Por LUIS FERNANDO CASTILLO HERRERA
La política exterior de cualquier país constituye uno de los pilares más elementales para el buen desarrollo de las relaciones bilaterales y multilaterales, muy necesarias para la sana convivencia regional y mundial. En este sentido, la Universidad Metropolitana, a través de su Departamento de Humanidades, desarrolló un nuevo espacio para el debate, un nuevo destello de luz académica en medio de la voraz oscuridad que nos persigue en estos tiempos de crisis y pandemia. En esta ocasión, el Pensamiento Venezolano Contemporáneo: Internacionalistas fue el centro de análisis, el evento reunió a un grupo de autorizadas y destacadas voces femeninas que atendieron el pasado 1º de febrero de 2021 el punzante problema de la política exterior.
En este sentido, Grecia Benayas, María Teresa Romero, Mirna Yonis, Elsa Cardoso y Beatriz de Majo completaron un selecto panel, que a través de las ya habituales plataformas de comunicación web, realizaron un sucinto y estructurado repaso por los temas de mayor interés en materia internacional. Cabe destacar que la actividad corresponde a una iniciativa impulsada por el historiador David Ruiz Chataing, quien, además de cumplir como moderador, es el principal promotor de eventos similares.
Pensamiento Venezolano Contemporáneo: Internacionalista no atendió un tema aislado, o desconectado de nuestra realidad nacional, por el contrario, las cinco conferencistas que se dieron cita en el desarrollo del evento nos reiteraron el rol vital que juegan las relaciones internacionales, mucho más cuando los nuevos vientos políticos que se desplazan desde el norte, con la elección de un nuevo presidente en Estados Unidos, nos mantiene expectante de venideras acciones que pueda estar desarrollando la Casa Blanca de cara a Latinoamérica con Joe Biden como la nueva y principal figura de la política estadounidense.
En este sentido, la doctora María Teresa Romero, embajadora de Venezuela en Guatemala, fue la encargada de cortar el celofán con su disertación La política exterior de la democracia venezolana 1958-1998. Se trata de uno de los capítulos más importantes dentro de la historia de las relaciones internacionales en Venezuela, el final de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez abría las puertas de un porvenir dichoso, la democracia tocaba las puertas de los venezolanos y con ella nuevas formas de convivencia en la región, las dictaduras militares poco a poco estaban reculando y la participación de Estados Unidos en la necesaria reconstrucción del tejido democrático latinoamericano se transformaría en una variable muy significativa, nos comentaba María Teresa Romero.
La doctora Romero explicó detalladamente la existencia durante aquel periodo 1958-1998 de un insistente esfuerzo que buscaba sostener una línea de continuidad, donde las normativas y pautas del comportamiento democrático fuesen el objetivo de un futuro ideal. De manera que el diálogo, el respeto a las reglas nacionales e internacionales constituyeron el piso sólido por donde transitarían las relaciones en el continente. Por supuesto, en el caso venezolano, la naciente democracia tuvo que lidiar con más de un tropiezo, muchos de ellos asociados con viejas y deformadas relaciones exteriores, probablemente el caso más llamativo lo constituye el atentado a Rómulo Betancourt en 1960 por órdenes de quien detentaba el poder en República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo.
Aquel largo periodo también estuvo demarcado por la lucha contra el comunismo, que contrastaba con la fuerte presencia soviética a través de los diferentes partidos que hacían vida en el continente americano. María Teresa Romero también llama nuestra atención hacia el llamado ideal americanista, que recorrió el espíritu continental durante el lapso ya demarcado, en este sentido, la política exterior de mediados del siglo XX estuvo inclinada hacia la necesidad de un proyecto de integración no sólo con los países latinoamericanos sino además con Estados Unidos.
Más adelante, la palabra fue asumida por Mirna Yonis, con su intervención La política exterior de Venezuela ante el Caribe, presentación que nos develó el paisaje variopinto que el Caribe dispone para las políticas internacionales, donde Venezuela claramente debe participar. Se trata de un entorno heterogéneo, de notables diferencias culturales e incluso lingüística, la composición de las Antillas mayores y menores representan el tablero donde se toman importantes decisiones para el futuro multilateral del país, explicó Yonis.
De seguida, la doctora Elsa Cardoso realizó una clara intervención, que como bien lo expuso, se trató de un “llamado de atención desde el presente y para el presente”, su disertación Las relaciones internacionales de la revolución bolivariana apuntó decididamente hacia una evaluación de la política exterior del gobierno que sostiene el poder en Venezuela desde hace más de veinte años. Cardoso considera que esta línea de investigación representa una de las tantas variables que nos permiten no sólo entender el rompecabezas de la Venezuela actual, sino además avanzar sobre las bases claves para una reconstrucción nacional.
