
Por JOSÉ G. ÁLVAREZ-CORNETT
“Algunos meses después de su fallecimiento, Papel Literario publicó el artículo Francisco de Rossón visto por 3 amigos. Estos amigos, Francisco de Venanzi, Arturo Uslar Pietri y Miguel Otero Silva, habían prologado tres libros póstumos de Rossón”
Por JOSÉ G. ÁLVAREZ-CORNETT
La poesía resonaba en los mares y las lluvias, en la tierra y los metales, en los volcanes y el viento, que Rossón evocaba a cada instante. Pocos divulgadores han logrado como Francisco de Rossón penetrar en el entendimiento de los niños y jóvenes a través de una ciencia que, si existiera, se llamaría «la poesía de la enseñanza».
Miguel Otero Silva
El inexorable paso del tiempo rasgó y dispersó en fragmentos la memoria nacional de Francisco de Rossón Rubio (1895-1971). Aunque hoy en día en el país casi nadie lo recuerda, Rossón fue un poeta madrileño que vivió en esta tierra de gracia, se hizo venezolano y dejó huella en nuestra cultura.
Algunos meses después de su fallecimiento, Papel Literario publicó el artículo Francisco de Rossón visto por 3 amigos. Estos amigos, Francisco de Venanzi, Arturo Uslar Pietri y Miguel Otero Silva, habían prologado tres libros póstumos de Rossón (1).
Rescatando a Rossón del olvido
Este ensayo presenta los fragmentos de la vida y obra de Francisco de Rossón recogidos mediante una investigación en línea utilizando Internet, aplicaciones digitales y las redes sociales. Francisco de Rossón fue un personaje de la cultura venezolana que tuvo una presencia activa entre 1923 (o 1924) y 1928 y luego, entre 1946 y 1971. Es una figura que vale la pena recordar y rescatar para las jóvenes generaciones, especialmente en este año cuando se celebra el 130 aniversario de su llegada al mundo.
En Madrid Rossón formó parte del movimiento ultraísta y en Venezuela de la vanguardia literaria (2). Su vida venezolana tuvo dos facetas: una literaria y otra, más extensa, vinculada con la divulgación de la ciencia. Escribió poesía en Caracas y Maracaibo, y en esta última ciudad también impulsó la creación de un grupo literario. En 1928 la dictadura gomecista lo expulsó hacia Curazao y se vio entonces forzado a vivir exiliado por casi dos décadas. Hacia 1946 regresó al país y se radicó definitivamente entre nosotros, dedicándose, principalmente, a la enseñanza y la divulgación de la ciencia y la astronomía.
En pos de un nombre y tras una vida
Avisté por casualidad el nombre de Francisco de Rossón en una de mis investigaciones en línea en PROYECTO VES sobre los aportes de la inmigración extranjera a la ciencia y la tecnología en Venezuela (3). Sucedió cuando estudiaba el caso de Emidio Prata Caramadre, C.M. (1916-1993), un físico italiano y sacerdote de la Congregación de la Misión que fundó un pequeño observatorio astronómico y meteorológico en las instalaciones del antiguo Seminario Divina Pastora de Barquisimeto que a la sazón dirigía y que después ejerció en Mérida como profesor de Física en la Universidad de Los Andes (4).
Mi mirada se cruzó con el nombre de Francisco de Rossón cuando estaba leyendo unos recortes de prensa (digitales) que reseñaban el acto de instalación de la seccional de Barquisimeto de la Sociedad Astronómica de Venezuela (SAV), realizado el 2 de enero de 1958. En ese acto el padre Emidio Prata fue nombrado presidente de la seccional y Francisco de Rossón había viajado a esa ciudad para participar en dicho evento porque para esa época era el presidente de SAV, una organización cuya creación él mismo había impulsado y luego, cofundado en Caracas el 26 de junio de 1957 (5).
Francisco de Rossón, primera etapa (1895-1924)
Las pesquisas en línea pueden ser muy fructíferas, pero tienen sus límites. La investigación digital realizada no reveló los primeros pasos de Francisco de Rossón. Hay un vacío en los datos digitales que nos oculta su infancia, y para conocerla habría que escudriñar en los archivos físicos madrileños o toledanos (6).
Según el Padrón del Ayuntamiento de Madrid de diciembre de 1920, Francisco de Rossón vivía entonces con su madre y hermanos en un apartamento alquilado en el Distrito del Congreso, Barrio Príncipe, Calle de la Cruz, No. 37 y 39, en el 3er piso (izquierda) por el cual pagaban un alquiler mensual de 1.440 pesetas, según un contrato de arrendamiento del 1 de mayo de 1919.
En el Padrón figuran su madre Balbina Rubio Pérez (n. 31 de marzo de 1867 en San Pablo, Toledo) y sus hermanos Josefa (n. Madrid 1889), Asunción (n. Madrid 1901) y Ángel (n. Vigo, Pontevedra 1907) (7). No aparece el nombre de su padre, de quien hoy solo sabemos que se llamó Manuel Rossón. Por este documento sabemos que Francisco Rossón Rubio nació en Madrid el 19 octubre de 1895. Esta fecha de nacimiento es la misma que aparece en su pasaporte venezolano; así, pues, el año de nacimiento de 1908 que figura en las reseñas biográficas de sus libros póstumos es incorrecto.

