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José Gregorio Hernández: vida y ejemplo

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Por MARLA MELISSA ROJAS

¿Es posible que un laico y médico venezolano llegue a convertirse en un santo? ¿Es probable que  llegue a ser canonizado?

Venezuela y el Vaticano se unen con un vehemente y determinado sí, es posible. Y eso es lo extraordinario de que en Isnotú (Venezuela) haya nacido el doctor José Gregorio Hernández, quien primero que todo fue un ser humano que atravesó múltiples situaciones adversas y que a pesar de ellas siempre se aferró a la fe. Enfrentó su propia realidad como el duelo ocasionado por la pérdida de familiares a muy temprana edad, así como los desafíos que imponía el poder de turno en una Venezuela de muy pocos habitantes,  muchos de ellos viviendo en la pobreza.

Era firme e inamovible en cuanto a su vocación de servicio y su fe. Doctor que llegó a ver cientos de pacientes de forma gratuita. Un titán de la bondad y de la voluntad.  En  nota de prensa titulada José Gregorio Hernández: un hombre de ciencia y fe, facilitada por la Comisión Nacional para la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández,  se extrae que: “El Dr. Luis Razetti, otro destacado médico de la época con el que trabajó y fue gran amigo, afirmó que ‘el doctor José Gregorio Hernández creía que la medicina era un sacerdocio del dolor humano”.

Es un hecho. José Gregorio Hernández hizo de su vida,  “[…] de su profesión un apostolado, un servicio desinteresado al enfermo y al desposeído”, afirmación que se extrae de la nota de prensa, enviada por la ya mencionada comisión, titulada José Gregorio Hernández: el médico de los pobres.

A nuestro “Gregory”, como le llama el actor y psicólogo venezolano Sócrates Serrano (quien recibiera el favor de la sanación a manos del ahora beato),  no le sobraba el tiempo ni en vida ni en la inmortalidad, que es donde está ahora. No en vano fue el pionero y fundador de la cátedra de Bacteriología; la primera que se fundó en América. Asimismo, perfeccionó el uso del microscopio. Y creó el Instituto de Medicina Experimental, varias cátedras de medicina,  así como el Laboratorio del Hospital Vargas, ello gracias a su periplo estudiantil por París, Madrid y Berlín.  Este científico fue un profesor exigente y cultivado en su área de desempeño. De la separata titulada J.G.H, testigo de fe: médico de los pobres se extrae la siguiente cita: “Comenta el Dr.  Yáber, uno de los biógrafos más importantes, en su libro J.G.H. Hombre de Dios, siervo  de los enfermos  que: “[…] era Hernández un psicólogo consumado […] hacía gala de sus palabras para llevar paz, mitigar y consolar al doliente […] fue pionero de la medicina psicosomática”. En medicina, J.G.H. encontró la manera de actuar en nombre de Dios.

El doctor José Gregorio Hernández ha sido querido por generaciones. El 29 de junio de 1919, atropellado por uno de los pocos carros que transitaba Caracas, cayó al piso y perdió la vida. Fue trasladado y velado en el paraninfo de la Universidad y luego se inició un recorrido que iba acompañado no solo por la muchedumbre agradecida con él sino por la Banda Marcial que, dirigida por el maestro Pedro Elías Gutiérrez, cerraba la comitiva tocando las marchas fúnebres en dirección a la Catedral. Se debe resaltar el hecho de que José Gregorio Hernández había recibido un tributo inédito hasta entonces y nunca otorgado a personajes de la vida pública venezolana ya que el arzobispo dispuso que el difunto fuera conducido a la Catedral desde el paraninfo para recibir un homenaje eclesiástico. La muchedumbre lo esperaba fuera de la Catedral y cuando fueron a introducir el féretro en la carroza,  una voz, que capitalizó el sentimiento del colectivo, gritó: “¡El doctor Hernández es nuestro! ¡El doctor Hernández es nuestro! ¡El doctor Hernández no va en carro al cementerio!” y así, coreando un clamor popular,  fue  llevado en hombros hasta el cementerio. Allí se daría inicio a la veneración más grande que haya conocido nuestro país. José Gregorio se reafirmó como el médico de los pobres.

