Por CECILIA PAVÓN
De Cosas que aprendí de mis alumnas de poesía (2022)
Dead name
El origen de los nombres es algo en lo que pensamos
eternamente
―¿por qué me llamo así y
es este mi dead name?―.
Elijo creer en la capacidad musical del poema
un poema como una caja vacía en la que voy
guardando cositas talladas durante el día.
Aunque esta idea es demasiado simple,
¿cositas talladas como qué?
un momento de furia es una cosa tallada
que se vuelve música,
mi corazón como orfebre
(pero esta es una idea demasiado simple)
un paisaje lleno de dioses: escribo para olvidar mi nombre
muerto.
Psicogeografía
Agradezco el poema que llega solo, como un regalo del
invierno
mientras camino por este barrio
donde mi angustia está de alguna forma disuelta en el agua
de los canales,
en las flores que plantó la ciudad
o fraguada en el cemento
de todas las nuevas construcciones.
Ahora que vengo acá y soy feliz
lloro por todas las lágrimas
que vertí hace diez años
cuando tenía un bebé
y estaba sola
y no sabía qué hacer los sábados de sol.
Solamente tomarme un taxi y encerrarme con mi hijo en el
cine.
Helecho
Si llega el apocalipsis,
que me encuentre comprando plantas.
Eso pensé cuando vi un helecho del que me enamoré
en Rivadavia y Uriburu.
Me lo vendió un chico paraguayo,
más que un helecho era una cascada
su cabellera verde caía a borbotones
desde una maceta de plástico colgante.
Pagué por él 800 pesos
lo traje caminando hasta mi casa.
Para que algunos de sus tallos larguísimos no tocaran la vereda,
tuve que extender los dos brazos en alto y sostener la maceta
sobre la cabeza.
Todo el mundo me miró durante esas siete cuadras
pero yo sentí la presencia de Dios
sacándome una foto desde el cielo.
No sé si la poesía puede cambiar la realidad
pero en una lectura de poesía cualquiera
antes de tomar el micrófono,
me encanta pensar
que el aleteo de una mariposa
en Sri Lanka
puede provocar un huracán
en Nueva York.
Bueno, no en una lectura cualquiera
en una lectura en un sótano de la calle
Marcelo T de Alvear
que es a donde voy siempre cuando cae el sol
a escuchar poesía.
No sé por qué pero siempre pasa que
de la nada me dicen que presente a las poetas.
Presentar poetas es lo que más me gusta en la vida
y yo agarro el micrófono y pienso
solo lo pienso, no lo digo
que quizás aquí
alguien escuche hoy
algo que le cambie la vida
y esa vida haga que otras vidas
también cambien
y otras y otras.
Tengo una infinita fe
en que la poesía puede
cambiarte la vida.
A mí me la cambió
pero jamás diré cómo
(porque es un cambio que nadie ve).
De La libertad de los bares (2020)
Miedo
A veces, cuando me acuesto en mi cama
y hablo sola en la oscuridad
pienso
que me gustaría ser un hada.
Que vuele de escuela en escuela
y haga que ningún niño sienta miedo.
Las hadas ancianas también existen,
¿no?
Me gustaría ser un hada anciana
y enseñarles a los niños a no tener miedo.
De La crítica del arte (2016)
La crítica del arte
Una vez conocí a un crítico de arte que no podía amar,
solamente decir si una obra era buena o mala.
Aunque en eso también se equivocaba porque al faltarle la
fe principal de todas, la llama que mueve el mundo y
todas las cosas, siempre elegía obras intrascendentes.
Obras nacidas de la indiferencia y no de la empatía.
Él afirmaba que a las obras de arte no les importaba el
mundo, y siempre citaba a un artista conceptual
que había enterrado una escultura para que nadie la viera.
Yo, por mi parte, no iba a museos hacía años, porque la
pintura me había dejado de emocionar.
Un día que nos encontramos a tomar un café, le dije:
“Yo creo en el amor, la fe principal de todas, la que mueve
el mundo y todas las cosas”.
Pero apenas terminé de pronunciar la frase me di cuenta
de que mi corazón estaba helado
y mis ojos eran dos rocas enterradas para siempre en el mar.
(De Cada día es único aunque parezca igual 2012)
Teatro
El amor es más intenso que las palabras
y cuando somos felices durante el teatro
sabemos que el amor está detrás del teatro
que el amor está después del teatro.
(Quiero hacer un collage que sea
mitad imagen
mitad no imagen
mitad música
mitad no música).