Por ESMERALDA HINCAPIÉ, ÁLVARO DÍAZ GÓMEZ, CARLOS ARANGO
Introducción
Pensar en el legado de la profesora en Colombia es dialogar con casi 50 años de producción escrita y audiovisual, de debates críticos y autocríticos, de momentos en los que la amistad se teje en medio de compromisos e inteligente humor, también en momentos en los que el tiempo inclemente arrasa y nos obliga a tomar conciencia de la importancia de la complicidad y del afecto expresados en el efímero instante de una mirada, un gesto, una palabra.
Hemos optado aquí por recorrer de manera cronológica estos 50 años con el artificio de dividirlos en décadas y con la excesiva limitación de lo que vivimos en nuestra experiencia con ella, que de hecho es bien poca, comparada con la de tantos que han disfrutado su compañía mientras investigan y escriben a su lado. Tampoco dejamos espacio para la amiga y lo que desde este vínculo nos enseñó. Queda por fuera, su influencia y compañía en nuestra praxis comunitaria y política, en los cursos de nuestras maestrías y en las tesis de doctorado. Nos hemos restringido al impacto que su obra escrita y sus conferencias en la universidad han tenido sobre docentes y estudiantes.
Los años 80
El inicio “oficial” de la psicología comunitaria latinoamericana está ligado al I Congreso colombiano de Psicología Comunitaria realizado por la Universidad INCCA en 1984, donde ella funge de conferencista principal e invitada internacional (Díaz, A, 2018). En este evento reconocimos que la versión latinoamericana de la psicología comunitaria, a diferencia de la versión norteamericana, era una alternativa más cercana a nuestros problemas y tenía el cambio que buscábamos en nuestra crítica a la perspectiva individualista. Esta versión empezó a ser incluida en programas de pregrado y posgrado de psicología en nuestro país (pregrados de la Universidad del Valle, de la Universidad INCCA, maestría en Psicología Comunitaria de la Pontificia Universidad Javeriana desde 1987, entre otros) y los textos de la profesora empezaron a ser parte la bibliografía básica y obligatoria de los cursos. Transitamos en ese entonces por artículos como La Psicología Social y el Desarrollo de Comunidades en América Latina (1980); Fundamentos Teóricos de la Psicología Social Comunitaria (1982); Psicología Comunitaria. Orígenes, Principios y Fundamentos Teóricos (1984); El uso de historias de vida participativas en la psicología social comunitaria (1991).
Molina (2012) liga el inicio de la psicología política en el continente a la publicación del libro titulado Psicología Política Latinoamericana (1987), coordinado por nuestra protagonista, quien describe este hito así: “Ese libro surgió de una discusión en el XX Congreso Interamericano de Psicología (1985) […] Dándonos cuenta de que no existía una obra sobre la perspectiva psicopolítica latinoamericana, nos propusimos elaborar un libro colectivo” ([1]). (Botero, 2008). Mientras que en Colombia empezó con el trabajo de Ignacio Martín-Baró en la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ).
Los años 90
En el I Encuentro de Egresados de Psicología en La Universidad del Valle, MM dirigió un seminario-taller de Psicología Comunitaria, siendo consecuente con los principios participativos del enfoque comunitario, exploró los saberes y experiencias de estudiantes y profesores y dio puntadas orientadoras para afinar la psicología comunitaria que en aquel momento se estaba construyendo en esta universidad. Este fue el preámbulo de textos colombianos que empezarían a difundirse en la siguiente década.
Sucedió igual en psicología política, los temas “dependencia, alienación, ideología, emancipación, participación y acción colectiva” (Molina, 2012, p. 433) que debatían y publicaban autores de otros países, con la destacada participación de la profesora (Montero, 1987,1991, 1993, 1995), fueron llevados a las aulas colombianas por profesores como Alfonso Sánchez, Ángela María Estrada y Miguel Salas a la Universidad de Los Andes, Jesús María Gálvez y Oscar Cañón, estudiantes de Ignacio Martín-Baró, a La Universidad Santo Tomás (USTA ellos, con otros colegas crearon “el Programa de Psicología a distancia de la Universidad Abierta y a Distancia (UNAD) al que imprimieron una orientación social-comunitaria basada en los principios de la Psicología Social, Comunitaria y Política latinoamericana” (p. 431), Myriam Ocampo la lleva al campo gubernamental y La Universidad del Valle. Una publicación de esta época es La Cultura Política para Construir la Democracia de 1990.
