Por ANDRÉS BELALBA
El galgo esperaba a su dueña temblando
en la puerta del supermercado
ella había desaparecido de su espacio visual
El galgo me miraba de vez en cuando
aunque su olfato había detectado que yo era un impostor
Al pasar por su lado entendí que los perros
nunca nos traicionarán
aunque a veces nos muerdan
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El último perro nos mirará
igual que el primero
el último perro desconfiará de ti
al acercarte igual que el primero
el último perro se dejará acariciar
por ti igual que el primero
el último perro aceptará de ti
el primer trozo de comida igual que el primero
el último perro te seguirá hasta tu muerte
igual que lo hizo el primero
el último perro lamerá tu cuerpo muerto
igual que lo hizo el primero
el último perro era dios y nadie creyó en él como
—a pesar de toda la bajeza humana—
él creyó en nosotros
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Abres la puerta de la jaula
y el pájaro duda en salir
se acostumbró a la rutina de observar
el mismo paisaje día tras día
se acostumbró a que le pusiéramos
agua y comida
castramos su alma hasta que su instinto
en un violento despertar
lo invita a que emprenda la huida inevitable
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No soportamos la mirada de un animal
envidiamos su alma
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Los pájaros vuelan distinto en el poema
sin nostalgia de vuelos pasados
ofreciéndonos todas las palabras del aire
para intentar reconstruir el lenguaje
del que nos han arrebatado
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¿Por qué sentimos nostalgia al ver la jaula vacía?
¿Es por darnos cuenta de que nunca seremos pájaros?
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Las madres son las únicas que saben mirar como los animales
y sentir el vértigo anticipado del instinto
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Los animales son los únicos que miran con todas sus fuerzas.
Somos tan soberbios que no aceptamos esa mirada como espejo
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El tiempo no se pierde
se acaba implacablemente
por eso los humanos no soportamos
que los animales vivan sin tiempo
y siempre pensamos en matarlos
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Los gestos de cariño de sus dos perros, evitaron que un
soldado americano que estuvo en Vietnam se suicidara
aquella noche. Ese gesto que no tuvieron algunos para evitar
la masacre
*Los poemas aquí ofrecidos pertenecen al libro Animal humano humano animal (La Garúa Libros, España, 2023). Su autor, Andrés Belalba (1981), es venezolano y reside en España. Ha publicado previamente Poemas de mi propio bolsillo (2015) y Sin conciencia no somos nada (2021).