Por EVARISTO MARÍN
Las desastrosas inundaciones provocadas por la gran crecida del Orinoco, en 1943, merecieron despliegue de primera página en el diario El Nacional, a partir de su aparición, el 3 de agosto de aquel año. Las furiosas aguas del río convirtieron toda la parte baja de Ciudad Bolívar en una gran laguna. La presencia del presidente de la República, general Isaías Medina Angarita, y de varios de sus ministros, para conocer la magnitud de los daños generados por el colosal desbordamiento en el Paseo Falcón y zonas habitacionales cercanas, fue reportada por Francia Natera, por vía telegráfica, en el comienzo de su desempeño como corresponsal. Medina declaró la emergencia en todas las zonas anegadas por el río desde Bolívar hasta el Delta Amacuro, y se comprometió a proporcionar recursos para reponer pérdidas económicas y socorrer a miles de damnificados. Solo en el Bajo Orinoco, desde Barrancas hasta la desembocadura en el Atlántico, las víctimas fatales se estimaron en más del centenar. Nunca se conoció la cifra con exactitud. Esas informaciones las destacó El Nacional, con amplias reseñas y fotos enviadas por su joven y primera corresponsal en Guayana.
En una entrevista que le hizo desde España Sebastián de la Nuez, en 2005, la destacada periodista, a quien se recuerda por sus grandes reportajes con celebridades nacionales y mundiales de la política, el cine y la literatura, declaró que fue incorporada a la redacción en Caracas a partir de 1945. Ese fue el año de su matrimonio con Gustavo Jaen.
Inicialmente, ella trabajó bajo las órdenes de Miguel Otero Silva (“fue mi gran maestro”, recordaba) y luego fue reportera de los Cuerpos C (Cultura) y D (Política). Estaba en Cuba cuando Fidel Castro entró en La Habana el primero de enero de 1959. En medio del fragor de los acontecimientos, había entrevistado a Fulgencio Batista, en el Palacio Presidencial, pocas horas antes de escapar el dictador cubano hacia Santo Domingo.
De su experiencia como primera corresponsal en Ciudad Bolívar, Francia Natera solía decir que fue designada por el propio director, Antonio Arráiz, pocas semanas antes de la aparición de El Nacional. Ella había propuesto varios candidatos para la Corresponsalía y cuando Arráiz estaba por regresar a Caracas, la sorprendió diciéndole: “La corresponsal eres tú”.
Entre los sucesores de Francia Natera en la Corresponsalía de Ciudad Bolívar, se recuerda a Eliécer Sánchez Gamboa, Gabriel Vílchez, Rogelio Díaz Rivas, Anselmo Reyes Navarro, Héctor Barrios y Absalón José Bracho. Díaz Rivas fue transferido a San Cristóbal. Reyes Navarro y Absalón Bracho, quien también fue corresponsal en Barquisimeto y Maracaibo, formaron parte de la redacción de El Nacional en Caracas. En reemplazo de Bracho yo fui transferido a Ciudad Bolívar, desde Barcelona, en 1958.