Papel Literario

Jesús Ignacio Pérez Perazzo: “La música es un lenguaje”

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Por NELSON RIVERA

—¿Qué es una Banda Sinfónica, una Banda Marcial y un Ensamble?  ¿Qué las diferencia? 

—Una Banda Sinfónica es una agrupación musical integrada por familias muy completas de instrumentos de viento madera y metales; además de una importante sección de instrumentos de percusión. En nuestros tiempos, suelen agregársele instrumentos de cuerda como violonchelos y contrabajos. Por su tamaño, sonoridad, variedad de timbres y conformación, este tipo de agrupación permite a los compositores desarrollar ideas con un lenguaje musical propio y diferente al utilizado con las orquestas sinfónicas. Suelen estar integradas por 70, 80 y hasta más integrantes.

Una Banda Marcial es una agrupación musical integrada por instrumentos de viento y percusión y cuyas funciones fundamentales se desarrollan en el marco de las actividades castrenses, desfiles y otros usos y servicios militares. El tamaño y características de estas agrupaciones puede llegar a ser tan importante como el de la Banda Sinfónica.

Un Ensamble o Conjunto de vientos, como su nombre lo indica, es un grupo de músicos que se dedican a cultivar y desarrollar repertorios específicos o particulares, tales como las Bandas de Dixieland, Bandas Escocesas, Bandas Tirolesas, Bandas del Salvation Army. Estos Ensambles o conjuntos suelen estar integrados por diversos instrumentos o familias de instrumentos de viento, así como también por muchos instrumentos similares  o de la misma familia, por ejemplo: clarinetes o flautas o cornos (trompas) o trombones…

—¿Cómo sobreviven en Venezuela?

—La respuesta es compleja. Por ejemplo, la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar que fundé en 2005 contaba con el apoyo del Conservatorio de Música Simón Bolívar y del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, y logró alcanzar un altísimo nivel por parte de sus integrantes y cosechar grandes triunfos en el país y en Bélgica, Holanda, Francia (París) y España, pero se vio seriamente afectada por las circunstancias socio-político-económicas y, lamentablemente, se desmanteló a partir del 2017 y muchos de quienes fueron sus integrantes optaron por buscar otros horizontes en el exterior. Hoy, precisamente una de nuestras tareas primordiales es hacer todo lo posible por reactivarla y, afortunadamente, El Sistema cuenta con los recursos humanos, que son nuestros jóvenes y niños y con la mística de siempre, lo lograremos.

—¿Qué presencia y actividad tienen las Bandas Sinfónicas en Venezuela en nuestro tiempo?

—En Venezuela en nuestro tiempo, y en el tiempo de nuestros padres y hasta en el de nuestros abuelos, las bandas han tenido y tienen una presencia y actividad que todos los pueblos del país lo pueden ratificar en las retretas, fiestas patronales, actos patrióticos y religiosos. Basta con observar algunas fechas de creación de casi todas ellas: Banda Marcial Caracas —de la cual, por cierto, fui su director durante quince hermosos años (1979-1994)—, fundada en 1864; Banda Sinfónica 24 de Junio del estado Carabobo, 1922; Banda Antonio Carrillo de Lara, 1884; Banda Oficial del estado Yaracuy —la cual también dirigí por dos años—, fundada en 1894; Banda Libertad del estado Sucre, 1876; Banda de Conciertos Simón Bolívar del estado Zulia, 1878; Banda Oficial del estado Barinas, 1874; Banda Oficial José Antonio Páez del estado Portuguesa, 1885; Banda Dalla Costa del estado Bolívar, 1891; Banda de Conciertos Marco Antonio Rivera Useche del estado Táchira, 1875, por tan sólo mencionar algunos ejemplos… ¿Entonces…?

—¿Hay un censo actualizado de las mismas?

—Como asomo en mi respuesta anterior, hemos venido trabajando en ello. Una de nuestras prioridades será, precisamente, completar estas informaciones con actualización de otros datos de interés.

—¿Es un movimiento en auge o en declive?

—Es un movimiento mundial en pleno auge y cada vez con mayor cantidad de integrantes. Recuerden que implica a las grandes fábricas de instrumentos y accesorios, editoriales de partituras, métodos, libros de estudio, uniformes, en fin, mucha gente involucrada y además millones de jóvenes y niños de las Bandas escolares, universitarias, comunitarias, religiosas, militares, etc. Además, recuerden que la tecnología continúa, permanentemente, mejorando y optimizando los instrumentos y accesorios que utilizamos en nuestras agrupaciones.