Tres rostros de Francisco de Rossón. Fuente: PROYECTO VES collage propio
En 1914, después de culminar la educación secundaria, Francisco de Rossón ingresó en la Academia de Infantería de Toledo, egresando el 26 de junio de 1917 como Segundo Teniente de Infantería. Esta institución militar es la misma que formó a los dos grandes generales de la Guerra Civil española: Francisco Franco (1907-1910) del bando nacionalista y Vicente Rojo (1911-1914) del bando republicano.
El programa de enseñanza de la Academia de Infantería de Toledo era de tres años. Además de los cursos de formación militar, las prácticas deportivas y el estudio de idiomas (inglés, alemán o árabe), el plan de estudios también incluía materias relacionadas con la ciencia y la ingeniería: geometría descriptiva, planos acotados, topografía y telemetría, álgebra superior, mecánica, física, química, pólvoras y explosivos, balística, ferrocarriles, telegrafía, fortificación y dibujo topográfico y de paisaje (8).
Francisco de Rossón fue militar por muy poco tiempo. Según una nota del 29 de agosto de 1918 publicada en el periódico El Fígaro, “a petición propia”, a Francisco de Rossón se le concedió la separación del servicio. En el Padrón se indica que para ese año, Rossón era “opositor a telégrafos”, es decir, que estaba concursando para ingresar al Cuerpo de Telégrafos.
¿Qué despertó en Francisco de Rossón el interés por la poesía y la vida literaria? ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas poéticas? ¿Cuándo se unió en Madrid al círculo ultraísta? ¡Vaya, carezco de las respuestas para estas interrogantes!
Aunque puedo señalar que hallé una nota biográfica en la Revista Nacional de Cultura que escuetamente informa: “Formación literaria en Madrid y París. Se inició en ‘El Liberal’, de Madrid por el año de 1915” (9). Y también encontré que en 1920 Francisco de Rossón y el poeta galaico Xavier Bóveda (1898-1963) publicaron sus versos conjuntamente en Alba.- Los poemas de los pinos (Madrid: Gráfica Ambos Mundos). Una obra inusual de dos poetas con distintas musas y personalidades que decidieron dar a conocer sus poemarios en un mismo volumen: Rossón Alba y Bóveda Los poemas de los pinos. No pude consultar esta obra, pero encontré dos reseñas anónimas (10):

La página del título de Alba.-Los poemas de los pinos
“Alba’ cobra mayor amplitud de sentido y de tema. Sus versos son variados, y el asunto tiene matices muy diversos; pero todos ellos llevan dentro una gran amargura, un gran desaliento; no parecen la obra de un poeta joven. El color pesimista que los marca no rima bien con el título claro y fragante con que el poeta los presenta. Más que ‘Alba’, la obra de Rossón parece un crepúsculo sombrío. Se ve, no obstante, en el autor un poeta de fibra más preocupado de profundizar en el corazón que de pulir la forma”.
“El joven poeta Francisco de Rossón” —dice la otra reseña— “publica Alba, colección de versos dolientes, impregnados de suavidad, tristeza y melancolía; hondos versos de los que parece desprenderse un tenue perfume de amor y resignación, y en los que se transparenta, rica en matices interiores, una vida impulsada en su camino por un corazón que palpita con ritmos de dolor sereno, de esperanza y de emoción”.
Amargura, desaliento, tristeza, pesimismo, melancolía, dolor sereno. ¿Qué aquejaba al joven Rossón? ¿Qué fuerzas en pugna hacían nido en su alma? ¿Cuáles fueron las fuentes de su dolor y resignación? ¿Qué dentro de sí lo impulsó a escribir Alba? Todas son incógnitas que nos invitan a indagar más sobre su vida.
Xavier Bóveda ya era un poeta con alguna fama literaria cuando se incorporó al movimiento ultraísta. Fue uno de los poetas que trabajó en la redacción del manifiesto ultraísta —ULTRA. Un manifiesto de la juventud literaria— publicado en enero de 1919 en la revista hispanoamericana Cervantes (11). Este movimiento fue inicialmente tutelado por el novelista, poeta y traductor sevillano Rafael Cansinos Assens (1882-1964), conductor de las tertulias literarias que desde finales de 1918 se realizaban en el madrileño café Colonial, situado en el desaparecido número 3 de la calle de Alcalá junto a la Puerta del Sol (12).
¿Fueron esas fuerzas en pugna las que impulsaron a Rossón a viajar a Venezuela hacia 1923-1924? ¿Tenía amigos o conocidos en el país? ¿Por qué venir a Venezuela? ¿Por el auge petrolero? ¿Cuándo llegó?
Aunque ante estas preguntas mi investigación digital quedó muda, puedo agregar que existe una notificación en la Gaceta de Madrid del 15 de agosto de 1925 (No. 227) que dice que el
«Oficial tercero del Cuerpo de Telégrafos D. Francisco de Rosón [sic] y Rubio, ingresado en dicho Cuerpo por Real orden de 12 de Noviembre de 1924, con destino a Cádiz: … [se infiere que por no haber hecho acto de presencia] se ha servido disponer que se entienda que el Oficial tercero de Telégrafos D. Francisco Rosón y Rubio ha renunciado su destino a los efectos del artículo 46 del Reglamento orgánico de dicho Cuerpo…”.
Rossón no se presentó en Cádiz probablemente porque ya estaba en Venezuela.
La vida literaria venezolana de Rossón
Francisco de Rossón —dice Miguel Otero Silva — fue “un joven intelectual español que no sé por cuál motivo o destino vino a parar a Venezuela”. Recuerda que lo conoció en Caracas en 1926 o 1927 y que trabajaron juntos en Caricaturas, en donde, dice, “nos pagaban cinco bolívares por cada crónica o poema”. El autor de Fiebre y Casas muertas, que en Caricaturas firmaba con el seudónimo de Miotsi, lo apodó “el caballero español” porque le causaba gracia que Rossón “antepusiera un ‘de’ linajudo a su apellido”.