Comenzó entonces un largo camino que tomaría 72 años en lograr que José Gregorio fuera primero nombrado como “Siervo de Dios”, luego reconocido como “Venerable”, posteriormente como “Beato”. En este sentido, si los milagros continúan sucediendo y si el Vaticano  reconoce un segundo milagro, es posible que sea canonizado por el Papa.

No en vano intentó consagrar en vida su devoción a Dios, ya que hizo dos intentos: uno como sacerdote y el otro como monje. En dichas ocasiones cesó temporalmente la práctica de la medicina para dicho fin. Una en 1909 al ingresar al monasterio de la Cartuja de Farneta de Lucca, de la Orden de San Bruno, como fray Marcelo, y otra para estudiar latín y teología en el Colegio Pío Latino Americano. En ambas ocasiones debió regresar de Italia a Venezuela por afecciones en sus pulmones. Sin embargo, José Gregorio Hernández nunca imaginó las facultades que el mismo Dios le otorgaría después de su fallecimiento.

José Gregorio Hernández pasa de ser un hombre ejemplar tanto en lo profesional como en lo personal a ser un beato que continúa curando, sanando: mente, cuerpo y espíritu.

He aquí la respuesta a mí pregunta inicial con otras preguntas. ¿Qué nos cuesta llevar una vida ejemplar, haciendo el bien con nuestra profesión o con nuestra vida y beneficiar a otros sin esperar nada a cambio? ¿Qué nos cuesta amar y vivir cumpliendo la palabra de Cristo que nos exhorta a “Amar a tu prójimo como a ti mismo”, además de cumplir los 10 mandamientos, sin mayores fanatismos? ¿Tener una vida familiar y laboral desde la paz, la armonía, es imposible? ¿Ser creyentes, también consecuentes con cada doctrina elegida, es inviable? ¿Podemos evitar alcanzar nuestras metas sin hacerle daño a nadie? Domarse a sí mismo es un camino empedrado, ¿verdad que sí?  Pero además de la sanación integral, claro está, este podría ser el meta mensaje de dicha beatificación en momentos en que la globalidad del planeta fue afectada por una misma causa, el covid 19.

Dudo que no sea fortuito. Ése debió ser el momento en que se haya aprobado la beatificación desde la autoridad eclesiástica más elevada. No es una casualidad que fuese en plena pandemia, en la que hasta el tiempo de haber escrito este ensayo,  murieron 4 millones de personas, en todo el mundo, por el devastador coronavirus y sus vertiginosos avances y respectivas mutaciones.  Normalmente, los períodos de pandemia son de baja vibración energética y alteran la vida rutinaria de todas las personas en el mundo, pero no la fe. Y la beatificación de José Gregorio Hernández es una muestra de ello para el mundo, especialmente para los venezolanos, quienes vivimos en condiciones tan adversas.

El doctor José Gregorio Hernández,  ya en vida,  era un ser superior que le tocó la puerta a Dios y éste le concedió la gracia que él tanto anheló. Pero tener fe y hacer el bien es sencillo, si cada quien se lo propone

A más de 104 años de su desaparición física, José Gregorio Hernández ha hecho millones de favores, sanaciones sobre todo a los venezolanos que con cada estampita en sus altares ha creído, ha orado, con resplandeciente fe en que su hijo, su padre, su madre, cada familiar, cada pariente, cada persona a la que van destinadas sus plegarias, será y fue sanada por el “Siervo de Dios”, por el “Venerable”, ahora “Beato”. Beatificación que fue otorgada por el Papa y posible gracias al reconocimiento del milagro que hiciese J.G.H. a la niña Yaxury Solórzano, el cual se explicará detalladamente líneas más adelante.