Otro intercambio frutífero de esa década fue con la Sociología Colombiana, con la IAP de Fals Borda, ella lo narra en la entrevista ya citada por Molina:
[…] vine a Bogotá, y mi queridísimo amigo […] Miguel Salas Sánchez me dijo: “Mire, Maritza, yo le voy a dar algo que le va a interesar mucho, una fotocopia, porque ese libro lo quemaron en la Universidad Nacional, y no se consigue”. Ese libro para mí fue la puerta de entrada al trabajo comunitario. Me quedé abismada al encontrar la respuesta a lo que yo quería encontrar, y por eso no lo terminé de leer de una vez, sino que, llegando a Caracas, llamé a los estudiantes y les dije: ustedes van a leer este libro y la semana entrante lo vamos a discutir, y la parte que yo no he leído, ustedes me la van a explicar a mí. A la semana siguiente, sentí un barullo en el pasillo antes de ingresar a mi pequeña oficina en la UCV. Eran mis estudiantes que venían gritando “¡Maritza, Maritza! ¡Aquí está!”. Emocionados entraron a mi cubículo y estaban fascinados. Y ahí comenzó el amor mío por Fals Borda, a quien nunca conocí personalmente. (Botero, 2008. Citada por Molina, 2012).
La década del 2000
En Psicología Comunitaria continuamos estudiando y enseñando en las universidades con sus textos. En esta década los que más circulaban eran su triada de libros: Teoría y Práctica de la Psicología Comunitaria I (2003); Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollo, Conceptos y Procesos (2004); Hacer para Transformar. El método en psicología comunitaria (2006). Esta triada, unida a lo diversos artículos, fueron configurando una manera de pensar y asumir la psicología comunitaria en Colombia. Se destaca, como influencia de este pensamiento, el libro Psicología Comunitaria de la Convivencia (Arango, C, 2006).
En psicología política empiezan a circular publicaciones nacionales ligadas a los problemas colombianos de “desplazamiento forzado, conflicto armado, trauma psicosocial, resistencia comunitaria, violencia política” (Molina, 2012, p. 435). Los autores y su número de publicaciones encontrados en la revisión de trabajos hasta el 2012 son: Barrero Edgar 12, Barreto María Idaly 14, Botero Patricia 23, Díaz Álvaro 35, Estrada Ángela María 23, Gálvez Jesús María 3, Hincapié Esmeralda 12, López Wilson 10, Marín Gerardo 3, Molina Nelson 35, Obando Olga Lucía 18, Ocampo Myriam 17, Patiño Carlos Darío 19, Sacipa Stella 14, Salas Miguel 1, Sánchez Alfonso 5, Tovar Claudia Constanza 9.
En estas tres décadas forjamos relaciones de colaboración entre la profesora y las universidades colombianas. El intercambio de cartas, los correos electrónicos, los cursos y seminarios universitarios y encuentros regulares en el contexto de la Comisión de Psicología Comunitaria de la SIP (Sociedad Interamericana de Psicología) fueron los escenarios en los que recibimos su siempre pertinente retroalimentación a los trabajos presentados y realizados en Colombia.