—¿Y en el resto del mundo?

—Bueno, en la pregunta anterior me refería a todo el mundo. El resto del mundo está tan pendiente de nosotros en Venezuela, América (la nuestra, la del Centro y el Sur) y el Caribe, que me han honrado con darme su voto para integrar el Board o Directorio Mundial en este largo período de seis años (hasta 2028), que, Dios mediante, espero poder transitar con éxito y buenos resultados para mi Venezuela y nuestra región.

—Sobre el repertorio de estas agrupaciones: ¿hay algunas corrientes predominantes? ¿Se compone especialmente para estas agrupaciones?

—Esta pregunta me gusta mucho porque, para responderla, debo hacer algunas precisiones de conceptos muy interesantes. Y comenzaré negando enfáticamente algo que se ha venido afirmando desde hace años, decenas de años, centenas de años, y miles de libros y tratados muy serios, y es aquello de que: “La música es el arte de los sonidos…”. No, la música NO ES UN ARTE, la música —como bien denomina en su libro de 1985 el maestro venezolano Juan Bautista Plaza, es un LENGUAJE. Cuando usted va a una de nuestras Escuelas, Academias o Conservatorios a estudiar la música, lo primero que aprende son unos signos convencionales y sistémicos, que tienen o representan valores y sonidos convencionales dentro de nuestro Sistema Musical llamado Occidental; y también aprende a representar a través de signos convencionales, las pausas, entonaciones, duraciones, etc. Es decir, aprende un lenguaje como cualquier otro. Dependerá de la calidad, belleza y uso que usted haga de ese lenguaje el convertirlo en arte. Con el lenguaje musical, al igual que con otro lenguaje, usted puede ofender o enaltecer; puede enamorar o puede decepcionar; puede cantar cosas maravillosas o expresar barbaridades, bajezas y vulgaridades… Puede hacer prosa o verso, puede “vender perros calientes” o hacer hermosas “odas” y poemas. Puede hacer Rap o componer Sinfonías; depende siempre de usted… Ah, y eso no significa automáticamente “certificado de calidad”, puede ser un muy buen Rap y una pésima Sinfonía… ¡y prefiero no poner ejemplos!!!

Y ahora, yendo al grano con la respuesta a la pregunta: el lenguaje musical, como cualquier otro lenguaje, ha sido y es absolutamente, dinámico. Es decir, ha estado y sigue estando en proceso de evolución y cambio; se agregan signos que sirven para precisar efectos o resultados sonoros, se innovan técnicas y esas técnicas necesitan de signos que permitan a los músicos expresarlas. Pero además, día tras día se han incorporado numerosos sonidos que tradicionalmente estaban relegados en nuestro Sistema Musical, relaciones entre los medios tonos, cuartos de tonos, etc. y se ha abierto el lenguaje musical a un universo de sonidos maravillosos que la tecnología ha contribuido a manejarlos. Las Bandas Sinfónicas, como utilizan familias muy completas de instrumentos de viento, disponen de timbres sonoros muy variados y numerosos, que permiten a los compositores disfrutar de una paleta de sonidos maravillosos y novedosos. Adicionalmente, las posibilidades y fuerza sonora de los instrumentos de viento multiplican esas posibilidades expresivas. Por eso, resulta tan interesante a los compositores expresar algunas de sus ideas o creaciones musicales a través de las Bandas. La WASBE tiene como una de sus prioridades alentar y estimular el desarrollo del “Lenguaje de la Música” a  través de estimular la composición de nuevas obras para Bandas y Ensambles de viento y percusión, lo cual requiere por parte de los compositores poseer un amplio y especial conocimiento de las posibilidades técnicas y expresivas de todos y cada uno de los instrumentos de viento y percusión.

—¿Podría contarnos de la Asociación Mundial de Bandas Sinfónicas y Ensambles? ¿De qué modo esa asociación internacional interactúa con las bandas de los países miembros?

