Por JESÚS ÁNGEL SEMPRÚN PARRA
Intentaremos destacar de Julio Portillo Fuenmayor la faceta de escritor, de promotor del gentilicio zuliano y su cultura, de los valores humanos más conspicuos de esta entidad, el gerente público y destacado orador. Con la salvedad que en un espacio tan breve es difícil decir todo sobre Julio en las citadas facetas.
Después de un largo tiempo en Caracas al frente de la Fundación Zuliana para la Cultura, que reunía a los zulianos destacados en la capital de la república, desarrollando importantes actividades de índole cultural y de vuelta en Maracaibo, su ciudad natal, fue aceptado como individuo de número de la Academia de Historia del Estado Zulia y su presidente durante un periodo. Desempeñando con idoneidad y dinamismo el mencionado cargo, el 24 de octubre de 2009 el gobernador Pablo Pérez Álvarez lo juramentó como secretario ejecutivo de la Junta Conmemorativa del Bicentenario de Rafael María Baralt, la cual estuvo presidida por monseñor Ubaldo Santana Sequera, Arzobispo de Maracaibo. Fue miembro de número fundador de la Academia de Ciencias Jurídicas y Políticas del Estado Zulia. Fue designado mediante concurso Cronista Oficial del municipio Maracaibo para el período 2018-2022, pero fue destituido arbitrariamente en septiembre de 2019.
Autor de varios libros sobre las relaciones diplomáticas de Venezuela con Cuba, Brasil, República Dominicana y Panamá. Su primer libro versó sobre un estudio de las “Gárgolas de Maracaibo”, donde destacó la presencia en la arquitectura civil, de ese elemento en las casas del Maracaibo de principios del siglo XX. Realizó la recopilación de 56 discursos de 42 autores, conjuntamente con Nerio Rincón Pirela, en un libro titulado Momentos solemnes del Zulia en el siglo XX, el cual constituyó una verdadera antología de la elocuencia en la región zuliana. De la misma manera, publicó una obra titulada La faz de Urdaneta, iconografía del héroe zuliano, donde dio a conocer un interesante daguerrotipo del prócer, prácticamente la única fotografía que se conoce de este general de la independencia.
Su obra sobre el pintor zuliano Manuel Puchi Fonseca con el título Cuando el arte se hace pasión, en coautoría con Norka Valladares, reveló documentos de los archivos de ese artista que eran desconocidos, además de rescatar y restaurar la obra El último beso y, sobre todo, dejó esclarecido para la historia regional el hecho de que el diseño del Escudo del Zulia pertenece a Puchi Fonseca.
En su libro El glorioso ayer se recuperaron 287 fotografías desde 1870 hasta 1935 sobre la ciudad de Maracaibo, un auténtico aporte a la historia de la ciudad, cuyos originales pertenecen a coleccionistas privados, a archivos y a otras instituciones, donde se demostró la tesonera labor de 33 fotógrafos catalogados por temas, donde la fotografía fue reunida con un material literario importante para la memoria del país.
Fue curador de la obra en dos tomos Diccionario General del Zulia, surgida de los archivos de la Fundación Centro de Investigaciones “Agustín Millares Carlo” (Fundamic). Articulista de publicaciones periódicas de nivel regional, nacional e internacional. Fue representante de Venezuela en varios congresos internacionales. Considerado un orador elocuente y emotivo, así como encendido a la hora de reclamar con justicia los intereses del Zulia, fue orador de orden en el día de la ciudad de Maracaibo en dos ocasiones y en múltiples intervenciones conmemorativas. Sus discursos fueron escritos siempre con acuidad, elegancia, muy críticos y de gran vigencia, plasmados con imágenes que le daban una gran fuerza poética, además de la elocuencia y el ademán histriónico puesto por Julio al momento de pronunciar sus piezas oratorias, haciendo de él uno de nuestros grandes oradores y recuperadores de la oratoria como género literario, siendo una práctica tradicional en el Zulia.
Fue director de la Escuela de Estudios Políticos de la URU y director del Museo Arquidiocesano de Maracaibo, el cual restauró. Desde 2019 había sido designado presidente de la Comisión para la conmemoración del Bicentenario de la Declaración de Independencia de Maracaibo, por la junta directiva de la Academia de Historia del Estado Zulia, tenía listo un programa de lujo para el día 28 de enero de 2021, donde él sería el orador de orden, pero tras su muerte repentina ese programa no pudo realizarse lastimosamente. Asumimos la coordinación de la comisión, reprogramamos y con responsabilidad cumplimos con este sencillo acto solemne.
Curiosamente, Julio Portillo murió en Maracaibo el 4 de enero de 2021, el mismo día y mes que dejó de existir el polígrafo Rafael María Baralt; personaje este a quien Julio admiró y honró siempre su memoria, llevando su estatua pedestre a las ciudades de Caracas y Santo Domingo. Llegó a publicar un libro sobre Baralt y a organizar su bicentenario. Julio Portillo publicó más de veinte libros y dejó abundante obra inédita que deberá ser rescatada y clasificada. Contaba con 76 años de edad al momento de su deceso y todavía tenía mucho que darnos.