El 14 de diciembre será inaugurada en el Museo de Arte Afroamericano La estética de la materia, la más reciente exposición del artista Pável Ruiz
Por ELÍAS CASTRO
Los modos de representación de la plástica de nuestro tiempo han impulsado las posibilidades expresivas de los medios de representación visual. Color, materia, textura y todos los componentes que conforman la obra de arte adquieren valor en sí mismos, en detrimento de la función imitativa del arte. Pável Ruiz, joven y polifacético artista venezolano, ha asumido esta ruta en el trabajo que muestra en los espacios del Museo de Arte Afroamericano. En esta oportunidad, Pável se adhiere a una estética inscrita en lo más representativo de la tradición informalista y matérica de la pintura venezolana, tanto en su vertiente expresionista, como en la asociada al gusto por lo geométrico. Su trabajo evoca, con frescura, lo más representativos de los maestros de esta tradición artística venezolana de la segunda parte del siglo XX, asumiendo una posición como creador que reconoce, sin falso moralismo, las fuentes de su propia creación. Así, reúne en esta muestra expositiva el producto de su trabajo con los medios expresivos que vehiculan mejor su interés por la especificidad de lo puramente plástico: la materia texturada y el color, integrados con objetos, en una unidad orgánica, coherente, meditada.
El informalismo, como discurso plástico dinámico, permite al artista oscilar con comodidad entre la geometría y el gesto libre, sin olvidar las posibilidades expresivas y comunicativas del empaste, de la mancha y del color. Esto presupone un estudio pormenorizado de los códigos de esta gran tendencia, que se desenvuelve con soltura tanto en el paroxismo sígnico más agitado, como en el materismo más comedido. Éste último es el caso de Pável: no es el gran gesto informal, la gran mancha desbordada, el carácter predominante en su informalismo. Por el contrario, su énfasis en la materia y la textura coloreada está consustanciado con el orden racional de lo geométrico, de allí su constructivismo explícito o simulado, semioculto entre los grumos. Esta versatilidad hace posible integrar a lo informe puertas, rejillas, placas, demostrando una vez más la posibilidad de combinar materia y objeto, uno de los rasgos más distintivos de esta gran orientación estilística.
El trabajo con el objeto sólido y la materia misma estimulan la vivencia con el volumen, por ello Pável no nos sorprende con su preocupación por lo escultórico. Su escultura sonora, que amplía las posibilidades expresivas de su discurso plástico, testimonia su interés por lo geométrico, en esta oportunidad por volúmenes sólidos. Pero eso sí, integrados al conjunto exhibido, merced a la superficie texturada y el color. De allí que su muestra sea un gran conjunto orgánico, coherente, estructurado en núcleos de obras cercanas entre sí por el color (ora de azul intenso, ora ocre, ora en tonos más apastelados), o por el tratamiento de las superficies.
Pero esta pequeña muestra, que es el resultado de sus últimos escarceos, es también una despedida: el artista pronto asumirá la figuración, como quien desanda el camino, deseoso de experimentar un nuevo derrotero. Así, la muestra que nos ocupa es el testimonio de un momento en la trayectoria de nuestro artista: hemos podido ver lo que viene y promete, promete mucho.