El veinteañero Rossón llegó a nuestras costas tropicales inspirado por el espíritu ultraísta y el ambiente de las tertulias literarias y de la bohemia madrileña. Arturo Uslar Pietri lo rememora afectuosamente: “Vino a Venezuela tres o cuatro años antes de los sucesos de 1928. Traía poemas y proyectos y un cálido sentimiento de simpatía humana, que le abría todas las puertas y todos los corazones. Pronto formó parte del ambiente de la juventud literaria. Fraternizaba en las mesas de las cantinas con los últimos representantes de la bohemia romántica y los primeros buscadores de los rumbos de la vanguardia”.
En Caracas, además de escribir para el semanario humorístico Caricaturas, Rossón publicó poemas en válvula, órgano de la vanguardia literaria cuyo único número apareció el 5 de enero de 1928, en las revistas Élite, Billiken y Perfiles y en otras publicaciones de la época. Miguel Otero Silva recuerda: “Él escribía versos ultraístas que estaban de moda y practicaba un humorismo desfachatado, que también andaba en boga, aunque ni lo uno ni lo otro le cuadraban a su sencillez bondadosa y a su romanticismo quijotesco”.
El poeta madrileño también residió en Maracaibo. Allí, junto con Héctor Cuenca decide crear una peña literaria que luego, con la participación de Valmore Rodríguez y otros, el 6 de agosto de 1925 dio origen al grupo literario Seremos (13). En Maracaibo escribió para las publicaciones La Información, Excelsior y Paz y Trabajo. En 1925 en “la tierra del sol amada” se publicó una antología poética que recogió los versos de Udón Pérez, Rossón y varios miembros del grupo Seremos (Poesía, Maracaibo: Tipografía América, Selección No. 4) (14).
En ese mismo año, Rossón contribuyó en válvula con el poema en prosa titulado “El vértice” (15):
Escucha, herrero.
Deja de gritar el verso de tus martillazos, que no quiero ritmos monótonos. Es mejor el viento de chispas que sacas de tu hierro al rojo, que el ruido que brinca de tus golpes y que la obra que haces, ídolo o espada.
(…)
¡Ayúdame, herrero! Que me hace falta un vértice del triángulo perfecto, y quizás tú puedes dármelo, juntando a tu brazo torturado de músculos, la fuga de estrellas de tu fragua, y el hierro blanco de tu hierro dócil…
En 1926 en el magacín Elite Rossón publicó “El poema de 60 H. P.”, considerado por la profesora Yhana Riobueno González, del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la Universidad de Los Andes, como “…uno de los textos más audaces de la vanguardia poética por la fusión de formas estróficas rimadas y de metáforas agresivas que aluden al automóvil, la velocidad y al ritmo acelerado de la ciudad” (16).
El poema de 60 H. P.
La calle se desenrolla del tambor del mediodía
como una blanca polea a toda velocidad,
mientras el sol clava duro su caliente algarabía
con una avidez de flecha temblorosa de agonía
sobre el sembrado de casas que semeja la ciudad.
El automóvil desboca su velocidad idiota,
la fila de casas pasa temblorosa y desigual
y por la seudo ventana de detrás de la capota
el polvo pone la niebla de su carcajada rota
y la torre pasa altiva en su orgullo vertical.
El ruido se hace el amigo de nuestra loca carrera,
calles perpendiculares pinchan nuestra trayectoria
hasta salir al gran llano de la franca carretera,
y el caliente y plano hocico de la parte delantera
husmea un rastro de esencia tras una pista ilusoria.
Lanza la carrocería su grito desajustado,
el motor jadea un poco en su respiro animal
y el volante tranquiliza su zig-zag desorientado.
Detén un poco la marcha, mecánico;
pon cuidado que allá lejos se divisa la amenaza del final.
Por fin los caballos toman un buen galope reacio;
sienten las ruedas la zarpa del freno dominador, y paramos.
Hay un corto silencio de sol y espacio.
Voy a escribir un poema… y después me iré despacio,
que andando voy más tranquilo y filosofo mejor.
Rossón es deportado
A mediados de 1928 Francisco de Rossón fue hecho preso —parece que estuvo recluido en el Castillo de San Carlos— y deportado por su vinculación con las actividades políticas de los seremistas que fueron jóvenes amantes de la libertad y la justicia (17).
Según el Decreto No. 16.432 del 18 de julio de 1928, junto con Augusto Voss, Rossón fue expulsado del territorio de la República “por ser notoriamente perjudiciales al orden público y desconocer las Leyes que rigen la Nación, fijándoseles el plazo de ocho días para que salgan del País” (18).
El exilio de Rossón, 1928-1946
Entre los inmigrantes hay quienes tienen una amplia variedad de habilidades y talentos que pueden usar para configurarse diferentes perfiles profesionales según las condiciones y las oportunidades que ofrece la sociedad de acogida.
Rossón pasó su exilio entre dos países: Colombia (Cartagena de Indias) y España (Madrid y Santa Cruz de la Palma, Islas Canarias). El primer Rossón se promovió en Venezuela (1924-1928) como poeta, pero en Cartagena se dio a conocer como ingeniero. En Canarias, y en Venezuela a su regreso en 1946, siguió usando este mismo perfil; “ingeniero civil” es la profesión que figura en su pasaporte venezolano.