Podría decirse que a partir del 2000 Colombia asiste a la proliferación de postgrados con perspectiva crítica en muchas de sus universidades, y en ellos es infaltable la influencia de la protagonista de este breve recuento, por ejemplo:
a) La I Conferencia Internacional de Psicología Comunitaria del 2006 fue el punto de partida para que Carlos Arango y Nelly Ayala, con motivo de la invitación a presentar la historia de la psicología comunitaria colombiana, retomaran el espíritu para reconstruirla participativamente y quedara como uno de los artículos que hacen parte del texto compilado por Maritza Montero e Irma Serrano: Historias de la Psicología Comunitaria en América Latina. Participación y Transformación (2011).
b) El seminario internacional de psicología comunitaria convocado por la UPB en el 2009, con Maritza como invitada internacional, fue el inicio de un trabajo colaborativo de producción académica que fortaleció lazos de amistad y posteriores eventos, uno de cuyos productos fue el texto compilado por Esmeralda Hincapié, Sujetos Políticos y Acción Comunitaria (2010), en el que se reúnen dos capítulos de la profesora con capítulos de invitados de Argentina, Venezuela, Puerto Rico y Colombia.
La década del 2010
Cuatro procesos que evidencian su importante influencia en el desarrollo de la psicología comunitaria y política en este país son:
a) Los premios, distinciones y homenajes que universidades y organismos le han entregado con profunda admiración, gratitud y afecto.
b) Los eventos internacionales en los que Colombia ha sido anfitriona y la profesora ha sido invitada especial
c) La conformación de la Red Colombiana de Psicología Comunitaria
d) La investigación titulada La Psicología Comunitaria en Colombia. Caminando hacia una sociedad participativa (Arango, Campo y Delgado. 2019).
e) Las tesis de doctorado que ha dirigido y que abren vías de comprensión a la complejidad de las comunidades del siglo XXI y a insistir en superar, desde el sur global, la brutalidad con la que el sistema neoliberal está expulsando poblaciones enteras para mantenerse. Tal es el caso del libro Comunidades Transformadores de Ciudad (2019).
Al cierre
Podemos afirmar que Maritza Montero se ha caracterizado por estar en la vanguardia de la génesis y desarrollo de la psicología comunitaria y la psicología política latinoamericana. Sin duda, una de las más influyentes en nuestro contexto, como se evidencia en la bibliografía que se reporta en artículos, libros, capítulos de libros y tesis que se han escrito en nuestro país. Nuestra compañera de la Universidad Nacional a Distancia (UNAD), Martha Isabel Álvarez Romero, resume el legado así:
Desafiante en la liberación de cegueras de la realidad y de memorias excluyentes, potenciadora de sujetos que se piensan en contexto, descubriéndose en la incertidumbre como agentes de conocimientos y dignidad, críticos transformadores de vida comunitaria y social.
Notas
1 Autores: Silvia Lane y Wanderley Codo de Brasil; Pablo Fernández Christlieb de México; Ignacio Martin-Baro de El Salvador; Fernando González de Cuba; Ángel Rodríguez Kauth de Argentina y Elizabeth Lira de Chile.
Referencias
Arango, C., Campo, D. y Delgado. M.E.(2019). La Psicología Comunitaria en Colombia. Caminando hacia una sociedad participativa. Editorial Universidad del Valle. Cali. ISBN. 978-958-5599-68-0
Arango,C. (2006) Psicología Comunitaria de la Convivencia. Programa Editorial. Universidad del Valle. ISBN: 958-44-0239-4. Cali.
Díaz, A, (2018) Psicología social en Colombia: una mirada descriptiva de un proceso en devenir. En. Jacó, A (organizadora) psicología social, itinerarios en América Latina. Jurua editora. Brasil
Hincapié, E. (2019). Comunidades Transformadoras de Ciudad. Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana
Molina, N.& Rivera, M. (2012). Psicología Política en Colombia, revisión de acontecimientos fundantes e históricos. Psicología Política, 12(25), 427-441.
Montero, M. (1980): La Psicología social y el desarrollo de comunidades en América Latina. Revista Latinoamericana de Psicología, 12, 159- 170
Montero, M. (1982). Fundamentos teóricos de la psicología social comunitaria. Boletín AVEPSO, 5 (1), 15-22.
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Montero, M. (Coord.). (1987). Psicología Política Latinoamericana. Caracas: Panapo.
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Ocampo, M. (1990). La Cultura Política para Construir la Democracia. Opción, 1, 36-38.