Por MÍA CONTRERAS
”Le decía a la profesora que iba al baño, y me escapaba de mis clases de natación para ir a las de ballet, y llegaba a bailar con mi traje de baño todo mojado”, dice Osnella García al mismo tiempo que reconoce que su pasión por la danza la hizo saltarse todas las reglas desde temprana edad. La bailarina proveniente de Guatire lleva su espontaneidad y sed de vida a la Academia de Danza Be Academy en Medellín, donde forma bailarinas de pre ballet desde hace dos años.
Arriesgada, amante del mar y en constante movimiento son cualidades que sintetizan la personalidad de García y que de alguna manera transmite en su danza. Al principio a Osnella le resulta bastante complicado establecerse en Medellín. Deja unos estudios de Nutrición en la Universidad Central de Venezuela sin culminar y se lanza en busca de nuevos horizontes. En ballet nunca tuvo vergüenza, fue capaz de lanzarse a la pista de baile en cuanto vio la oportunidad.
Tenía 4 años cuando asistía a natación en la Hermandad Gallega, entraba a clases de ballet sin estar inscrita hasta que la profesora les pidió a sus padres que la siguieran trayendo, seca y con el uniforme de ballerina. La bailarina de danza contemporánea confiesa que la natación no la disfrutaba tanto como la danza. No obstante para sus padres, ambos provenientes de La Guaira, era imprescindible que se supiera defender en cualquier medio acuático; así continúa formándose como nadadora hasta los 10 años. García odiaba la natación, la encontraba monótona, lo que ella quería era bailar.
Para Osnella la vida es una fiesta que se vive bailando dentro o fuera del agua. A los 15 años descubre el rugby subacuático, donde debe nadar pero el objetivo es otro: jugar, entrenar y divertirse. Al dejar la Hermandad Gallega se forma como bailarina profesional en el Instituto Universitario de Danza y en la Academia de danza Fanny Montier. Vive en Guatire y todos los días sube a sus clases de Nutrición en la UCV, a bailar y entrenar en el campus. En la Facultad de Farmacia toma clases con su profesora y amiga Laura Prieto. El jazz, el ballet y la danza contemporánea son parte del protagónico diario. “Laura Prieto, Fanny Montier y Elizabeth Croes han sido mis 3 pilares, las maestras que más he querido y me han aportado enseñanzas que aplico actualmente en mi trabajo”, afirma.
Lo mejor de dos mundos
García conocía todos los tipos de nado, sin embargo fue una sorpresa grata descubrir el nado sincronizado, donde pudo combinar lo que había aprendido en natación con lo que tanto le gusta, la danza. Retoma sus actividades acuáticas después de haberle rogado a sus padres que la sacaran de natación cuando era niña una vez aprendió todos los estilos en natación.
Regresa al agua y explora las distintas modalidades de la natación con aletas, el nado sincronizado y el rugby subacuático. Siendo esta última disciplina su especialización. Muy tenaz para alcanzar sus objetivos, reconoce que a los 15 años comenzar con el nado sincronizado fue un desafío. “Me costaba bastante el nado sincronizado, me aprendí toda la teoría, toda la técnica, pero cuando entraba al agua me costaba bastante. Sin embargo, con la práctica fui mejorando y cuando comencé a competir me fue bastante bien gracias a mi base en ballet”.
Asiste a la competencia mundial de rugby subacuático representando a Venezuela en el año 2015 en Cali con el equipo femenino. En esa oportunidad no ganan, se llevan la experiencia y la pasión por el deporte acuático aumentó.
Osnella tiene una sed de nuevas experiencias que probablemente le otorgaron sus actividades acuáticas, de esta manera en el año 2015 decide estudiar fuera de Venezuela. Para García asistir a clases en la UCV era complicado desde el punto de vista social, económico, político y también cultural. Busca nuevas oportunidades de estudio y descubre la carrera de nutrición y dietética en la Universidad de Antioquia, en Medellín. Sus inicios en Colombia, rudos, marcados por extrañar a Venezuela, su familia, solventar el papeleo migratorio, lo suavizan sus actividades acuáticas y las nuevas personas que conoce en su camino.
Da clases de nado sincronizado y estudia en la Universidad. Osnella García nunca tiene miedo de volver a empezar: en un nuevo deporte acuático, un nuevo estilo de danza o un nuevo país, confía y cree en sus capacidades. Cuanto más conoces más confianza tienes en que posees algo para compartir con el resto del mundo, ese es el secreto que lejos de hacerla nadar contra la corriente mantiene a la bailarina de danza contemporánea disfrutando del oleaje.
Be academy
Para mediados del 2017 llega a Be Academy. Una de las academias de artes más prestigiosas de Medellín. Inicia un proyecto llamado “Mini Be”, donde las niñas de pre ballet, entre 3 a 6 años, realizan un trabajo en combinación con música y baile. Mariana Tobbon, directora de Be Academy, comenta cómo la academia impulsa a los artistas que tocan sus puertas: “Para Be Academy las artes escénicas son una profesión, y lo demostramos dándole a los artistas la posibilidad de vivir del arte a través de eventos, shows y espectáculos presentados para empresas, centros comerciales y público en general”.
Al entrar en Be Academy García llama a su mamá a Venezuela para que le envíe sus zapatillas de punta y retoma sus clases de punta con la profesora Jamille Morais Arango. Osnella describe la institución como un semillero de cantantes, artistas y bailarines. Cada idea, cada aporte desde sus estudiantes hasta la directiva y equipo de docentes es valorado. “Puedes generar ideas, ser creativo, y todo es aceptado por la academia y la directora. Las ideas crecen y crecen”, confiesa al mismo tiempo que reconoce, sin dudas, que así mismo es la danza en su vida, le abre caminos, la hace fluir, y cuando algo parece estancarla le da a las rocas hasta hacerse paso.
Move It, un movimiento para dar
Move It: un movimiento para dar es la propuesta artística de esta temporada decembrina presentada por Be Academy. Como la Academia también es de artes escénicas, los estudiantes de música, teatro musical y danza realizarán una película. Narrada junto al trabajo de 15 coreógrafos en diferentes escenas de danza y teatro musical, el tema del largometraje desarrolla la idea de que una acción buena, genera otra acción buena. Cada grupo de artistas presenta la obra desde un puzzle de historias entrelazadas a través de la danza, la actuación y un espléndido trabajo audiovisual. Un fascinante viaje lleno de creatividad, humanidad y talento, cualidades que resaltan el mensaje expuesto por el contexto mundial actual: todos somos uno. Be Academy, el ser humano y su necesidad de mantener vivo el arte, reafirman esta condición de unidad en este proyecto audiovisual honesto y mágico.
El largometraje será presentado en un autocine, en Cielo Alto en la ciudad de Medellín, el próximo 13 de diciembre. Be Academy toma esta iniciativa para que las familias puedan asistir a ver la película adaptada en pantallas gigantes mientras se cuidan. Los amantes del cine, la danza y la audiencia en general también podrán disfrutar del largometraje vía YouTube. Los detalles serán ampliados a través de las redes sociales de la Academia Be Academy.