—La Asociación Mundial de Bandas Sinfónicas y Ensambles o WASBE —por sus siglas en inglés— es una organización profesional sin fines de lucro donde estamos representados compositores, instrumentistas, directores, investigadores o musicólogos, educadores musicales, fabricantes de instrumentos, accesorios y equipos, editores de música, y amantes de la música de vientos; y cuya finalidad es ocuparse del desarrollo y progreso de todos los aspectos relacionados con la creación, producción y difusión de la música para instrumentos de viento y percusión. Ello implica la atención a muchas especialidades, la organología u organografía, la iconografía o ciencia de las imágenes musicales, la praxis interpretativa, la ciencia de la notación, la ciencia de las fuentes, la biografía, la ciencia y técnicas de la composición, la terminología, la estadística, la acústica musical, la fisiología, la fisiología de la ejecución instrumental, la ergonomía musical, la psicología de la audición, la pedagogía musical, la filosofía de la música, la estética de la música y la etnología musical, entre otras. Es decir, que hay bastantes campos y posibilidades para ocuparnos ¡mucho, muchos y en todos los países!!!!

—Quiero preguntarle sobre el impacto de la masiva emigración de los músicos venezolanos a decenas de países. ¿Se dispone de alguna medición de cuántos se han marchado? ¿Ha afectado la estabilidad de las bandas, orquestas y agrupaciones en Venezuela? ¿Se ha producido un relevo con nuevos talentos dentro del país? ¿Están esos nuevos músicos preparándose para emigrar también?

—La pregunta, que por lo demás no afecta solo a Venezuela sino también a otros países en el mundo, la responderé por partes:

-Impacto de la migración masiva en los músicos venezolanos: sí.

-¿Cuántos se han marchado? Muchos.

-¿Ha afectado la estabilidad de las Bandas, Orquestas y Agrupaciones musicales en Venezuela? La ausencia de compañeros y de alumnos que han estado al lado de uno siempre afecta; afortunadamente, en nuestro país y gracias al trabajo de mi amigo, colega y siempre maestro José Antonio Abreu, y de un grande e importante equipo de muchos compañeros, contamos con la materia prima y gran reserva humana que representan los miles de jóvenes y niños que han sido y son formados, pertenecen y permanecen en El Sistema y en todos los estados de Venezuela.

—¿Se ha producido un relevo con nuevos talentos dentro del país?

—Gracias a Dios, sí. Para muestra un botón, estoy jubilado, sigo activo y contamos con muchos jóvenes que han tomado y están dispuestos y capacitados para tomar el testigo de relevo.

—¿Están esos nuevos músicos preparándose para emigrar también?

—Son realidades y decisiones que debe enfrentar y tomar cada quien. El proceso de irse a otro país no necesariamente es traumático y fatal. Además, Venezuela somos todos, los que trabajamos y triunfamos aquí, y los que lo hacen en otros países: VENEZUELA SOMOS LOS VENEZOLANOS.

—La presencia muy destacada de músicos venezolanos en varios países se ha convertido en fuente de constantes noticias positivas. Se les reconoce su talento. Están presentes en las calles, en lugares nocturnos y como parte de instituciones. ¿Cómo valora usted este fenómeno? ¿Qué beneficios genera? ¿Qué desventajas?

—Esta presencia es un motivo de orgullo para nosotros los venezolanos, porque exportamos mucha calidad humana y profesional, no sólo en la música sino en muchos otros campos de las ciencias, la tecnología, las artes y el deporte. Y este hecho representa un reto para las nuevas generaciones que deben apurar el paso para llenar los espacios que van dejando los que se marchan. Y el gobierno y las autoridades deben tomar cada vez mayor conciencia de la responsabilidad que tienen, de ser garantes de las posibilidades, programas, proyectos y recursos para que estos procesos se cumplan adecuadamente.

—Por último: se repite que la venezolana es una cultura dotada de peculiares talentos musicales. ¿Es posible afirmar algo así? ¿Hay argumentos que ratifiquen o desmientan esta afirmación? ¿Acaso no puede decirse lo mismo de los músicos de otros países?

—Esa afirmación se basa en un fenómeno muy peculiar y es la musicalidad de nuestra manera de hablar y expresar nuestras emociones. El trópico nos hace relajados, confianzudos, coloquiales, amistosos y, además, la característica de vivir en un país que es “puerta de entrada y salida” continental y sin los rigores de los cambios estacionales nos somete a influencias muy variadas y diversas.

Adicionalmente, nuestras tradiciones y costumbres y nuestro ordenamiento legal nos permiten ser bullangueros, fiesteros y expresivos; afortunadamente por eso pude dar una exagerada cantidad de “serenatas”, hay muchos testigos que andan por estas calles (Jajaja).

No, creo que cada país y cada región tiene sus tradiciones, usos, costumbres, y su propia musicalidad y maneras de expresarla. Pero, indudablemente, los venezolanos somos unos “cracks”.