En Cartagena Rossón ejerció como profesor de Matemáticas superiores en la Universidad de Cartagena y en el colegio departamental de esa misma ciudad. En 1931 publicó en el periódico El Mercurio (Bartolomé) una serie de artículos bajo el título de Generalidades sobre urbanizaciones, en donde diagnosticó la forma como Cartagena había crecido. La única actividad literaria que encontré fue “La novia de todos”, un artículo que apareció en la revista Aconcagua (Buenos Aires, No. 30, septiembre 1931).
Francisco de Rossón se casó el 19 de julio de 1932 con Carmen María Vélez Iriarte, natural de Manga, Cartagena, nacida el 16 de octubre de 1907, hija de Enrique Vélez Torres (ca. 1886 – ca. 1930) y Antonia Iriarte Cardona (ca. 1892 – ca. 1972), y con ella tuvo tres hijos: Álvaro (1933) (19), Carmen María (1934) y María de la Concepción (ca. 1936).
Unos pocos días después, el 22 de julio de 1932, los recién casados abordaron el barco S.S. Juan Sebastián El Cano con destino a Puerto Rico y de la tierra borinqueña cruzaron el mar hacia Madrid. En su ciudad natal, Rossón ingresó de nuevo en el sector de las telecomunicaciones como funcionario del Cuerpo técnico del Ministerio de Comunicaciones.
Pero en Madrid no le fue bien. Para julio de 1933 Rossón residía en la calle Ayala, No. 156. Parece que tuvo una riña y por ello fue condenado por lesiones, sin embargo, no se presentó al Juzgado municipal (No. 19 de Madrid, carrera de San Francisco número 8) para ser impuesto de la condena, más bien huyó a las Islas Canarias.
Mi pesquisa digital encontró varios avisos de prensa que desde diciembre de 1933 Rossón publicó en el Diario de Avisos de Santa Cruz de la Palma ofreciendo sus servicios en Ingeniería general, presentándose como ingeniero de la Oficina de Telégrafos. Para 1934 ejercía como Docente (Ayudante interino de francés) en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Palma en Santa Cruz de la Palma, provincia de Santa Cruz de Tenerife.
Rossón durante la Guerra Civil
La Guerra Civil española comenzó el 18 de julio de 1936. Debo admitir que la vida de Rossón entre 1936 y 1940 la comprendo fragmentariamente. Aunque en Canarias no hubo grandes combates, resalta el hecho de que la isla de La Palma se mantuvo por una semana fiel a la República y al gobierno del Frente Popular. ¿Qué hizo Rossón en ese tiempo?
El 20 de julio de 1938 Francisco de Rossón fue condenado a cinco años de prisión —con las accesorias de suspensión de todo cargo y del derecho de sufragio durante el tiempo de la condena— por el delito de injurias graves al jefe del Estado (es decir, Francisco Franco).
El supuesto delito fue cometido el 15 de enero de 1938. Se instruyó una causa “contra el que se dice Teniente Provisional de Ingenieros Don FRANCISCO ROSSON” que, el 10 de mayo de 1938, lo sentenció a seis meses de prisión. No obstante, el Alto Tribunal de Justicia Militar revocó esta sentencia menor y lo condenó a la pena mayor antes mencionada que comenzó a cumplir en la prisión Lazareto de Gando en Gran Canarias (20).
Curiosamente, en la primera sentencia “se hace constar que FRANCISCO ROSSON RUBIO había sido perseguido durante el mandato del Frente Popular, por pertenecer a la Falange Española, con carnet número siete, y haber organizado con anterioridad al movimiento, las milicias de Falange en la isla de la Palma” (21). Es decir, Rossón fue un falangista de primera línea caído en desgracia.
Está claro que aún queda mucho por conocer de la vida del teniente y poeta madrileño durante este periodo. Es más, hace muy poco descubrí algo maravilloso. Un grupo de presos con vocación literaria que estaban recluidos en las cárceles Lazareto de Gando y Fyffes (Tenerife), animados por el anarcosindicalista canario José Perdomo, recopilaron sus poemas, dibujos y algunos relatos breves en un manuscrito titulado Antología de musas cautivas que fue sacado clandestinamente de la prisión y entregado a la anarcosindicalista palmera Margarita Rocha Mata (1914-1989), quien se lo trajo consigo cuando emigró a Venezuela (22).

Portada original del manuscrito Antología de musas cautivas. Fuente: Antología de musas cautivas, 2007
La obra contiene los textos de varios poetas canarios y del recordado dramaturgo hispano venezolano José Antonio Rial (1911-2009) e incluye cuatro poemas de Francisco de Rossón: “Canción de ausencia”, “Esperar…” (23), “Optimismo” y “Matemáticas”. El poema “Canción de ausencia” está inspirado en su hogar y en su esposa Carmen Vélez que, aunque desconozco la fecha exacta y la causa de su muerte, falleció cuando Francisco de Rossón estaba recluido en la prisión Lazareto de Gando.
Canción de ausencia
Compañera adorable que en horas de amargura mantienes encendida la llama del hogar.
Madre fuerte y altiva, manantial de ternura inagotable como el mar.
Mientras yo me consumo impotente y rendido en la noche sin día de esta absurda Prisión, tú luchas sin descanso por mantener el nido, amordazando el corazón.
No quieres que tus hijos lean en tu mirada la incertidumbre triste que a ti te desespera, y finges alegría, que es pena disfrazada —lirio morado en primavera.
