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Hipercomunicación: cyborgs, inteligencia artificial y metaverso

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El autor presenta una visión perspicaz del metaverso, un universo virtual que integra la realidad física y digital, brindando a los usuarios la oportunidad de sumergirse en experiencias como la exploración, la socialización, el trabajo, el aprendizaje y otras actividades diversas”

Por GUSTAVO HERNÁNDEZ DÍAZ

Es un motivo de alegría para mí escribir el prólogo de Hipercomunicación: cyborgs, inteligencia artificial y metaverso de Carlos Eduardo Colina Salazar: compañero de viaje en el Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la UCV. Siempre he estado atento a su desarrollo académico en diversas áreas de interés de las ciencias sociales y humanidades. 

El profesor Colina es uno de los teóricos más sólidos en las Ciencias de la Comunicación en Venezuela, especialmente en el campo temático de las Tecnologías de la Información y Comunicación. Ha realizado diversos estudios relacionados con la comunicación digital, como «El lenguaje de la Red, Hipertexto y posmodernidad» (2002), «Mediaciones digitales y globalización» (2003), «¿Política comunicacional para un ciber-espacio cultural latinoamericano?» (2005), «La ciudad futura y las comunidades virtuales» (2007), «Mediaciones digitales y globalización» (2010), «Ciudades Glocales: Estéticas de la vida cotidiana en las urbes venezolanas» (2010), «Ciudades Mediáticas: Aproximaciones a Caracas desde la Comunicación y la Cultura» (2010) y «Seducir y Controlar: Vigilancia Electrónica y Privacidad en Venezuela» (2011). 

Para profundizar en la producción intelectual del profesor Colina, es pertinente destacar su libro más reciente, titulado Hipercomunicación: cyborgs, inteligencia artificial y metaverso, publicado por la editorial abediciones de la Universidad Católica Andrés Bello. 

Me gustaría examinar algunas de las ideas centrales que se desprenden de algunos de los capítulos de esta obra, que considero un notable aporte para los estudios relacionados con la Sociedad Red. 

Manuel Castells define la Sociedad Red como una nueva estructura social caracterizada por la interconexión y la organización en red, basada en las nuevas tecnologías y el Internet. Tanto Castells como Colina podrían coincidir en la tesis de que las tecnologías de la información y comunicación (TIC) han transformado profundamente a la sociedad. Estas transformaciones afectan la producción de bienes y servicios, las relaciones humanas y el poder, entendido como la capacidad de persuadir para garantizar el cumplimiento de las reglas sociales dominantes. 

Es interesante seguir explorando las ideas del profesor Colina en esta área, junto con su perspectiva única en el campo de las Ciencias de la Comunicación. Este investigador venezolano, profundamente de Catia, una de las 22 parroquias que conforman la ciudad de Caracas, «catiense de corazón», y devoto de la Cultura de Las Palmas, aborda diversos temas en su libro Hipercomunicación: cyborgs, Inteligencia artificial y metaverso. Explora la epistemología de la comunicación y reflexiona sobre la minería intelectual en los yacimientos textuales de Zigmunt Bauman y Byung Chul Han. También se sumerge en el mundo de la transmedialidad y los videojuegos. En su obra, el autor advierte sobre las dimensiones olvidadas de la comunicación, a saber: la neurofisiológica, la neuropsicológica y la biosemiótica.

El profesor Colina aborda de manera recurrente temas como la digitalización, la autonomía y los ciberderechos. En su obra, estos asuntos son nuevamente explorados para profundizar en la influencia de las tecnologías digitales en nuestra forma de interactuar, trabajar, comunicarnos y organizarnos. 

Es fundamental explorar la capacidad de los prosumidores (aquellos que producen y consumen contenidos) para ejercer un control autónomo sobre su información y sus elecciones en el ámbito digital, en consonancia con los derechos humanos en el entorno digital.

El autor presenta una visión perspicaz del metaverso, un universo virtual que integra la realidad física y digital, brindando a los usuarios la oportunidad de sumergirse en experiencias como la exploración, la socialización, el trabajo, el aprendizaje y otras actividades diversas. 

Advierte en su trabajo: 

La investigación sobre el metaverso es actualmente embrionaria. Su definición contemporánea suele incluir las siguientes dimensiones: realidad virtual, realidad aumentada y realidad mixta en 3D, IA, e Inmersión e interacción del sujeto mediante un avatar. En la actualidad, los videojuegos constituyen la modalidad de metaverso más extendida. De hecho, su industria supera en facturación a los sectores del cine y la música, sumados conjuntamente. No obstante, más allá del campo lúdico, las experiencias digitales inmersivas se ampliarán a distintos ámbitos de nuestras vidas. (pág. 163)

El libro Hipercomunicación: cyborgs, inteligencia artificial y metaverso me ha dejado con varias ideas resonando en mi mente. Gracias a su enfoque en el presente, nos invita a reflexionar sobre el futuro y tomar acciones para evitar que nos encontremos desprevenidos ante los cambios que se avecinan. 

El profesor Colina afirma: 

Los actores de la comunicación o los protagonistas del intercambio de información también están cambiando, más allá de sus papeles de Ego y Alter clásicos. En realidad, a partir de ahora, el usuario no solamente va a estar interactuando cotidianamente con personas sino con objetos, y algunos de ellos van a tener Inteligencia Artificial (débil o fuerte). (pág. 46)

Esta idea me lleva a pensar en varios temas que he estado considerando desde hace tiempo. En primer lugar, la necesidad de desarrollar modelos de comunicación para la sociedad red. Así como en el pasado existieron modelos clásicos propuestos por Harold Lasswell y Wilbur Schramm, en el contexto actual podríamos contribuir al trabajo de Manuel Castells, quien nos brindó una teoría sobre la sociedad red, pero aún faltan modelos que expliquen la Hipercomunicación.

