Por ELIZABETH QUINTANALES
Para el año 1985, cuando Isabel Palacios decide fundar la Camerata Barroca de Caracas, yo sabía que lo mío era la música. Yo era estudiante de canto y conocí a Isabel en mi paso por el Taller permanente de Ópera, que funcionaba en el Museo del Teclado del cual ella era directora. Es en ese momento, y contando con tantos jóvenes estudiantes de canto, que Isabel decide crear la agrupación Camerata Barroca de Caracas, que se dedicaría a la difusión de la música de ese período. Ya ella había fundado la Camerata Renacentista, pero esta nueva agrupación, más que un coro, sería una escuela donde cantantes y músicos aprenderíamos a apreciar e interpretar el estilo del período barroco. Isabel, desde su trabajo con La Barroca, contribuyó a la formación y perfeccionamiento de voces importantes de la escena musical actual.
Estuve cantando con la Camerata Barroca por casi 39 años, y puedo decir sin duda que gran parte de mi formación musical integral la adquirí allí, gracias a las enseñanzas y tesón de Isabel, una mujer nacida para la música, apasionada en todos sus proyectos, excelente directora, productora, pero sobre todo maestra, porque ha sido y sigue siendo eso, una gran MAESTRA —así, con mayúsculas—, que a su paso ha sembrado arte, pasión y sabiduría.
Larga vida y un gran aplauso a la obra de esta gran mujer que es Isabel Palacios.
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