Por LAUREN LEVENSON
Soy cellista, formada en Estados Unidos y en Inglaterra. Estudié en la Universidad de Cornell, con John Hsu, gran maestro de Viola da Gamba, uno de los primeros del siglo XX en dedicarse a la difusión, en instrumentos originales, de la música Renacentista y el Temprano Barroco. Siempre quería acercarme a esos tiempos lejanos.
Llegué a Caracas en 1977, y poco después comencé a formar parte de Música Antiqua, una agrupación instrumental y coral, dirigida por la profesora Ruth Gosewinkel. Allí conocí a Isabel Palacios, y a la recordada Mariela Valladares. Ellas eran las solistas vocales del repertorio de música de cámara que ensayamos para ese entonces.
Isabel me comentó del proyecto Renacentista, y me invitó a estudiar Viola da Gamba con el chileno-francés Fernando Silva Morván, para eventualmente unirme a lo que sería la Camerata Renacentista de Caracas. Con gran ilusión, acepté.
Mariela, Isabel, Pedro, Pancho, Fernando, Rubén y yo compartíamos días de ensayos, se me abrió un mundo maravilloso de sonidos puros, llenos de aire y recuerdo sublimes de una pasado que siempre anhelaba conocer. Viajamos por toda Venezuela, especialmente al estado Lara, a Mérida, a Bolívar, luego a Curaçao, y también a Francia, en cada lugar vimos caras emocionadas del público, señalando una gran afinidad con nuestros programas.
Luego se integraron el negro Iván, Carlos Godoy, Bartolmé, la nena Riera, Laura Alonzo, con cada uno compartíamos alegrías, grandes emociones, cada etapa fue hermosa.
Gracias, Isabel, por haber impulsado el proyecto hace 45 años, gracias por haber seguido sin dudas e implacable y a pesar de cualquier obstáculo. Bien sabias siempre que tus instintos no fallaban. Brindemos todos por la Camerata siempre viva, siempre vigente.