En segundo lugar, recordemos la advertencia del filósofo venezolano de la comunicación Antonio Pasquali:

Si es cierto que sin función comunicante no hay comunidad posible, igual certitud existe de que toda modificación espontánea o inducida en el comportamiento comunicacional de un grupo social genera cambios en el modo de percibir, sentir y tratar al otro, en el ejercicio de la relación humana y por ende en el modelo vigente de comunidad. Hablar de comunicación y de información es, pues, referirse sin circunloquios, siempre y necesariamente, a la esencia de comunidad y de relación humana (1).

La obra de Colina resalta la urgencia de adoptar una perspectiva «transdisciplinaria» para abordar el rápido crecimiento de la inteligencia artificial: 

La sociología, la antropología, la ética, el derecho, la psicología, la neurociencia, la comunicología y las disciplinas tecnológicas correlacionadas, entre otras, tienen mucho que decir al respecto. El diálogo de saberes no debería estar ausente y la perspectiva de un ciudadano informado verazmente, tampoco. En realidad, existen escenarios de oportunidades infinitas, riesgos y configuraciones inciertas, como las que podría abrir la IA fuerte, si llega a consumarse algún día. La evaluación social de la ciencia y la tecnología es perentoria hoy día, más que nunca, para el diagnóstico y para fundamentar políticas públicas de raigambre democrática. (pág.63)

El autor se distingue por su independencia intelectual y su espíritu crítico. No se deja llevar por las corrientes teóricas en boga ni por la adoración a figuras influyentes. Su crítica epistemológica a las propuestas de Byung Chul Han pone de manifiesto las debilidades de las teorías en las ciencias sociales y las humanidades, incluso aquellas que gozan de amplia aceptación. Al respecto, el profesor Colina señala: 

Al igual que sus padres de la Teoría Crítica, Byung Chul Han identifica y describe magistralmente tendencias claves de la contemporaneidad, pero soslaya otras de singular relevancia. La idea delirante de totalidad y el elitismo frankfurtiano resurgen en sus ensayos. Si bien reconoce el carácter simétrico y potencialmente dialógico de los medios digitales, no identifica como han sido aprovechados por movimientos sociales de distinto tipo. Estos últimos no pueden reducirse a un supuesto «tribalismo identitario», polarizante y sin alteridad (2022). El uso más visible de las redes sociales es el «infoentretenimiento», y está relacionado con los influencers y sus seguidores, pero existen otros usos, socialmente relevantes. El autor omite todo lo relacionado con la legislación europea de protección de datos y los nuevos derechos digitales. La aparente profundidad hermenéutica esconde muchas simplificaciones y generalizaciones inadecuadas, sin negar sus puntuales y profundos aciertos. Con sus ascendentes teóricos puede ser muy díscolo pero también demasiado fiel. (pág. 16)

Otra idea que se destaca en Hipercomunicación: cyborgs, inteligencia artificial y metaverso es que: 

A pesar de que la neurocomunicación y la neuropsicología se adscriben al paradigma objetivista, suelen lograr, junto al Big Data, descripciones y explicaciones de alcance sin igual, de referencia obligada en la nueva comunicología y en el abordaje de los nuevos fenómenos de las comunicaciones digitales. La neurocomunicación no existe como una disciplina que pueda abarcar la multidimensionalidad de la comunicación social, pero existirá como subdisciplina imprescindible en las próximas décadas. (pág.11)

Para avanzar más allá de la visión pospositivista de la neurocomunicación se requiere de un diálogo profundo desde las ciencias sociales y las humanidades. Es fundamental alcanzar consensos sobre el impacto de la neurocomunicación, la neuropsicología y la biosemiótica en diversos aspectos de nuestras vidas, considerando perspectivas interdisciplinarias y principios éticos y deontológicos. 

Hay que dedicar mayor esfuerzo para comprender la neuropsicología, particularmente en lo que respecta a su potencial para tratar trastornos mentales que han surgido o se han intensificado en el contexto de la comunicación digital. Estos trastornos incluyen la nomofobia o la dependencia excesiva del celular, pérdida de la identidad personal, la construcción de una segunda vida virtual, la adicción a los avatares personales y el deterioro de la comunicación interpersonal directa, sin la intermediación de redes o dispositivos móviles. 

Es de suma importancia resaltar la visión de Antonio Pasquali sobre la multidisciplinariedad como enfoque esencial para comprender la complejidad de la sociedad de la comunicación digital. Esta propuesta se encuentra en estrecha sintonía con las reflexiones del profesor Colina en torno al mismo tema.  

De acuerdo con Pasquali, este filósofo indica lo siguiente: 

Enfrentados como estamos, por ejemplo, a la inquietante y remota posibilidad de un pensar digitalizado radicalmente independiente de nuestra materia gris, transhumano y, por ende, transhumanista e incluso antihumanista, el pensar necesita urgentemente repensarse no desde la metafísica sino más bien desde la ciencia física y desde su propia historia, a fin de determinar sus límites gnoseológicos presentes y futuros y las tareas que le quedan por satisfacer (2).

Profesor Colina, nos encontramos ante un motivo de gran satisfacción: la publicación de su libro Hipercomunicación: cyborgs, inteligencia artificial y metaverso, una obra que sin duda enriquecerá el panorama de las Ciencias de la Comunicación en Venezuela.


Notas

1 Véase: Comprender la comunicación (edición revisada y actualizada), Gedisa, p. 60, 2007.

2 Ibíd.,p.19