Cuando tus manos santas en la noche dormida cierren los dulces ojos de nuestros nenes buenos les hablas suavemente: «Papá viene enseguida», y hay llanto en tus ojos serenos.
Espera un poco, esposa; espera un poco, amada.
El duelo no es eterno. Si esperas lo verás. Y esta noche de angustias, al llegar la alborada, nos ha de unir cada vez más.
“No sabemos los motivos concretos de su encarcelación —dice la entrada sobre Rossón en Antología de musas cautivas—, pero sí sabemos que tenía buenas relaciones con los anarquistas. Es posible que fuera encarcelado, como muchos otros falangistas, por su oposición a la unificación políticas impuesta por Franco”. Parece ser que hizo labores de enfermero “con la intención de redimir la pena a través del trabajo” (24).
Rossón recibió libertad condicional el 31 de julio de 1940 (25). Aunque ignoro lo que ocurrió inmediatamente después, entiendo que un tiempo más tarde Rossón se regresó a Cartagena con sus tres pequeños hijos.
En Cartagena, aparentemente, no fue bien recibido por los parientes de su esposa. En todo caso, tuvo dificultades para establecerse en el Caribe colombiano. Sin su esposa y con tres criaturas que mantener y educar, puedo imaginármelo muy angustiado y exasperado. Rossón entonces puso la mirada hacia nuestra tierra de gracia, de donde había sido expulsado en 1928. Aquí, los tiempos habían cambiado. Ahora, el país estaba gobernado por la Junta Revolucionaria de Gobierno (1945-1948), presidida por Rómulo Betancourt (1908-1981).
Rossón y la vuelta a su futura patria adoptiva
Hacia 1946 el teniente-poeta-ingeniero regresa a Venezuela y se hace venezolano. En esta etapa Rossón se dedica principalmente a la enseñanza y a la divulgación científica, “a través de la cátedra, la radio, la televisión y los periódicos, sin dejar de ser poeta”, recuerda Miguel Otero Silva.
Para 1947 Francisco de Rossón figura como profesor de Matemáticas aplicadas y Cosmografía del Instituto Pedagógico Nacional (hoy, Universidad Pedagógica Experimental Libertador), en el Departamento de Geografía e Historia que había sido creado en 1946 por el geógrafo catalán Pablo Vila (1881-1980).
Francisco de Rossón y la divulgación de la ciencia
La Ciencia es una parte importante de la cultura universal. En la década de los cincuenta del siglo XX un grupo de venezolanos creó en el país un movimiento cultural de corte científico que buscaba sembrar el ethos de la ciencia y divulgar el conocimiento científico en la sociedad venezolana (26).
En los años cincuenta la televisión fue considerada como un medio ideal para divulgar la ciencia y la cultura (27). Así, en Radio Caracas Televisión, Arturo Uslar Pietri inició su programa Valores Humanos el 25 de noviembre de 1953, poco después el biólogo Alonso Gamero (1923-1980) estrenó El Reino Animal (1954-1962) y FundaVAC creó el programa semanal Ventana a la Ciencia (1954-1956), que fue conducido por Francisco de Rossón, que para la época también ejercía como coordinador de la Comisión Editora de la revista Acta Científica Venezolana (28).
En aquel tiempo los programas de TV se hacían en vivo y no quedaban grabados. Por tanto, lamentablemente, nada nos ha llegado de Ventana a la Ciencia (29). Asimismo, encontré una referencia que señala que Rossón estuvo a cargo del programa científico Por los Caminos de Cielo, pero no hallé otras fuentes para precisar este dato.

Dos artículos de Francisco de Rossón en la revista Tricolor y las portadas de dos de sus “breves volúmenes” publicados por Monte Ávila Editores. Fuente: PROYECTO VES collage propio
Como presidente de la Sociedad Astronómica de Venezuela (SAV), Rossón dictó numerosas charlas y cursillos sobre astronomía y promovió en el país el conocimiento de las ciencias espaciales (disertó, por ejemplo, sobre cosmografía general, las estrellas variables y la posibilidad de vida en otros planetas, entre muchos otros temas).
Escribió para la Revista Nacional de Cultura (“Romance del desengaño”, 1953; “La ciencia y el hombre”, 1957; y “Nuestra hija la Luna”, 1969, son los títulos de algunos de sus artículos), la Revista Shell y otras publicaciones nacionales. Perteneció a las Juntas Directivas del Ateneo de Caracas y la Asociación de Escritores Venezolanos. De sus actividades literarias encontré que en 1960 publicó Romancero del tiempo, una edición de lujo con ilustraciones de Ariel Severino y Héctor Serrano en donde recopiló “una serie de romances de diversas épocas de su vida literaria” (Caracas: Editorial Eco).
Asimismo, desde al menos 1954 Francisco de Rossón fue parte de la revista Tricolor (30). Estuvo a cargo de las páginas de ciencias físicas, astronomía y anatomía. Los contenidos de estas páginas eran mayormente ilustraciones con leyendas de un párrafo sin la firma del autor, pero Rossón también contribuyó con artículos de divulgación firmados; entre septiembre de 1955 enero 1960 encontré catorce artículos de su autoría.
Rossón en la Radio Nacional
La radio también atrajo la atención de Francisco de Rossón. Tuvo un programa de divulgación de la ciencia en la Radio Nacional de Venezuela. En sus archivos quedaron 713 textos manuscritos de sus charlas radiales. Desconozco el nombre que tuvo su programa y los días y horas de transmisión. En la Biblioteca Nacional se conserva una cinta magnetofónica de 45 minutos con dos charlas dictadas en 1961.