Es evidente que el doctor José Gregorio Hernández fue en vida un ser superior en virtudes, así como lo fue Jesús de Nazaret (hijo de Dios, hecho hombre). Mientras que José Gregorio Hernández, siendo laico, pudo seguir las huellas, el ejemplo de santidad, que nos dio en vida Jesucristo guiado por Dios. Acentúo entonces que fueron humanos como lo somos nosotros. Considerando que hay una diferencia radical entre Jesús de Nazaret, que es el hijo de Dios,  y el doctor Hernández, que era laico, y que murió en honor a la santidad, pero que también fue primero una persona y luego fue ascendido con el respectivo propósito que tuvo Dios para él, cabe preguntar aquí: ¿existirán más laicos, ahora o en el futuro cercano, con un destino así de celestial? No lo sé, lo que sí puedo asegurar es que todos los días tenemos la oportunidad de ser mejores personas y ello depende también de nosotros.

El milagro de la beatificación

Compenetrada con la fe de la que hemos hablado en este trabajo y ahora enfocados en el milagro que logró el reconocimiento del  Vaticano para la beatificación de nuestro José Gregorio Hernández, estuvo y está la madre de Yaxury Solórzano, la señora Carmen Ortega. Ya que luego de que su hija Yaxury recibiera un impacto de bala el día 10 de marzo de 2017 y gracias a su petición y devoción  al “Siervo de Dios”, ella dio testimonio de un sentir religioso que la inspiró en su alma: «No te preocupes, que tu hija va a salir bien». Después de esa intensa oración, la señora también dio fe de que comenzó a sentir una paz interior que no había experimentado antes”,  según se lee en la separata titulada  J.G.H. Testigo de Fe: El milagro para su Beatificación  redactada por la Comisión Nacional para la Beatificación de José Gregorio Hernández.

Revelación que fue develada tiempo previo a la desafiante operación que el Dr. Alexander  Krinitzky  realizaría a Yaxury Solórzano, quien como ya se mencionó, recibió un balazo en la zona parieto occipital derecha que la dejó gravemente herida. Luego de dicho impacto su masa encefálica quedó afectada con mucha pérdida de sangre. Fue entonces cuando la señora Ortega pidió al Venerable que por su intersección salvara a su hija e hizo la confesión que,  líneas arriba, se señala.

El hecho violento ocurrió en horas de la mañana, como ya se mencionó, el día 10 de marzo de 2017, a manos de unos antisociales que le dispararon en la cabeza a Yaxury Solórzano mientras ella iba en la moto de su padre y unos maleantes intentaron robar dicho transporte. El hecho tuvo lugar en el caserío Mangas Coveras, del estado Guárico (Venezuela). Inmediatamente,  la familia Solórzano trasladó a la niña, quien para ese entonces contaba con 10 años, hasta el hospital Pablo Acosta Ortiz. Fue un trayecto que duró cinco horas, es decir, a pesar de todo ese tiempo Yaxury  permaneció viva, no obstante, tendría que esperar en la terapia intensiva infantil, aún más, dado que el centro asistencial no contaba con un neurocirujano que la operara de urgencia ya que el Dr. Alexander Krinitzky se encontraba en la capital venezolana.

Tiempo antes de la medianoche, el mencionado neurocirujano llegó a San Fernando de Apure y su diagnóstico no fue nada alentador. Al respecto y extrayendo nuevamente de la separata titulada J.G.H. Testigo de Fe: El milagro para su Beatificación, cito que:   “Conociendo el estado de salud de la niña, el médico aseveró que, en caso de sobrevivir a la intervención quirúrgica, ella podría quedar con discapacidad y con secuelas muy graves en la motricidad, en lo lingüístico, en la memoria y hasta con pérdida de visión, porque el daño cerebral era severo. Podría mejorar lentamente en la movilidad, con la asistencia de un equipo multidisciplinario y con mucha terapia”.

A la mañana siguiente, a 12 horas de haber sido herida, el especialista realizó una delicada operación de control de daños retirándole desde tierra hueso y esquirlas metálicas. No obstante,  tuvieron que dejar algunos de estos elementos para evitar más daño cerebral.

