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Octavio Paz, editor crítico

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Por GERARDO VILLADELÁNGEL VIÑAS

En su ensayo de 1973 La crítica y las revistas literarias, José Bianco cita a Ramón Xirau a partir de un “Epígrafe” publicado en el número 50 de la revista Diálogos (marzo-abril de 1973), donde el filósofo catalán escribió algo sobre lo que Bianco llama “el problema de la crítica”. Bianco subraya y celebra: “En México y en Hispanoamérica, hace notar Xirau, hubo y hay crítica literaria. Y cita unos pocos nombres ilustres que lo demuestran sobradamente: Reyes, Henríquez Ureña, Amado Alonso, Dámaso Alonso, Octavio Paz. Estos cinco escritores han colaborado en Sur, donde trabajé durante tantos años, y algunos de ellos me retrotraen al pasado de mi país, a su pasado inmediato” (1). El texto de Xirau sirve a Bianco para detenerse tangencialmente en el escenario decadente en que ha caído la crítica en Argentina, entonces bajo el peso del régimen militar de Alejandro Agustín Lanusse que estaba por ser sustituido por Héctor José Cámpora, el garante de la vuelta del peronismo, ese PRI del Cono Sur –parafraseando al crítico Christopher Domínguez– que en 1953 ya se había dado tiempo para perseguir a la redacción completa de Sur, encarcelando a Leonor Acevedo y a Norah, madre y hermana de Jorge Luis Borges, y a la directora de la revista Victoria Ocampo, con sus colaboradores Alberto Erro, Vicente Fatone y Francisco Romero (2).

Además de Diálogos, a Bianco le entusiasma la existencia de otra revista mexicana que da “cabida a la controversia”: Plural, dirigida por Octavio Paz. “Uno y otro, quizá descuidando su labor de escritores, se consideran en el deber de dirigir dos revistas literarias, dos revistas de minoría, esas ‘revistas de minoría que aseguran la continuidad de la cultura’, como escribió T. S. Eliot en el último número de The Criterion, que dirigió durante dieciséis años, al despedirse de los lectores. A uno y otro vaya mi conmovida gratitud” (3).

Lo ha referido Guillermo Sheridan: no es que México viviera el gran apogeo de la crítica. Más allá de Bianco, el tiempo ordenaba las perspectivas: a tres años de la lectura de aquel “Epígrafe” de Xirau, vendría el golpe a Excélsior –el diario que acogió a Plural en 1971–, lo que por órdenes del presidente Luis Echeverría llevó a la destitución de Julio Scherer y a la salida de todo un grupo incómodo que fue sustituido por una solícita partida adepta al régimen, resentida y portadora de todo aquello que de alguna manera, por simple existencia, ponía en crisis a eso mismo: a la crítica.

En su Breve revistero mexicano, Sheridan extrae párrafos de una carta de Paz a Tomás Segovia, cuando desde la distancia, juntos, con la suma de Carlos Fuentes, concebían la edición de una revista “de batalla”, decía Paz, “una publicación inspirada por una idea en la que todos estamos de acuerdo: en nuestro tiempo la imaginación es crítica”. Desde eso, desde una amplísima noción de la crítica –no sólo literaria, claro está–, en 1967 Paz sabía a qué habría que hacer frente: “al círculo oficial, el académico, los supervivientes de la Revolución, el Callismo, el Cardenismo, el Vasconcelismo, el Avila Camachismo, el Realismo, el Nacionalismo, el Muralismo, el Franciscanismo, el Existencialismo, el Espiritualismo, el Agrarismo, el Pochismo, el Obrerismo, el Catolicismo, el Casticismo, el Vanguardismo, la Nueva Ola y la Nueva Bola: todo el país. Es claro que las ‘altas esferas’ tratan de aprovechar las inevitables querellas literarias para, poco a poco, impedir toda posibilidad de crítica y de aventura en México. Tienen un horror igual a la imaginación y a la realidad. Después del asalto al Fondo de Cultura Económica (4) y del control de la mayoría de los suplementos, ahora se han apoderado de la Revista de la Universidad” (5). Ese proyecto, después de un fracaso, se convertiría en el Plural de Octavio Paz, a la postre defenestrado por el autoritario nacionalismo revolucionario. Visto en retrospectiva, en 1976 Paz había caído por intentar llegar al cielo.

“Siempre que un grupo de jóvenes escritores se juntan, quieren modificar al mundo, quieren llegar al cielo, quieren defender el infierno, y lo único que se les ocurre es fundar una revista. Éste ha sido el secreto. Después, la fundación de revistas ha obedecido a razones de orden espiritual y, también, ideológico”, le dijo Paz a Enrico Mario Santí (6). Si el cielo fue Plural, ¿en qué consistió esa defensa del infierno? Lo respondió en otra entrevista con Diana Ylizaliturri, ya como director de Vuelta: “En primer lugar, [en] la afirmación de la literatura por la literatura frente a los poderes sociales; no solamente frente al Estado, sino también a los partidos y los poderes del mercado. Creo que Vuelta sigue teniendo esa oposición al mercado. De modo que somos herederos de la buena tradición de la literatura hispanoamericana, de las revistas que se opusieron siempre al gusto del público, que quisieron hacer algo distinto: cambiar a la sociedad, a la gente. También hemos dado importancia a la crítica moral de la sociedad, en busca de una sociedad más abierta. Nuestra actitud ha sido siempre abrir puertas al mundo” (7).

Vuelta sería el gran epílogo del trabajo como editor, periodista y consejero de publicaciones periódicas de Octavio Paz en México. Una labor que empezó a sus 17 años en la revista Barandal, nacida al igual que Sur en 1931, y que continuó con las páginas de Taller Poético, Cuadernos del Valle de México, Taller, Tierra Nueva, Letras de México, El Hijo Pródigo, Revista Mexicana de Literatura y, desde luego, Plural…


*Gerardo Villadelángel Viñas (Ciudad de México, 1973). Curador editorial y ensayista. Entre sus obras pueden mencionarse El libro rojo. Continuación, Axolotiada. Vida y mito de un anfibio mexicano (en coautoría con Roger Bartra) y México en Sur 1931-1951. Codirige La Jaula Abierta, sello que fundó con Vicente Leñero y el propio Roger Bartra. Ha sido responsable de ediciones especiales del Fondo de Cultura Económica.


  1. José Bianco, “La crítica y las revistas literarias”, en Ficción y reflexión, México, Fondo de Cultura Económica 1988, pp. 242-245.
  2.  Gerardo Villadelángel, “Prólogo”, en México en Sur 1931-1951, México, Fondo de Cultura Económica y La Jaula Abierta, 2014.
  3.  Bianco, Op. cit.
  4.  Paz habla del despido del director Arnaldo Orfila Reynal, quien publicó Los hijos de Sánchez, el libro de Oscar Lewis que malhumoró al presidente Díaz Ordaz.
  5.  Guillermo Sheridan, “Octavio Paz: hacer revistas”, en Breve revistero mexicano, México, Instituto de Investigaciones Filológicas-UNAM, 2019, pp. 329-399.
  6.  Enrico Mario Santí, “Entrevista con Octavio Paz”, en Letras Libres, México, núm. 73, enero de 2005.
  7.  Diana Ylizaliturri, “Entrevista con Octavio Paz, editor de revistas”, en Letras Libres, México, núm. 7, julio de 1999.

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