Papel Literario

Patricia van Dalen y Emilio Narciso. Abstract Cabinet

por El Nacional El Nacional

I

Durante los siglos XVI y XVII se establecieron en toda Europa los “gabinetes de curiosidades”, recintos en los que se exhibían colecciones heterogéneas que incluían objetos extraordinarios, especímenes naturales provenientes de lugares exóticos, instrumentos científicos inauditos, antigüedades y obras de arte. Los gabinetes de curiosidades alojaban conjuntos híbridos en constante crecimiento, que se exponían sin la metodología que hoy conocemos. Además del indiscutible interés que suscitaron por el cúmulo de conocimiento que atesoraban, su abundancia y diversidad los convertían en espacios fascinantes. En el gabinete, los objetos iban siendo incorporados al tiempo que se sumaban a la colección; así, paulatinamente, cada rincón de la cámara o sala –incluyendo las partes altas y bajas de las paredes, los techos y las esquinas– se iba colmando de los más variados elementos. Frecuentemente al espacio del salón se anexaban vitrinas, mesas y escaparates, para mostrar piezas pequeñas o de especial relevancia.

El término “inmersión” como “acción de introducirse plenamente en un ambiente determinado” se adecúa para describir lo que los gabinetes de curiosidades ofrecían a sus visitantes. Su espacio envolvente y abarrotado facilitaba esta experiencia, donde el cuerpo y sus sensaciones vehiculizaban el disfrute maravillado y la reflexión cognoscitiva. Como ámbitos abiertos al encuentro con la otredad y la diversidad, su presentación de “lo bello, lo valioso, lo raro y lo exótico” promovía una experiencia plena –afín a la de los viajes– en la que la emoción, la razón y la sensorialidad eran intensamente conmovidas.

La exposición Abstract Cabinet. Patricia van Dalen & Emilio Narciso. Duo Project partió de la revisión que ambos artistas adelantaron sobre los gabinetes de curiosidades como espacios de exhibición cuya impronta puede seguirse hasta nuestros días. Para Van Dalen y Narciso, el carácter heterogéneo, aluvional y variable del gabinete y su toma total del espacio como modelo de presentación constituía un terreno fértil para la investigación y la imaginación. Esto los impulsó a emprender procesos de creación en contrapunto, que no solo involucraron el necesario diálogo entre cada uno –y la realización de las series de obras aquí exhibidas–, sino la integración creativa de sus resultados a los espacios de Imago Art in Action –a través del mural geométrico en cuyos planos se disponen, a modo de constelaciones en equilibrio, los grupos de piezas creadas–.

En este sentido, el Abstract Cabinet permea sus límites con lo instalativo y lo procesual, y registra la revisión que ambos artistas hicieran de las concepciones estéticas del vanguardista ruso El Lissitzky (1890-1941), para quien el arte era una experiencia total, “expansiva y en constante combustión”. Persiguiendo la idea integradora de “inmersión” del gabinete de curiosidades, Lissitzky llevó a cabo en la Alemania de los años veinte, “gabinetes abstractos”, cámaras en las que instaló sus obras constructivas, buscando involucrar al espectador con el entorno envolvente creado por las formas concretas, dispuestas sin otro orden que el del equilibrio de sus elementos en el espacio. Su fin era “estimular emocional e intelectualmente una experiencia” que modificara los parámetros tradicionales de percepción del arte y abriera las puertas a la concepción estética moderna.

II

Desde perspectivas que rondan inquietudes plásticas cercanas, pero de modo independiente, las obras de Patricia van Dalen (Maracaibo, 1955) y Emilio Narciso (Carúpano, 1974) vienen revisitando los lenguajes abstractos, a través de las narrativas propias del arte contemporáneo.

