Apóyanos

Poemas de Octavio Armand. Selección de Johan Gotera

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Por OCTAVIO ARMAND 

De Quiromancia,

[2014]

Diccionario

¿Palabras? No las busques aquí. No quieren decir nada. Tú y

yo somos las palabras. Yo quiero decir, tú quieres decir. Bajo

el  cielo  de la boca,  en la punta de la lengua, como sed entre

los labios,  digo en  zumbidos  aquí  estoy. Que  tu sed defina

agua hasta que resol sea sombra, hambre sea comer y hombre

mujer. Que la oscuridad defina sol o sal hasta que yo diga tú,

tú digas yo, y nosotros todos. Reloj es  ahora.  Ahora es aquí

o allá, o más allá, o estar solo. Que memoria sea olvido; otra

nieve primavera, donde lluvia sería flor, abeja, fruto, ganas

de beberse un árbol. Querer decir quiere decir espejo es es-

conderte; piel caricia, piel ajena; y labios callar, beso. Sentir

el sentido. Querer querer decir.  Casa  es  dios; juguete niño,

patio; y jugar, esto. Soledad, esto.

[Caracas, 6 de enero 2014]

Albergue

¿Las palabras

o los márgenes?

¿Qué estará

más vacío?

¿Dónde habrá

espacio para ti?

[Caracas, 6 de diciembre 2011]

Alqueón

Sueño la palabra alqueón.

No sé lo que quiere decir

pero la escribo con el aliento

de una hormiga afanosa

para que tú la leas, aquí,

en la primera línea del poema

que también sueño. Y entonces,

puesto que ahora existe, pregunto

¿qué querrá decir la palabra alqueón?

Dímelo tú que has vuelto a leer sus sílabas

y quizá ya sepas despertar en una piedra

o en palabras sin origen, sin sentido,

fósiles vivos, como tú, como yo,

que sueñan, se sueñan, las sueñan.

[Caracas, 4 de abril 2012]

Lección de anatomía

La cabellera de Berenice

El ojo de la cerradura

Los dientes del peine

La garganta de Salang

El cuello de botella

La columna dórica

El árbol respiratorio

Las hojas del libro

La muñeca de trapo

La mano del destino

El índice de anisidina

El talón de pago

El pie de página

El paso del tiempo

[Caracas, 6 de noviembre 2011]

Origami blanco y negro

Me asomo al plumín

y al dobladillo de papel

para encender palabras

que sean cualquier cosa.

La primera letra raspa

con calamar al dobladillo.

La segunda también.

Y la tercera. Todas.

Una a una hacen la noche

del ahora, del ya, este oeste

donde caen soles vencidos.

Así me quito las palabras

hasta quedar desnudo.

Una llama doblada el papel.

Un infinito tan pequeño

que desaparece en la nada.

 

[Caracas, 12 de junio 2012]

Yo

Ese,

el que no

me reconoce;

el que no

me recuerda;

el que menos

se parece a mí.

[Caracas, 19 de febrero 2008]

Laureles

Merecer la sombra del árbol

y el rumor del mar;

merecer el viento que te despeina

para que te veas mejor;

merecer la luz y los colores,

el canto de los pájaros,

el río invisible de la sangre;

merecer el amigo, las mujeres,

el cascarón de la madre,

el nombre del padre;

merecer el poema que lees

y el que escribes,

los mosaicos que pisas descalzo

y las paredes que te ven desnudo;

merecer la palabra que dices,

la que callas, la que olvidas;

merecer tus días y tus noches,

la soledad, las sumas, el cero,

la muerte de tu haber nacido.

[Caracas, 5 de octubre 2013]

De Biografía para feacios

[1980]

Posible poema de amor a la usurera

Mi casa también tiene

un cuarto demasiado grande.

La puerta es de agua.

Crece constantemente.

La única silla está muy lejos,

como si aún fuera árbol.

Aquí no hay nada mío.

El espejo no me devuelve la cara.

Si hay paredes son del vecino

y un viento frío las traspasa

hasta caer poco a poco en los pulmones.

El aire llega siempre cansado.

Yo soy otra pared.

Respiro y tarareo viejas canciones.

¿No me oyes? Cerca de donde tú vives

está mi casa, está este cuarto enorme,

repleto de mil cosas que faltan,

y estoy yo, muy cerca, en un árbol.

Lo único que nos separa son las hojas.