Pasaron cuatro días y Yaxury reaccionó positivamente a pruebas y exámenes. No fue necesario continuar con su intubación. Su recuperación fue tan satisfactoria que luego de 10 días de haber sido operada, llega caminando junto a su madre al consultorio del doctor Krinitzky, quien viendo su asombrosa evolución en términos de tiempo y calidad de los resultados, tomó la decisión de registrar la impresionante mejoría de la paciente en un video para mostrarlo en un futuro congreso. Tras veinte días  Yaxury, además de caminar, hablaba y veía con total normalidad. Hoy en día, la niña del milagro, aun cuando quedaron restos de esquirlas metálicas en su cabeza, tiene una vida normal, sin grandes secuelas neurológicas. Además habla y se interrelaciona con su entorno. Es alumna regular en el colegio Casa Hogar San Fernando, situada en la capital apureña.

Pero el asombro del neurocirujano en cuestión no quedó solo en su mente sino que se lo comenta a un sacerdote y éste le pregunta si había escuchado de alguna petición religiosa, en específico de alguna intercesión a algún santo. Cercano a los dos años después de la intervención del Dr. Krinitzky a la niña Yaxury Solórzano (fue operada el 11 de marzo de 2017), el especialista recibe a la paciente bendecida por José Gregorio Hernández para una revaluación de rutina y en esa ocasión le pregunta a la madre de Yaxury a que santo se había encomendado. En la ya mencionada separata titulada J.G.H. Testigo de Fe: El milagro para su Beatificación se lee que: “La respuesta fue clara”. «Le pedí a Dios el milagro por intercesión del doctor José Gregorio Hernández; cuando ya iban a entrar a quirófano, yo sentí que la bendición de José Gregorio me quitó la preocupación, porque todo iba a salir bien».

El periplo de la Beatificación

¿Pero cuándo y cómo se inicia el proceso de Beatificación del ciudadano ejemplar doctor José Gregorio Hernández? Este periplo de 72 años se inicia con la escritura de una biografía del doctor a manos de su sobrino Ernesto Hernández Briceño, a petición del arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo, en marzo de 1948, quien es que refrenda la Causa a fin de comenzar el expediente para la Beatificación de J.G.H. No obstante, y de acuerdo con la información extraída del contenido redactado por la Comisión Nacional para la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández titulada Preguntas y respuestas Beatificación Dr. José Gregorio Hernández, no es sino “[…] en septiembre de 1949 que se inició formalmente el proceso de la beatificación con el postulador diocesano padre Antonio de Vegamián, custodio de los padres Capuchinos […]”.  Posteriormente, en el año 1961, quien fuera arzobispo de Caracas, el cardenal José Humberto Quintero, es quien concluye el proceso adicional.

En 1972, el doctor José Gregorio Hernández recibe el título de “Siervo de Dios” por la Congregación para las Causas de los Santos. Mientras que es declarado “Venerable” por Juan Pablo II el 16 de enero de 1986.

Es aquí cuando retomamos el milagro a comprobar, relatado anteriormente. El 18 de diciembre de 2018 fue cuando el tribunal eclesiástico de la Diócesis de Apure analizó el caso de Yaxury Solórzano, dando inicio a la fase diocesana de la investigación a un hecho que calificaron como inexplicable. ¿Por qué y cómo era posible que mientras que la tomografía realizada a Yaxury (en ese entonces tenía 12 años) presentaba una lesión en el cerebro, ella estaba totalmente asintomática y sin secuelas de ningún tipo? ¿Por qué entonces y, según el pronóstico del neurocirujano, la niña no tenía señales de discapacidad?

Carmen Solórzano tenía clara la respuesta. No había dudas, su petición a Dios había sido escuchada, la intercesión del doctor José Gregorio Hernández, momentos antes de la operación, la liberó de la preocupación devolviéndole a su hija días más tarde con vida y con plenas facultades.