Patricia van Dalen es una creadora venezolana de dilatada y reconocida trayectoria, que reside en Miami desde hace varios años. Las investigaciones que fundamentan su trabajo parten del interés por desentrañar las dinámicas inherentes a la plasticidad intrínseca de los medios de expresión visual. Por muchos años, las indagaciones de Van Dalen en torno al color fueron reconocidas como puntales de su práctica creativa. Recientemente, estas han determinado algunas de sus reflexiones sobre las vinculaciones que la gramática geométrica del color tiene con la forma, la línea y los armazones internos del plano. Como una poética de las estructuras pudiéramos definir el trabajo que Van Dalen incluye en el Abstract Cabinet. En él se entrecruzan líneas de creación que abordan la revisión de su propia trayectoria expresiva, en un ejercicio de insistente cuestionamiento sobre los elementos que han sido constitutivos –estructurales– de su lenguaje. Esta revisión formal es sostenida en un espacio que da cabida a una subjetividad hondamente comprometida con la creación y con el hecho de ser artista, y se manifiesta en un intento por desarticular las funciones que los elementos expresivos actualizan en su lenguaje, y por la experimentación con nuevos materiales y superficies que le permiten dar cuerpo al vocabulario de esta dislocación. En series como Grilla o Dessin, por ejemplo, la artista acomete el despojamiento de los planos de color hasta alcanzar los fundamentos constructivos de la línea, llevando el dibujo a sus límites residuales. Las piezas de la serie Automatique, por su parte, constituyen estructuras de cuerpo metafórico, dibujos sin líneas, surgidos como un modo de dar concreción al vacío y de sostener esta ambivalencia a través de la supresión figurada de sus confines, dada por los cortes rectos en el aluminio anodizado.

Emilio Narciso es un creador venezolano que vive en Caracas. Su práctica incorpora indagaciones en las que la abstracción geométrica se comporta como un eje de convergencia e irrigación de narrativas diversas. La asunción del geometrismo en Narciso revela su estudio de la obra de artistas que –como Gego y algunos creadores del movimiento neoconcreto brasilero– se apartaron de la corriente dominante, “fría”, de esta tendencia, así como de las propuestas de creadores venezolanos contemporáneos –como Eugenio Espinoza o Héctor Fuenmayor– cuyas obras asumen la filiación geométrica desde una perspectiva crítica.

En el Abstract Cabinet Narciso ha incluido piezas en las que se apropia de algunos elementos de la gramática geométrica. Uno de ellos, la cuadrícula, actúa como módulo expresivo que a lo largo de su trayectoria le ha permitido tanto desarrollar propuestas que atañen al plano formal-perceptivo, como modelar narrativas de índole conceptual. En la serie Sistema pictórico concreto-vacío, el artista recorta espacios cuadriculares en lienzos pintados que superpone y cuelga. La intersección de líneas ortogonales y vacíos dada por el solapamiento de las telas crea una dinámica visual sobre la que se superponen e interceptan las acepciones que las palabras concreto y vacío adquieren en diferentes modos lexicales. Las piezas aluden a la tradición pictórica como ámbito de la concreción representativa –y de lo abstracto-concreto– que se ve constantemente traspasada por interrogantes sobre su valor taxativo. En La realidad fotográfica como ejercicio de concreción Narciso utiliza la retícula como soporte de una imagen fragmentaria que remite en su formulación a las tejeduras de Gego. Es, de hecho, un tejido visual y de significados, donde se imbrican segmentos de una fotografía y un diseño geométrico, y que da cuenta de la indagación que viene adelantando desde hace algunos años, en torno a las dos grandes tradiciones artísticas venezolanas, el paisaje y la abstracción.

III

En Venezuela, la abstracción geométrica fue asumida a mediados del siglo XX como un programa que envolvía los anhelos de modernización de una nación aún provinciana. Años más tarde, la bonanza petrolera acicateó este “espejismo moderno”, incorporando ideales de progreso que no tuvieron un correlato real en las estructuras sociales, políticas y económicas de la nación. Este proceso estuvo acompañado por la entronización del arte geométrico y, sobre todo del cinetismo, como estética oficial de la era petrolera, exhibida a escala monumental.

La instalación del Abstract Cabinet en los predios del área metropolitana de Miami, bien pudiera asistir para repensar las interrogantes que plantea el marco post-utópico y confuso de la contemporaneidad venezolana. La recontextualización que esta instalación propone del modelo inmersivo de los gabinetes abre un campo simbólico que posibilita el acogimiento de lo múltiple y lo híbrido –traducido en un conjunto creativo cuyas formulaciones plásticas acogen lo contingente– como un locus desde el cual acaso sea posible reconocer las dinámicas subrepticias que bordean y dan cuerpo a toda transformación.