[Nueva York, 19 de agosto 1978]

 

2, Rue Saint Sulpice

Acércate.

Que tu lento nacer

trabaje con otoño

y peso de raíces.

El viento

es tu mejor espejo.

Cada día

tu rostro borrado

se parece más a ti.

[París, 5 de octubre 1979]

Bienvenida

Mi casa es redonda de día.

(Mi casa es redonda de noche.)

Mi casa es redonda en Arlington.

(Mi casa es redonda en Shaftsbury.)

Tiene sólo una puerta.

(Sólo se puede entrar.)

Pasen. En este cuarto imposible

todos duermen gritando mi nombre.

Pasen. Pasen.

Un relámpago perfecto

sostiene las cuatro paredes.

[Bennington, 10 de junio 1979]

De Clinamen

[2011]

Autorretrato

Miro ciego

en un espejo

también ciego

al que fui

y al que seré.

No me reconocen.

En el agua

que se escurre

entre mis dedos

busco al que soy.

No está.

 

[Caracas, 10 de mayo 2009]

Epicúreo

Al vivir oculto le puso cuatro paredes.

En una, la ventana colmaba la vista

de un placer inagotable: el espectáculo

del mar, la fijeza en lo sucesivo, lo cambiante

en lo inmutable, atenuaban con reiterados límites

las angustias del infinito. Una lección de la naturaleza

que aprendía cada mañana al abrir los ojos

o al sentir su corazón en el tumbo de las olas.

Él era un eco de todo aquello que lo acostumbraba al dolor

para gozar de placeres mayores: al tocar la piel marchita

tocaba nubes; y aunque cualquier esfuerzo lo agotara,

al llenar y vaciar los pulmones jadeantes

sentía el trajín del fondo de la tierra.

—Si me quedo ciego, todo seguirá igual

por dentro y por fuera. Recibiré la muerte sin murallas.

Que el faraón se ocupe de su sepultura.

La mía me rodea desde que nací. Desde antes.

Ya en el vientre de mi madre estaba enterrado.

Ahí aprendí a nacer y morir a cada instante.

Ni a la necesidad le rezo. Ni el azar es un dios.

A las otras paredes las llamaba pasado, presente y futuro.

Estaban vacías. Eran también, según él, ventanas.

Como los vanos y la soledad, sus otros trofeos,

disfrutaba la intemperie. Inmensamente rico,

solo deseaba lo que tenía. Lo que daba.

El oro del no. Nada.

[Caracas, 5 de marzo 2010]

 

De Origami

[1987]

Autorretrato sin mí

En el espejo

descubro

—empañado, roto, solo—

el

espacio sin lugar que ocupo.

Desde el centro del círculo

salto

hacia adentro.

Es ahí

donde ceremoniosamente

mascullo

mi oscuro inventario.

Relámpago y ceniza.

Sangre y abluciones.

Una mitad memoria

y otra olvido.

¿Cuál es cuál?

[Nueva York, 10 de septiembre 1984]

Aldaba

Con el cielo entre dos hojas.

Con las mitades de una despedida.

Con la más simple escasez.

Así levantarás cuatro paredes.

Así harás tu casa.

[Nueva York, 27 de julio 1984]

 

De Concierto para delinquir

[2015]

Chinatown

Bulle el Barrio Chino

Las fichas de mah-jong traducen

La algarabía de los jugadores

¿Qué traducirá mi silencio?

En Canal los olores suenan

Y los sonidos huelen

¿A qué huele mi silencio?

¿Cómo suenan mis huesos?

¿Cómo suena mi piel?

Cuencos y kuàizi sobre las mesas

Pido cubiertos, solo hay 筷子

Me digo: hoy comerás

Con un par de lápices

Mañana escribirás

Con tenedor y cuchillo

En Grand me asomo al mercado

El pescado fresco son peces vivos

Moscas, precios, ideogramas

Sobre el mostrador el pez se sacude

Para espantar el cuchillo

Que le ha cortado la cabeza

Y le ha vaciado las vísceras

Ideogramas, precios, moscas

Unos cangrejos escapan

De la mole de cangrejos

Y huyen por la acera como ideogramas

Trazados por una mano invisible

Hasta que la mano del vendedor los borra

Sigo por Grand con agallas y escamas

Al cruzar por Mott tengo muelas

Ojos compuestos y pedunculados

Vacío como el Tao me borro y sigo

Sigo hasta aquí

[Nueva York, 27 de agosto 2011]

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