Manuscritos de los textos radiales de Francisco de Rossón, destacando a “El tiempo coquetea, pero no se deja conquistar”. Fuente: PROYECTO VES
Sus libros póstumos Agua en un 90%; Ese universo que nos rodea; Descubrimiento y descubridores y Lo que pasa es que el rinoceronte es sordo son antologías de sus variadas charlas radiales (31).
“Un puñado de semillas de bien y de luz”
Según Arturo Uslar Pietri, Rossón dejó “un puñado de semillas de bien y de luz” que fueron “lanzadas por la mano del más generoso de los sembradores”. Aún queda mucho por conocer de Francisco de Rossón.
Cierro citando un párrafo del texto radial de Rossón La técnica, ¿contra la libertad humana?:
“La técnica ha ampliado de tal manera los sentidos humanos, que la humanidad del mañana ya no tendrá vida privada y habremos llegado al estado de la publicidad total”.
Francisco de Rossón, poeta, ingeniero de telégrafos, profesor de Matemáticas y divulgador de la ciencia y la astronomía en prensa, televisión y radio. Fueron estos los aspectos más destacados de la vida profesional de un gran venezolano nacido en Madrid.
Agradecimientos
Las investigaciones de PROYECTO VES son posibles gracias al apoyo de numerosas personas. A todas ellas, ¡muchas gracias! Este caso de estudio contó con la valiosísima colaboración de Henrique Ghersi de Rossón y Álvaro de Rossón, nietos de Francisco de Rossón. A la profesora y escritora palmera nacida en Venezuela María del Mar Rodríguez y a los bibliotecarios anónimos de la Biblioteca de Canarias, por haberme facilitado extractos del libro Antología de musas cautivas. Al profesor Gregory Zambrano, por la lectura del primer borrador de este ensayo y sus pertinentes observaciones. Los errores u omisiones son la responsabilidad de este autor. Quedo agradecido con todos por la ayuda prestada.
Bibliografía y notas
1 No pude determinar la fecha exacta de publicación del artículo que debió haber aparecido entre noviembre de 1972 y el primer trimestre de 1973. El artículo inicia con las siguientes palabras: “La editorial ‘Monte Ávila’ acaba de publicar tres breves volúmenes de Francisco de Rosson [sic], admirable divulgador de la ciencia y de los conocimientos humanos que durante muchísimos años estuvo dedicado a esos menesteres en Caracas, hasta su muerte en octubre de 1971. Tres amigos que lo conocieron y trataron y supieron de sus desvelos pedagógicos escribieron las notas preliminares de estos libros. Así, el doctor Francisco de Venanzi escribe la introducción al tomo Agua en un 90%, el doctor Arturo Uslar Pietri la nota de Ese universo que nos rodea y Miguel Otero Silva el prólogo de Descubrimiento y descubridores. El PAPEL LITERARIO publica esas notas como un homenaje a la memoria de Francisco de Rosson [sic], cuya obra echó hondas raíces en Venezuela”.
2 Para detalles sobre la vanguardia literaria en Venezuela, véase: Osorio Tejeda, Nelson: La formación de la vanguardia literaria en Venezuela (antecedentes y documentos), Caracas: Academia Nacional de la Historia (Venezuela), Estudios, monografías y ensayos, 1985.
3 VES es un acrónimo con doble significado. Cuando se refiere a la inmigración en Venezuela significa Vinieron, Educaron y Sembraron (las semillas del conocimiento) y cuando se refiere a la reciente emigración venezolana significa Viajaron, Emigraron y Surgieron. PROYECTO VES tiene más de 12 años investigando la historia de la influencia de la inmigración en nuestra ciencia y tecnología.
4 Durante el simposio del Grupo Venezolano de Historia y Sociología de la Ciencia (GVHSC), efectuado en 2017 en el marco de la LXVII Convención de ASOVAC, presenté una aproximación a la vida de Emidio Prata en la ponencia El caso de Emidio Prata Caramadre (1916-1993): físico italiano, padre Paúl y profesor en la Universidad de Los Andes (ULA). Para el resumen de la ponencia, véase: http://www.saber.ula.ve/bitacora-e/eventos/resumenes_simposio_lxvii.html#2
5 Como en ese momento Francisco de Rossón era un personaje desconocido para mí comencé a indagar sobre su vida desde Internet. La pesquisa digital dio frutos; los resultados preliminares de la investigación los presenté por primera vez en la conferencia Francisco de Rossón (1895-1971) y su “Ventana a la Ciencia”, dictada el 16 de noviembre de 2023 en el Auditorio Polar de la Universidad Metropolitana, en el marco de la LXXII Convención Anual de AsoVAC (en línea). Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/386344982_FRANCISCO_DE_ROSSON_1895-1971_Y_SU_VENTANA_A_LA_CIENCIA
Henrique Ghersi de Rossón, nieto de Francisco de Rossón, estuvo entre los asistentes a la conferencia y varios días después del evento me hizo llegar una imagen digital de un recorte de prensa con el artículo que apareció en Papel Literario cuyo extracto ilustra este ensayo (el recorte no trae la fecha de publicación).
6 Aunque las fuentes no revelaron sus primeros pasos, por los requisitos del examen de ingreso a la Academia de Infantería podemos tener alguna idea del nivel educativo que tenía en 1914. Las materias del examen de admisión estaban agrupadas en cinco ejercicios: 1.º Gimnasia; 2.º Dibujo de paisaje, gramática castellana y francés; 3.º Geografía universal e historia general y particular de España; 4.º Aritmética y álgebra; y 5.º Geometría y trigonometría.
