El procedimiento narrativo en Oración de María Moreno es de una inteligencia intimidante. El título de la obra manipula la ambigüedad religiosa y lingüística que surge de su etimología que deviene discurso, lenguaje. En esta manipulación la autora proyecta recursos de su escritura que se reconocen en los del personaje Rodolfo Walsh; el uso del documento testimonial anula la sacralización del archivo jurídico para intervenirlo desde la ficción, en un montaje de referencias que confirman que “el testimonio es siempre de hoy”.
En su subtítulo Carta a Vicki y otras elegías políticas, la obra define el espesor político en el que circundarán sus procedimientos: los textos que el escritor y periodista Rodolfo Walsh produce a partir de la muerte de su hija Vicki Walsh (militante de oposición a la dictadura argentina de Videla) en un enfrentamiento con un comando armado del Estado el 29 de septiembre de 1976, textos revisados con un pertinente feminismo. Las cartas de Rodolfo Walsh: “Carta a Vicki” y “Carta a mis amigos” fungen de epicentro a la vocación de estructura móvil de lo que, en este caso, nos atrevemos a llamar “novela” con el rigor de investigación periodística atravesado, y otras veces sostenido, en la ficción como ejercicio de desplazamiento narrativo, puesto que los testimonios que María Moreno recoge, revisa y compone no pretenden la belleza moral de la completitud de la verdad, tampoco lo pretenden las mujeres en la tercera parte, de las siete en las que está dividida la novela, y que se titula “H.I.J.A.S. de la lengua”. Un capítulo dedicado a la reconstrucción que las hijas de las víctimas desaparecidas por la dictadura hacen de su experiencia con el uso singular del lenguaje en el cine o en la literatura. Un capítulo que aborda el feminismo desde el reconocimiento artístico hacia las mujeres que hicieron su propia revolución con las técnicas de representación testimonial dispuestas “a no caer en los lugares comunes del ‘supermercado de la memoria’” y evitarlo como lo hace Albertina Carri en su película Los rubios cuando usa muñecos de Playmobil para representar el secuestro de sus padres: “con desparpajo, desechaba el discurso de los derechos humanos que homologa verdad y justicia, dejaba de lado las 40 horas de testimonios que ya había logrado” (p. 181). Carri no toma en cuenta las cuarenta horas de grabación para la reconstrucción de la historia porque reconoce, como María Moreno, que el testimonio es una exigencia cundida de una objetividad flexible en la que ella, como autora de la reconstrucción, no puede resistirse a mostrar en otras posibles formas para cuestionar el terreno llano y sin vacíos de la idea colectiva del testimonio: “Ese enfrentamiento a un sobreviviente, el poder cuestionar un discurso que se ofrece como inanalizable, verdad garantizada en el ‘yo lo viví’ y por eso incontestable, es uno de los momentos fundantes de la película” (p. 183).
María Moreno insiste: “el testimonio es siempre de hoy” porque en su rastreo, más que reconstrucción de los hechos, los testigos son autores de un testimonio que reproducen de acuerdo a las posibilidades que su memoria o sus intereses sociopolíticos ofrecen, un discurso que se actualiza primero en la subjetividad. La autora sabe que un testimonio llano y sin huecos deja de lado la condición humana de la voz que testimonia, siempre susceptible a las ausencias. Por ello, el penúltimo capítulo de la novela, “29 de septiembre de 1976”, presenta los testimonios sobre lo sucedido el día que Vicki Walsh murió y en los que se respalda la dimensión ficcional de la obra: “Al publicarlos completos, quisiera dar cuenta de mis procedimientos de montaje y edición, someterlos a juicios diversos, aunque no simulen una desgrabación pasada en limpio que desestime la escritura como valor en situación, siempre provisional pero jamás neutral” (p. 289).
La estructura de montaje aplicada y declarada en Oración se reconoce en las propuestas de escritura de Rodolfo Walsh: “la ‘Carta a la Junta Militar’ es el inventario de los hechos del enemigo, exhibidos con una luz nueva merced a los procedimientos que Walsh vaticinaba como literarios en el relato de los materiales reales: la organización y el montaje” (p. 358). En este montaje que, sin duda, también nos remite a los procedimientos de Walter Benjamin, los testimonios se convierten en los elementos que la escritura reúne para unir pasado y presente: detener una imagen del pasado para repetirla en el presente de los testigos a través de mecanismos singulares del lenguaje que iluminen las zonas oscuras que la mirada convencional de la Historia no ha logrado capturar. Si “la prueba y el documento son accesorios a la retórica fiscal” (p. 287), en la obra literaria son medulares para mostrar que en bajo relieve las experiencias de las prácticas políticas en dictadura o estado de excepción son redimidas por el sentido que las prácticas del lenguaje convocan en el desplazamiento narrativo: de la ficción al documento y viceversa.
En la tercera parte titulada “Nota al pie” justo antes de los capítulos que describen la militancia de los Walsh y algunos de quienes los rodeaban, la narradora comienza: “Muchas veces me pregunté por qué no formé parte ellos” (p. 143), para reconocer en las historias y en los documentos un pasado compartido que ella singularizó, como lo hizo cualquiera, desde su individualidad, en su caso, marcada por un distanciamiento del ritmo radical de la militancia de resistencia que le permitía objetivar los acontecimientos para pensarlos frente al calor del fuego cruzado y de las acciones. En la espacialización que determinan los capítulos de la obra, el espacio de la voz de la narradora se hace breve para reafirmar el necesario distanciamiento que se requiere para no capitalizar una subjetividad en el encantamiento de una interioridad que reduzca el espacio de otras.
Oración de María Moreno es una obra que constantemente teoriza, acompañada de otros autores, sobre los hechos de la dictadura argentina que contextualizan la muerte de Vicki Walsh, incluida la militancia de su padre, y sobre los procedimientos que los construye, pero siempre sostenidos por el rigor narrativo de una prosa especular y zigzagueante cual animal que se desplaza abarcando amplias posibilidades de territorio que le permitan estar alerta dentro de lo que parece confiable.
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Oración. Carta a Vicki y otras elegías políticas
María Moreno
Literatura Random House
Argentina, 2018