Por JOSÉ ANTONIO PARRA
El trabajo plástico de la artista María Niño (Venezuela, 1988) es profundamente transgresor. Este se halla circunscrito a un ámbito conceptual y su propuesta elabora una honda reflexión en relación a las manifestaciones pornográficas que muestran a personas mayores en actividades que para muchos podrían resultar perturbadoras. Adicionalmente, otro de los ejes de su trabajo es el territorio del ano, como ámbito tabú del cuerpo humano y del discurso.
Estas dos líneas de la obra de Niño de algún modo recuerdan por el tipo de polémica a la propuesta del afamado y controversial artista norteamericano, Leigh Ledare; quien ha llevado a cabo una experiencia plástica basada en fotografías de su madre desnuda. La idea que subyace en estas dos apuestas estéticas es justamente la posibilidad de que se generen discursos por parte de la crítica y del público en relación a lo prohibido y a aquello de lo cual no se habla.
Este aspecto es esencial en la propuesta de María Niño, dado que ella ha elegido tópicos que más allá de que formen parte de la constelación de lo indecible, perturban profundamente al otro. No obstante, al preguntarle a la artista en relación a lo transgresor per se, ella puntualiza: “Ese no es un concepto que tenga presente regularmente en mi vida o al pensar en mi obra, aunque entiendo de dónde viene esa pregunta. Creo que lo más transgresor de mi trabajo es cómo lo presento, cómo banalizo y simplifico esos temas tan complejos”.
En cuanto a su obra sobre personas mayores es esencial entender el carácter detectivesco de esta propuesta en el sentido de que incluso en el ámbito de la experiencia pornográfica, y de la vida en general, la sexualidad de hombres y mujeres por encima de los setenta años es algo de lo que no se habla. En su serie Señores y señoras sinvergüenzas (2018) hay varios aspectos a tomar en cuenta desde el punto de vista plástico.
En primer término se trata de representaciones al óleo de una serie de fotografías tomadas de la Internet en las que aparecen personas mayores en poses lascivas. Asimismo, esta obra está realizada en óleo aunque de algún modo podría tener ciertos matices que recuerdan a las fotografías de Jan Saudek en relación al género grotesco. Finalmente, el hecho de apelar a un medio tradicional como lo es el óleo resulta muy llamativo en contraposición al tipo de planeamiento tan límite y experimental.
Sobre esta serie, Niño expresa: “Mi serie Señores y señoras sinvergüenzas viene de una investigación sobre la pornografía de adultos mayores y la manera en que esta es mostrada en la web, su origen y distribución, usando iconografía de internet y aludiendo a la imagen digital traducida a un medio tan tradicional como la pintura al óleo. Más allá de eso es un trabajo sobre el cuerpo humano. Juego con la percepción del cuerpo en la sociedad contraponiendo la vitalidad asociada a la sexualidad con la vejez asociada a la espera de la muerte”.
Por otro lado, en su trabajo en torno a lo anal, la propuesta de esta artista se vuelve aún más compleja debido a los aspectos incluso vinculados al psicoanálisis que están implícitos. De igual manera, aquí nuevamente la creadora apela a lo tabú y al regodeo en torno a este tipo de discursos. Sobre ello, Niño señala:
“Continuando con mi interés en el cuerpo tengo otra línea de investigación en la cual busco sintetizar mi discurso sobre el mismo en una sola forma y un solo concepto. Por eso elegí el ano, por la condición de negar esta parte del cuerpo, por el pudor que genera y su naturaleza erógena pero también escatológica y lo más importante –creo– por la comicidad asociada a esta parte del cuerpo. Mis piezas relacionadas con el ano son más escultóricas, interactivas y accionales”.
El discurso valiente y desenvuelto de esta joven artista ya ha sido expuesto en una serie de importantes colectivas, entre las que se cuentan el XI Salón Nacional Armando Reverón del año 2016 en Mérida, la Muestra Colectiva Apóstrofe en el año 2017 en Caracas, el Salón Arte y Sociedad, Jóvenes Creadores Venezolanos del Goethe Institut en el Centro Cultural BOD en Caracas en el año 2018 y Latente y Arte Emergente Venezolano en la Hacienda la Trinidad en alianza con ABRA Caracas y Carmen Araujo Arte en 2018.
En la actualidad participa en la exposición del Premio Eugenio Mendoza en su edición 15, inaugurada el 26 de enero y que clausurará el 6 de abril en Caracas en la Sala Mendoza, ubicada en la Unimet. Esta se lleva a cabo bajo la curaduría de David Ayala-Alfonso, Jesús Alcaide, María Carlota Pérez-Appelbaum, Patricia Hambrona, Rigel García y Yuri Liscano. En la exposición participan los artistas Alejandro Miguel Torrealba, Cristian Guardia, Dianora Pérez, Emily Jolie, Malu Valerio, Manuel Eduardo González, María Niño, Max Provenzano, Néstor García, Saúl Rivas, Rafael Arteaga y Valentina Alvarado Matos. Como artista invitado participa Esmelyn Miranda, ganadora de la anterior edición del Premio. En esta edición fue galardonada Malu Valerio, quedando en segundo y tercer lugar Dianora Pérez y Cristian Guardia, respectivamente.
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