El balance que nos devela Elsa Cardoso a propósito de la veintena de años de la Revolución Bolivariana es negativo, “se trata de un régimen híbrido que se ha transfigurado ya en un autoritarismo cerrado”, donde es evidente la destrucción del aparato económico nacional y una flagrante violación de los derechos humanos, al punto que ninguno de los índices internacionales expone cifras favorables para el caso venezolano, puntualizó Cardoso. Todo ello, sin mencionar el errático desempeño con respecto a las relaciones internacionales, donde incluso las reclamaciones territoriales han demostrado la incapacidad para sostener una política exterior coherente y firme. Probablemente el mejor de los ejemplos lo encontramos en la disputa por el Esequibo, donde incluso el otrora presidente Hugo Chávez afirmó que aquella disputa quedaba saldada y Venezuela no exigiría el reintegro de aquel territorio. Como sabemos, en la actualidad, y debido al desarrollo desatinado de las conversaciones bilaterales, Venezuela se encuentra al borde de un precipicio que podría costar la pérdida definitiva del caso Esequibo.
Al mismo tiempo, Cardoso nos apunta que la política internacional venezolana de las últimas dos décadas sólo evidencia acciones, alianzas y relaciones diplomáticas que más allá de abrir el camino hacia la necesaria transición política sólo expresan los más profundos deseos de quienes ostentan la conducción del país. En tal sentido, las múltiples acusaciones, denuncias y sanciones contra personeros oficialistas, asociados con negocios ilícitos y las maltrechas relaciones con Estado Unidos, afecta al ciudadano común venezolano y también generan un importante escenario de inestabilidad en la región, cuestión que el gobierno desatiende ampliamente.
Por su parte, la destrucción del Estado de Derecho sólo abriga mayores dificultades para el país, todo ello traducido en la descomposición de instituciones económicas, políticas y sociales, recalcó Cardoso. Aquel escenario se mantiene en gran medida atascado como si se tratase de fango resbaladizo, debido al apoyo ostentado por el gobierno nacional con naciones como China y Rusia, proveedores de ciertos réditos como respaldo ante la Organización de las Naciones Unidas y principal muro de contención ante un hipotético proyecto de transición política en el país.
En esta misma línea de evaluación de las relaciones internacionales de Venezuela, Beatriz de Majo adelantó con su exposición Diplomacia en tiempos turbulentos, Colombia ante la revolución bolivariana los diversos escenarios y factores que determinaron la notable ruptura entre los dos países durante el periodo 2002-2019. Para Beatriz de Majo, la política antiterrorista encabezada por Álvaro Uribe Vélez y el respaldo de la Casa Blanca constituyó el camino espinoso de las maltrechas relaciones entre Hugo Chávez y el presidente colombiano, principalmente por la cercanía del primero con la guerrilla, cuestión que avivó hasta las posibilidades de un conflicto militar entre Venezuela y Colombia. “El franco acercamiento entre la guerrilla y el gobierno venezolano durante la presidencia de Hugo Chávez y la política de no negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia por parte de Uribe Vélez agravó drásticamente las comunicaciones entre ambas naciones”, señaló Beatriz de Majo.
Finalmente, Grecia Benayas fue la encargada de cerrar con su ponencia La diplomacia digital, un tema que indiscutiblemente se encuentra asociado a nuestros actuales y agitados tiempos, donde el uso del Internet y las tecnologías de la información y comunicación representan el péndulo que mueve la interacción mundial. Indiscutiblemente la pandemia mundial ha visto maximizado el uso de los canales digitales, generando también una nueva dinámica con respecto a las relaciones diplomáticas, con mucha más frecuencia apreciamos en las diferentes redes sociales el espacio propicio para la obtención de información proveniente de embajadas, cancillerías e incluso es atípico que una figura política no se comunique a través Twitter.
Desde la interpretación de Benayas, presenciamos la nueva cara de la diplomacia mundial, una donde la emisión de mensajes digitales cobra mayor auge, incluso en las comunicaciones oficiales, desarrollándose en tiempo real con un alcance y veracidad significativa. Diversas plataformas como Twitter e Instagram se posicionan como redes sociales que también proporcionan el espacio propicio para el desarrollo diplomático. El impacto de estas formas modernas de comunicación es tan marcado que han generado notables escenas, algunas de ellas bastante polémicas, como la protagonizada por Donald Trump, a quien se le canceló su cuenta en Twitter.
Pensamiento Venezolano Contemporáneo: Internacionalista, una iniciativa de la Universidad Metropolitana, abre la claraboya que permite ahondar sobre uno de los temas más delicados en los últimos años, las relaciones internacionales. Grecia Benayas, María Teresa Romero, Mirna Yonis, Elsa Cardoso y Beatriz de Majo lograron exponer de forma clara un panorama que en la actualidad representa el mayor porcentaje del futuro político de Venezuela, donde el Caribe ya no simboliza la red de alianza amparada bajo los altos precios petroleros. De igual manera, las relaciones con Estados Unidos son cada vez más tensas, quedando en suspenso las acciones que el nuevo presidente Joe Biden pueda asumir de cara al tema Venezuela. Por su parte, Colombia mantiene una postura favorable hacia las políticas norteamericanas, cuestión que genera roces directos con el actual mandatario Nicolás Maduro, todo ello en medio de un escenario político-digital ampliado por la presencia del covid-19, virus que acecha a la humanidad.
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