7 Ángel de Rossón fue sargento del Cuerpo de Tren del Ejército Republicano durante la Guerra Civil española y un conocido productor del cine español.
8 Véase el “Capítulo 6. La Academia de Infantería. Segunda época (1893-1936)” en Isabel Sánchez, José Luis: La Academia de Infantería y sus cadetes 1850-2022, Bilbao, España: Iberdrola, S,A., 2022, pp. 521-1074 (en línea). Disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=922512
9 Revista Nacional de Cultura, No. 124, septiembre-octubre de 1957, Año XIX, p. 319. Esta información, sin embargo, no pudo ser validada. Nuestra investigación no encontró una relación de Rossón con la “ciudad de la luz” ni con el periódico El Liberal, lo que no significa que las relaciones no hayan existido.
10 La primera reseña titulada “«Alba» y «Los poemas de los pinos»; por Francisco de Rossón y Xavier Bóveda” apareció en la Tribuna de Madrid (20/11/1920) y la segunda en “Nota bibliográfica” en la revista Nuevo Mundo (Año XXVIII, No. 148, 5 de agosto de 1921, p. 176).
11 De Xavier Bóveda han dicho que “siente dentro de su alma esa sonrisa amarga y doliente de su país. Y el recuerdo y la nostalgia de su tierra amada le lleva a cantar a los pinos. ‘¡Oh, mi dulce Galicia toda pinos y frondas’”. Otros críticos destacan “el encanto y la emoción de sus versos, palpitantes de amor, belleza y romanticismo”.
12 El ultraísmo fue un movimiento contra la decadencia novecentista. Dice Guillermo de Torre (1900-1971) que este movimiento surgió “como una violenta reacción contra la era del rubenianismo agonizante y toda su anexa cohorte de cantores fáciles que habían llegado a formar un género híbrido y confuso, especie de bisutería poética, producto de feria para las revistas burguesas…” Véase: Videla, Gloria: El ultraísmo. Estudios sobre movimientos poéticos de vanguardia en España, Madrid: Editorial Gredos, 1963, p. 13.
Los estudios sobre ultraísmo que consulté mencionan a Francisco de Rossón únicamente por su colaboración con Xavier Bóveda. Y, si bien puedo imaginarme a Rossón sentado en los divanes rojos —“semejantes…a elefantes indios con rojas gualdrapas”— del café Colonial participando en las conversas literarias, no encontré rastros digitales de su participación como tertuliano en Madrid. Gloria Videla en El ultraísmo no menciona a Rossón porque usa otra edición de Los poemas de los pinos de Bóveda que no incluye el poemario Alba de Rossón. Véase: Andrew A.: El momento ultraísta. Orígenes, fundación y lanzamiento de un movimiento de vanguardia, Madrid: Iberoamericana. Vervuert, 2017, p. 385.
13 Refiere Jesús Ángel Parra que el grupo Seremos “se reunía en la clínica de Héctor Cuenca [1897-196; Odontólogo (1919), doctor en Ciencias Políticas (1936), escritor y diplomático], todos los domingos, leían sus propios textos y los criticaban, consultaban libros y planificaban sus actividades; más tarde, se dedicaron a la lectura de autores hispanoamericanos, efectuando sus propios comentarios sobre las obras”. Véase: Parra, Jesús Ángel: El grupo «Seremos», 14 de marzo de 2017 (en línea). Disponible en: https://jesusangelparra.wordpress.com/2017/03/14/el-grupo-seremos/. Nelson Osorio Tejeda también discute aspectos varios del grupo Seremos (Nota 2, pp. 148-153). Acuciosamente y en hermosa prosa, Milagros Socorro describe y comenta una fotografía que algunos miembros de Seremos en Los poetas Seremos (31 de enero de 2015); la foto no incluye a Francisco de Rossón. Disponible en línea en: https://elarchivo.org/los-poetas-seremos-2/
14 Lista completa de los poetas en la antología: Udón Pérez, Rafael Yepes Trujillo, E. Sánchez Rubio, Jesús Enrique Lossada, Héctor Cuenca, Francisco de Rossón, Valmore Rodríguez y Gustavo Fuenmayor.
15 Véase: de Rossón, Francisco: “El vértice”, válvula, Caracas: Litografía y tipografía Vargas, enero, 1928, Año I, No 1.
16 Elite, No. 33, 1 de mayo de 1926. Véase: Riobueno González, Yhana: Sonámbulos sobre la tierra maldita. (Modernidad, vanguardia y revistas), Tesis de Maestría en Literatura Iberoamericana, Universidad de Los Andes, Mérida, 1988, p. 194.
17 Según Ramón Rivas, editor de una obra sobre la historia del partido Acción Democrática, el poeta Francisco de Rossón “tras unas semanas de grillos, fue expulsado como ‘extranjero pernicioso’ y puesto a bordo del primer barco que zarpó para Curazao, sin siquiera dársele tiempo para llevar consigo su equipaje”. Véase: Rivas, Ramón (Editor): Acción Democrática en la historia contemporánea de Venezuela, 1929-1991 v. 2. Acción Democrática y su pensamiento político, 1958- 1990, Caracas: Acción Democrática, Universidad Popular Alberto Carnevali, 1991, p. 68.
18 Véase: Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela (1929). «Decreto 16.436», Tomo LI, Año de 1928, Caracas: Litografía del Comercio, p. 253.