El 18 de enero de 2019 y luego de que el tribunal eclesiástico de la Diócesis de Apure analizara el hecho, el cardenal Baltazar Porras entrega, en el Vaticano, el dossier del caso que fue recibido por la Congregación para las Causas de los Santos. Mientras que a partir del 31 de enero de 2019 y con dicho paso adelante, la doctora Silvia Correale, la postuladora de la Causa de Beatificación y Canonización; y monseñor Tulio Ramírez Padilla, obispo auxiliar de Caracas, vice postulador de la Causa en Venezuela, lideran en Roma una rigurosa investigación del presunto milagro.

El 9 de enero de 2020, el Vaticano, luego de encargar a médicos y especialistas en neurología, el estudio exhaustivo del sumario sobre el caso de la niña Solórzano, y extrayendo cita de la nota de prensa, de la Comisión Nacional para la Beatificación de J.G.H. titulada El milagro de Yaxury se enuncia que efectivamente se trataba de un : “[…]  hecho inexplicable que se adjudicaba a una especial intervención de Dios, por la intercesión del Venerable  médico trujillano, en respuesta a la petición que la devota madre le hiciera a él cuando supo que el neurocirujano que haría la intervención a su hija procedía con pronóstico muy reservado […].”

El 28 de abril del 2020, y aprobado por unanimidad a manos de los siete expertos que conforman la Comisión Teológica, y luego de examinar el presunto milagro exhaustivamente, afirman que, en efecto, se trata de un milagro que ya no es presunto, sino que es un milagro, una curación, una especial acción de Dios por intercesión del Venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros. Previa a la aprobación del papa Francisco, “[…] el 18 de junio de 2020, la Asamblea de Obispos y Cardenales de la Congregación para las Causas de los Santos da su visto bueno […]”,  cita que se extrae del material titulado Preguntas y respuestas. Beatificación Dr. José Gregorio Hernández escrito por la Comisión Nacional para la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández. Finalmente, como lo indica la misma fuente, fue después de  72 años de un largo, constante y empinado periplo que  “el 19 de junio de 2020, en manos del cardenal Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos (para la fecha recién mencionada), recibe la firma de Su Santidad Francisco con la aprobación antes de la beatificación”.

Y fue así de largo el viaje que abarcó desde sus inicios (con la biografía escrita por el sobrino de José Gregorio Hernández) hasta nuestros días: un deseo colectivo se convirtió en un halo mundial de fe alrededor del “Siervo de Dios”, el médico de los pobres.

30 de abril: día de júbilo nacional

Llega el viernes 30 de abril de 2021, día de la Beatificación de José Gregorio Hernández y el país en pleno realiza las celebraciones y actos litúrgicos pertinentes. Incluso días antes de este acto tan esperado, ya localidades como Trujillo, Mérida, Valle de la Pascua, Guanare, Barinas, El Vigía-San Carlos, Tucupita, Coro, Maturín, San Fernando de Apure, Carúpano, entre otros lugares, tuvieron actividades (incluyendo el mismo 30 de abril de 2021) como vigilias (la noche anterior al día de la Beatificación), hora santa, misas y repique de campanas entre otras acciones según cada diócesis.

El día de la Beatificación, el canal venezolano  Vale  TV abrió su señal para que otros canales se unieran voluntariamente en la difusión de la homilía. Incluso agencias de prensa internacionales como EFE, entre otras, se unieron a la transmisión en vivo que tuvo lugar a las 10 am en la Capilla del Colegio La Salle de la Colina (Caracas), esta vez, a través de Youtube, donde todavía se puede ver la ceremonia que contó con la presencia de 60 obispos de las 40 diócesis y arquidiócesis del país. Esta celebración fue precedida por el nuncio apostólico Aldo Giordano, acompañado del cardenal Baltazar Porras y el cardenal emérito Jorge Urosa Savino. Posterior a la lectura de la Carta Apostólica se decretó la beatificación de nuestro José Gregorio.

