Por IVANA APONTE
Migración
Dejar la tierra es herida y cicatriz
Algunos salen con un raspón
de la primera caída desde la bicicleta
o las marcas de las primeras vacunas
Otros exhiben en sus dedos cortes de papel
presentan documentos migratorios
solicitudes de asilo o refugio
Hay manos que presentan picaduras y ampollas
Hay suturas bellas
bajo textiles caros
y ácido hialurónico
Hay queloides también
que crecen y deforman
por descuido, condición genética, mala praxis
un seguro impagable
o un hospital en ruinas
Pequeñas, grandes
cortas, largas
huellas de navajas
quemaduras y balas
Hay cicatrices hechas tatuajes
testimonios y relatos en tinta
Hay cicatrices bajo la piel
que afloran por fotografías
pesadillas, libros
canciones, noticias
voces de videollamadas
voces grabadas y reproducidas una y otra vez desde el celular
Dejar la tierra es negación y resiliencia
desarraigo y nostalgia
Es instinto de supervivencia
sobre nuestro manto de retazos geopolíticos
raídos y vueltos a remendar
Lazos
a Carola
La cuerda
llama a los cielos
suspende
enmudece
*
Ariadna, me guías hasta la belleza.
Por favor, sácame del laberinto.
Escucho a quienes me llaman.
Sus voces están en mi mente y en mi corazón.
Escucho el viento, escucho los pájaros.
Escucho la lluvia, huelo la tierra húmeda.
Veo sombras que opacan los colores.
Hay ruidos que distorsionan los violines.
El llanto me hace ver hilos colgantes.
Sácame de la caverna, por favor.
*
La respiración aúna la vida con el ser, Ariadna.
Inhalemos.
Como personajes de Chagall.
Como nubes de Calder.
Como el aire de Velázquez.
Elevémonos.
*
Los seres preciados despiertan el instinto de muerte. El amor se enraíza, sus ramas abrazan los cuerpos. Teme por su abrupta desaparición.
*
La cuerda está rota, Ariadna.
Puedo ver las luciérnagas.
Coraza
Un cuerpo áspero
opaco
se entrega a otro
displicente
da efímero placer
deja su olor
su acritud
y su piel muerta
Una máscara sonriente
oculta la pena
La ropa larga y angosta
encubre el descuido
los meses de abandono
Vergüenza
Un cuerpo cansado
hastiado
desnutrido
que cree en el deber
extraña el origen
y anhela la tierra
fundirse con la tierra
Sueño verde
Veo tus manos en la penumbra
y en las hojas
acariciadas por el viento
toman los hibiscus
para la amada
que llora frente al mar
Las manos escriben palabras
Palabras de risa
de fuego
de agua
de anhelo
Palabras tejidas de luces y brisa
caribeña
Palabras para la amada
triste
Las manos tocan el aire
siluetas ilusorias
el rostro lejano
los recuerdos arrancados
por la peste
Mis ojos buscan las manos
buscan sus bifurcaciones
la piel erizada
el instante del consuelo
el tiempo detenido
Memorias
Orquídeas y copihues
las posé en mi pecho
y en mi vientre
secas están adheridas en versos
partituras
bildungsromane
conmigo estarán
hasta la última exhalación
o el próximo destierro
*Ivana Aponte. Licenciada en Letras de la Universidad Católica Andrés Bello y magíster en Literatura de la Universidad de Chile. Sus poemas han sido publicados en Venezuela, Colombia, Chile, Estados Unidos y Puerto Rico. Su primer poemario, Afectos, fue publicado por LP5 Editora en abril de 2022 y una selección de su obra está por publicarse en A Scar Where Goodbyes Are Written: The Poetry of Venezuelan Migrants in Chile (LSU Press, 2023). Desde 2017 vive en Santiago de Chile.