Por JOSÉ ANTONIO PARRA
El poemario Nocturnarios (Bid & Co Editores), de Gonzalo Himiob Santomé es un libro con una gran variedad de texturas y matices estilísticos. Sin embargo, el común denominador de este trabajo pareciera ser el hecho de que el registro discursivo apunta a una generación singular de venezolanos, aquella que vivió su juventud durante los años 80 y 90 y que, por ende, estuvo expuesta a toda una serie de referentes culturales, además de a un contexto político peculiar; los últimos años del período democrático.
Teniendo esto como punto de partida, conjuntamente con el hecho de que esta pieza fue publicada en el año 2013, se pueden entender algunas de las particularidades de dicha edición en lo relativo al contexto de la Venezuela actual. También, es sumamente importante tener presente la condición de su autor en tanto defensor de los derechos humanos en el ámbito de un país cuyas condiciones son totalmente adversas.
El libro está dividido en dos partes, una que apunta a lo lunar y cuyo título es “Cantos de luna” y la otra titulada “Cantos de sol”. Asimismo, la edición cuenta con una lúcida introducción de Mharía Vázquez Benarroch. Apenas el lector accede al primer poema de Himiob Santomé, se sumerge en una dimensión un tanto enigmática en el sentido de que la atmósfera de esa primera pieza, “Nocturnarios”, está plena de misterio y exotismo. A propósito bien vale la pena citar un fragmento de dicho texto iniciático:
“La niña llegó sola. Era pobre y en sus andanzas ingenuas, asqueada de luces falsas y de cantos falsos, caminando sin ver llegó a la caverna de los nocturnarios.
Ellos la miraron desde sus grietas temerosos de sus pupilas, pues no eran capaces de luz propia o de ver más de un color.
Erraban cerca, y erraban siempre.
La vieron, sola y humilde, y aunque plena de colores notaron olvido y tristezas, y cerradas al día sus ventanas. Se le acercaron arteros y la cubrieron con restos de antenas y picos, con conchas y pelos de patas muertas, y venenos y membranas viejas; la encerraron en capullos de hilos viscosos y la dejaron inmóvil e incolora. No se le oía la voz y no se la veía tras los aguijones que la custodiaban”.
Adicionalmente, y en el mismo espíritu de mi comentario inicial en relación a distintos matices estilísticos, no se puede obviar que hay una contraposición entre cánones estilísticos preestablecidos con modalidades bastantes libres, que denotan la naturalidad del día a día de lo que podría ser la vivencia de la contemporaneidad, incluso encuadrada en el ámbito venezolano. En algunos pasajes se notan también ciertos guiños que el poeta hace a formas tradicionales y que incluso apelan a un agudo humor, cargado de mucha emocionalidad.
En otras ocasiones el escritor apunta a aspectos de naturaleza más enigmáticos, existenciales e incluso ontológicos. En esos pasajes se nota hasta un cambio en la rítmica y el tono se oscurece y se hace más sobrio. Hay, igualmente en ellos, una obvia economía de elementos que se traducen en una experiencia algo más minimalista, aun cuando la impresión que deja el artefacto en tanto totalidad es exuberante. A continuación es oportuno citar un fragmento del poema “Hubo”, que muestra el punto al que me refiero:
“Hubo una historia
cerrada historia
conclusa historia
historia hecha de ellos
que no se cuenta
porque no cuentan
Hubo un hombre
¿O no fue un hombre?
Un boceto inacabado
hombre a medio terminar
que no acaba
y no empieza
y no es
Hubo una mujer
fuerte mujer
abierta al mundo mujer
mujer roca y terciopelo
mujer mundo y universo
mujer comienzo
mujer destino
mujer, al fin”.
Sin lugar a dudas la obra de Gonzalo Himiob Santomé pone de manifiesto una perspectiva sumamente densa y singular. Además, este escritor ha sido parte sustancial en la defensa de los Derechos Humanos en la nación venezolana. En él se personifica la vivencia de un ciudadano ejemplar.
Gonzalo Himiob Santomé nació en Caracas en 1969; escritor, poeta, columnista y defensor de derechos humanos. Es abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello en 1992 y especialista en Ciencias Penales y Criminológicas tanto por la UCAB como por la UCV. Además es profesor universitario y entre sus numerosos trabajos publicados, que incluyen varios ensayos políticos y monografías jurídicas, destacan El gobierno de la intolerancia (Los Libros de El Nacional, 2010), al igual que tres libros de poemas titulados Las otras lunas y el mundo (2007), Crónicas del Rinoceronte, del León y de los Avestruces (2007) y Nocturnarios (Bid&Co Editores, 2013); y las novelas Ausencias deja la noche (2010) así como Sentir la sed (2010). Actualmente es miembro Fundador y Director Vicepresidente de la ONG Foro Penal.
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Nocturnarios
Gonzalo Himiob Santomé
Bid & Co Editores
Caracas, 2013
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