Además de algunos devotos en la ceremonia oficial estuvieron presentes la niña del milagro, Yaxury Solórzano, su hermana y la madre de ambas, quienes son  fieles y protagonistas y desde cuya fe se derivó el logro tan esperado por lustros y lustros:  reconocer la potencia  sanadora de José Gregorio Hernández en todo el mundo. Hecho que se hace físico con la realización de un relicario especial cuyo eje principal es el sombrero emblemático del “Venerable” y el microscopio dado que J.G.H. introdujo en Venezuela. Además de colocar dentro de él un extracto de hueso extraído de la exhumación del cadáver de J.G.H. realizada en el 2020.

La ceremonia contó con la dirección musical de las maestras Elisa Vegas y Luimar Arismendi, quienes dieron forma a una misa criolla en la que se integraron diversos ritmos y géneros venezolanos con la participación de reconocidos cantantes como  Francisco Pacheco, Marilyn Chirinos, Trina Medina, Magdalena Frómeta, Betsayda Machado, Luis Fernando Borjas, Gisselle Brito, Andrés Mata, Annaé Torrealba, El Otro Polo, Liana Malva. Tuvieron participación especial, al igual que el actor Sócrates Serrano, el beatboxer Jhoabeat y los niños Malva Acosta y Yadrián Mijares. Cristóbal Jiménez cantó un tema de su autoría dedicado al nuevo beato. Los temas que se interpretaron son composiciones de autores nacionales.

La misa fue muy emotiva, en especial cuando en medio de ella se abrazaron monseñor Giordano, delegado del Papa, y el cardenal Baltazar Porras, enalteciendo los halos de amor y cristiandad que se desprendieron de tan esperado acto eclesiástico. Otro momento emocionante fue cuando se develó un hermoso mosaico de nuestro  beato  José Gregorio Hernández  realizado por el artista larense Luis Enrique Mogollón.

A cada diócesis se le otorgó un relicario principal que hace un recorrido cada día, en cada parroquia, para que pueda ser visto de cerca por toda Venezuela.

“Aprobar la beatificación ha sido una nueva y gran manifestación de cariño paternal por parte del papa Francisco. Un gran regalo para todos los venezolanos”, expresó monseñor Giordano en la homilía, transmitida por los canales de televisión nacionales, al referir el proceso de beatificación del laico y científico, nacido en la población trujillana de Isnotú el 26 de octubre de 1864, y  cuyo periplo se prolongó durante  72 años. Asimismo y durante la misma ceremonia  dijo que el acto de beatificación del doctor Hernández confirma lo siguiente: “José Gregorio Hernández ya no solamente pertenece a los venezolanos, sino a la iglesia universal, al mundo entero”.

La certeza de que Dios existe

Es así cómo la potente y poderosa fe de la señora Carmen Ortega (madre de la niña del milagro) en Dios a través de la intersección de José Gregorio Hernández se elevó hasta lo más alto del cielo. Su súplica nunca fue pequeña, al contrario, movió literalmente montañas que desembocaron en la realidad que vivimos hoy: la esperanza es real, es tangible en el milagro de Yaxury Solórzano y en consecuencia la tan anhelada beatificación de J.G.H. Esperanza que se hace cada vez más necesaria en tiempos de pandemia. Saber que nuestras plegarias nunca serán mínimas sino que más bien serán escuchadas reconforta y alegra. Es un hecho: la fe es la certeza de que el bien opacará al mal y siempre triunfará. Nunca dejar de hacer el bien y nunca dejar de orar.


Fuentes oficiales en orden de aparición:

-Comisión Nacional  para la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández

-Nota de prensa titulada: José  Gregorio Hernández: Un hombre de ciencia y fe 

-Nota de prensa enviada titulada José Gregorio Hernández: El Médico de los Pobres

-Separata titulada  J.G.H, Testigo de Fe: Médico de los pobres

-Separata titulada  J.G.H. Testigo de Fe: El milagro para su Beatificación

-Material de prensa llamado Preguntas y respuestas Beatificación Dr. José Gregorio Hernández

-Nota de prensa titulada  El milagro de Yaxuri.