sigues aferrada
con tus catorce brazos a algo
no distingo bien a qué y sigues contemplando
con tus catorce ojos en cada mano
la ausencia
la soledad
el silencio
próxima a la salida evolutiva
se apaga tu cuerpo
se alivia tu espíritu
pasas a la fase cercana
de algún centro
luego
la implosión
te acerca
te llevo
pez ceratia
quizás Aristófanes intuía que la raíz del mito del andrógino (2)
estaba atada a ti porque la vida emerge del agua
macho y hembra fundidos que al enfrentarse a los dioses
fueron separados
ahora tú
hembra decidiste no dejar ir a tu macho
conservarlo para siempre latiendo sobre tu carne
comunicados por los mismos vasos sanguíneos
uniste toda dualidad y esa
es
tu venganza
engullidor negro
te nublas
te confundes
cuando la ambición rige tu estómago
y la presa te domina
eres víctima de tu propia
muerte
*Pertenecen a su libro Nagapushpa bestiario marino, ganador del Primer Premio del concurso Metafórica Revista —Argentina—, enero de 2022.
Notas
1 En la mitología aborigen australiana, es una diosa de la luz y la creación, y una deidad solar.
2 Este mito aparece en el Banquete de Platón , concretamente en el Discurso de Aristófanes.
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