Por REINALDO PÉREZ SÓ
1
hay lugares
que se prolongan
donde nuestros cuerpos
pesados se inclinan
y
una gran caída
nos estremece
2
¿piensas en los meses de lluvia?
¿es que habrá algún tiempo
donde pueda sonreírse
sin arrepentimiento?
amé
¿y acaso qué he guardado?
3
hemos
venido a morir
en las piedras de este río
perdimos los caballos bajo el cielo
errantes
uno
a
uno
doblándonos
4
sé que soy la causa
de algún mal
nada encuentran
sino este ser que calla
y que nada sabe
como el viento
5
no debemos mirarnos
si nos sentimos abajo
en el fondo
allá hundidos donde los caballos
son de yeso
las viejas casas derrumbadas
la muerte no debe
ser ese caballo blanco
que nos sigue
6
me despojo del domingo
y me cubro de espanto
hablando solo
junto a estas casas
hoy como este día
cúbreme árbol
cúbreme
7
te van a morir
moviendo los peces ven contigo
altamar
¿qué he amado?
no sé llevo los viejos guantes
escucho los perros
quejándose
ya
lejos
8
no me importo
porque yo no soy
un hecho de importancia
como mi padre
o
como mi madre
ellos eran diferentes
o el pedazo de tierra
tras la casa
eso era más importante
9
con cuántas soledades
no he medido
este bosque comenzado a morir
¿qué haremos con tantos
muertos
arrinconados sobre las sillas?
10
las cosas que quisimos
son
nuestros primeros muertos
ahí nos desdibujamos
ellos nos
sobreviven hablando
bajo
hasta otros
11
estoy mirando ese río
hace rato
abro un cuaderno de notas
para nada
hablé con mis amigos
diciéndoles
éste es mi curso
les enseñé
mis brazos desnudos
y bebimos
durante mucho tiempo
12
buscamos los amigos
y corremos
por los cuartos vacíos
en las calles
los perros reunidos
nos persiguen
hasta los bosques desolados
—ya nuestros padres
han muerto
*Los poemas aquí publicados pertenecen a Solo, publicado por la editorial Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 2021.