19 Es oportuno recordar que Álvaro Enrique de Rossón Vélez (Madrid 3 de mayo de 1933 – Coro, Falcón 11 de abril de 1982) fue un polifacético actor y director de teatro, iniciador del teatro experimental en Caracas a mediados de los años sesenta. Como existe alguna confusión con sus datos, validé las fechas de su nacimiento y muerte con sus partidas de nacimiento y defunción. Aunque pasó los últimos años de su vida en Adícora, Falcón, falleció en el Hospital General Dr. Alfredo Van Grieken de Coro.
20 Véase: Archivo del Tribunal Militar Territorial 5.- 13279-430-19.- Causa 19 de 1938 contra Francisco Rossón Rubio (en línea). Disponible en:
https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2022/08/30/causa-19-de-1938-contra-francisco-rosson-rubio/
21 Véase la nota anterior.
22 En Venezuela, Margarita Rocha Mata mantuvo el manuscrito en custodia hasta su fallecimiento cuando fue encontrado entre sus cosas por su hijo, el geoquímico doctor Juan Torres Rocha. Cuando el doctor en Química palmero Alfredo Mederos (1934-2017) estaba de visita en la Universidad Central de Venezuela recibió el manuscrito de manos Torres Rocha y lo llevó de vuelta al Archipiélago canario en donde fue finalmente publicado en diciembre de 2007, en versión facsimilar, por el Centro de la Cultura Popular Canaria. Véase: Millares Cantero, Sergio; Mederos, Alfredo; Rial, José Antonio; y García de la Rosa, Ricardo: Antología de musas cautivas, Vol. I y II, La Laguna, Tenerife: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2007.
23 ¡Esperar! ¡Esperar! He aquí la clave/del gran secreto de vivir. ¡Espera!/Todo llega a las puertas del que sabe/ esperar. ¡Ya vendrá la Primavera!/Ya en tu alero su trino dirá el ave./Ya tornará la errante viajera/otra vez a tus brazos, y más suave/y más ardiente que la vez primera./Espera todo. Espera que el destino/suavice la aspereza del camino,/y que las rosas cubran la pradera./Y si al cabo no llega nada nunca,/en el fracaso de tu vida trunca,/espera entonces más que nunca./¡Espera!
El poema “Esperar…” que aparece en Antología de musas cautivas fue publicado por primera vez en Venezuela en la revista Élite, No. 51, 4 de septiembre de 1926 con una puntuación ligeramente diferente. Véase: Riobueno González, Yhana: Sonámbulos sobre la tierra maldita. (Modernidad, vanguardia y revistas), Tesis de Maestría en Literatura Iberoamericana, Universidad de Los Andes, Mérida, 1988, p. 194.
24 Véase: Nota 22, Vol. I, p. 75.
25 Véase: Boletín Oficial del Estado, Número 220, 7 de agosto de 1940, p. 5471 (en línea). Disponible en:
https://boe.es/datos/pdfs/BOE/1940/220/A05467-05474.pdf#page=5
26 Las iniciativas fueron impulsadas por un concentrado titánico de proactividad: Humberto Fernández-Morán, Marcel Roche, Francisco de Venanzi, Tobías Lasser, Diego Texera, Alonso Gamero, Werner Jaffé, Manuel Bemporad, Francisco de Rossón y otros. Y las instituciones privadas fundadas fueron la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (1950; entonces conocida como A.V.A.C.) y su revista Acta Científica Venezolana, la Fundación Luis Roche y su Instituto de Investigación Médicas (1952-1958), la Fundación Venezolana para el Avance de la Ciencia (1954; FundaVAC) y la Sociedad Astronómica de Venezuela (1957; SAV). Desde el Estado se crearon el Instituto Venezolano de Investigaciones Neurológicas (abril de 1954; IVNIC) y la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (marzo 1958). En 1958 el IVNIC fue convertido en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
27 La televisión comenzó en el país con la Televisora Nacional Canal 5 (TVN-5) el 16 de agosto de 1952, luego, apareció Televisa (Canal 4) el 4 de marzo de 1953 (que seis años después se convirtió en Venevisión) y el tercer canal en abrir sus puertas fue Radio Caracas Televisión (Canal 7) el 15 de noviembre de 1953.
28 Véase: “Editorial: Ventana a la Ciencia”, Acta Científica Venezolana, No. 4, Vol. 5, julio-agosto 1954, p. 109.
29 Aunque se sabe que el programa Ventana a la Ciencia contó con la participación del geólogo español José Royo Gómez y el matemático español Ángel Palacio Gros. Seguramente, debieron haber pasado por el programa personajes de la época como el filósofo de la ciencia Juan David García Bacca, los médicos Marcel Roche y Francisco de Venanzi, el químico Werner Jaffé, el nutricionista José María Bengoa, algunos científicos extranjeros visitantes y tantos otros actores vinculados a la promoción de la Ciencia en el país durante los años cincuenta.
30 Recordemos que Tricolor fue una publicación dedicada a la población infantil que apareció el 24 de marzo 1949 bajo el patrocinio del Ministerio de Educación Nacional (MEN) y que fue fundada por el caricaturista, cuentista y cineasta venezolano Rafael Rivero Oramas (1904-1992).
31 Los tres primeros libros fueron publicados por Monte Ávila Editores en 1972 y el cuarto libro (que trae ilustraciones de Meylin Saldivia) fue publicado por Monte Ávila Editores Latinoamericana en 1992 (existe una versión anterior de esta obra sin las ilustraciones que también fue publicada en 1972 por Monte Ávila Editores). Véase la Nota 1.
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