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Feria del Libro del Oeste: un recuento

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Por LEONARDO MENDOZA RIVERO

La noche de ese lunes 28 de noviembre de 2016, Pino Iturrieta publicó en su cuenta Twitter que aquel fue un “día grande” para la UCAB. Ciertamente lo fue, y no solo porque en ese primer año se presentaron algunos libros que hoy parecen de obligada lectura, como los Diarios 1988-1989: La insubordinación de los márgenes, de Victoria de Stefano, o la novela Gemelas, de Juan Carlos Chirinos, sino porque, como confiesa Marcelino Bisbal, en aquella época ya se olía que las ferias del libro estaban en declive en Venezuela. Por esa razón, y en compañía de su primer adjunto, Ricardo Ramírez Requena, le propuso al rector Virtuoso organizar una feria en la universidad. Por suerte, el primer gran entusiasta fue el propio Virtuoso. “Sería buenísimo”, respondió él, aprobando, como dicen, la moción.

Durante los primeros años, la mayoría de las actividades se organizaron en el edificio Cincuentenario; de hecho, para la segunda edición, en 2017, se tuvo como pregonera a la escritora Ana Teresa Torres y el primer país invitado fue Italia. Gracias al que era su embajador en Venezuela, Silvio Mignano, los narradores Claudio Giunta y Danilo Manera visitaron nuestro país para compartir sus experiencias y hablar sobre el oficio de la creación literaria. También se montó la célebre exposición —traída por la embajada de Polonia— intitulada Entre la tierra y el mar: 160 años de Joseph Conrad, y el escritor argentino Horacio Convertini dictó la conferencia “La cultura de las librerías y la edición argentina”. Ese año, recordemos, se celebraron lo 450 años de la fundación de Caracas, por lo que se inauguró la exposición Caracas cenital, que compiló varias fotografías de Nicola Rocco; además, el profesor Jaime Bello-León dictó la conferencia “450 años de Caracas” y se presentaron los Cuentos completos de Ednodio Quintero, editados por El Estilete. Estas actividades, tal y como sostuvo Torres, demostraron que la feria es “un acto de esperanza, una manera de decir: aquí están estos libros, aquí están estos autores, esta cultura letrada es también Venezuela”.

En el 2018, y teniendo a España como país invitado, el rector Virtuoso dijo que se sentía “profundamente feliz” por inaugurar la tercera FLOC. En esa ocasión, el pregón fue el mencionado embajador de Italia y escritor Silvio Mignano. Además, en esa edición se otorgó la Orden Andrés Bello, máximo galardón concedido por la universidad, al poeta Rafael Cadenas. Ese año, los lazos culturales entre el país homenajeado, España, y Venezuela, se estrecharon sin mengua. Esto se evidencia en la serie de actividades en las que participaron los escritores españoles José María Pérez Zúñiga y Rafael José Díaz, como los encuentros que sostuvieron con profesores y estudiantes de las escuelas de Comunicación Social y Derecho de la UCAB; las tertulias con varios poetas venezolanos convocados por La Poeteca y las charlas sobre cine, el policial novelesco y la poesía española contemporánea, haciendo valer las palabras del entonces embajador de España en Venezuela, Jesús Silva Fernández, quien dijo, en la inauguración, “Tenemos [Venezuela y España] una comunidad de valores, de pensamientos, de ideas y esta feria es una buena ocasión para recordarlo”.

La cuarta edición de la FLOC, la de 2019, tuvo como invitado al Reino de los Países Bajos. El pregón fue el poeta venezolano Alfredo Chacón y fue, según Marcelino Bisbal, “un exitazo total”, gracias en parte a la presencia del escritor iraní, nacionalizado holandés, Kader Abdolah, quien “se compenetró con nuestro país” e incluso se “agotaron todas sus novelas”, que llegaron a la feria gracias a la generosidad de la embajada de los Países Bajos, que trajo un importante lote de sus libros desde Colombia. Abdolah, lo recuerdo, impartió una emotiva charla titulada “Literatura en el exilio, una experiencia personal”, que abarrotó la Carpa 1, instalada en la llamada plaza Mickey de la universidad, actividad que compitió, en cuanto a presencia de público, con la presentación de la edición venezolana de La hija de la española, de Karina Sainz Borgo, publicada por abediciones. En esa ocasión, la feria sirvió de telón para la inauguración del Techo Verde de la universidad, un jardín de reminiscencias elíseas que corona el edificio de postgrado, donde se celebró otro de los eventos que cautivó a los asistentes de la FLOC, como el recital de poesía donde participaron Yolanda Pantin y la española Verónica Aranda, una actividad que “mucha gente recuerda con cariño”, según explica el profesor Jonathan López, subdirector de abediciones desde febrero del 2018.

A partir de ese año, se hizo palpable la visión de Jonathan López —formado en el área de la gestión cultural en la Universidad de Avignon, Francia—, artífice de que ahora la FLOC ocupe más espacios del campus universitario (inolvidable su anécdota con el padre Virtuoso, antes de la feria de 2018, cuando le propuso al entonces rector instalar los stands para los libreros en el corredor de la universidad que suelen llamar fashion boulevard, además de anclar las carpas para las presentaciones y otras actividades en la jardinería contigua); de que la feria ahora se extienda durante seis días y no siete; y de que el último de ellos estuviese exclusivamente dedicado a las actividades infantiles. “La FLOC”, nos explica, “es una vitrina cultural que muestra lo que hace y produce la universidad; es el espacio donde dejamos en evidencia que, a pesar de las vicisitudes, no estamos cruzados de brazos”. Vicisitudes por las que, en virtud de cumplir con su trabajo —organizar, programar y hasta poner orden en la feria—, alguna vez vio arriesgada su integridad física cuando un grupo de músicos amenazó con golpearlo, luego de un impasse donde la tensión creció hasta el borde de los gritos e insultos.

Si hablamos de desafíos, imposible olvidar lo ocurrido en el año 2020, con la pandemia de la COVID-19, que paralizó el mundo durante varios meses. En septiembre de ese año, cuenta López, conversó con Bisbal por teléfono y ambos llegaron a la misma conclusión: “Algo hay que hacer”. Esa edición, la quinta, realizada en modalidad virtual mediante videoconferencias de Zoom, a pesar de no contar con país invitado, tuvo como pregón al escritor catalán Jorge Carrión. “Una FLOC digital”, diría Virtuoso, en la inauguración del evento, donde se lanzó oficialmente la Librería Digital de la universidad, única en su estilo en nuestro país. Entre otras actividades, se presentó un cómic para colorear titulado Andrés Bello, el prócer de las letras, escrito e ilustrado por Juan y Guillermo Bisbal, ganadores del segundo puesto en la edición de 2018 del concurso Unidos por el talento de la Embajada de Francia en Venezuela; se organizó el conversatorio “¿Cómo se lee una hallaca?”, donde participaron los periodistas Luis Carlos Díaz, Adriana Bertorelli y Rosanna Di Turi; y se cerró con un concierto virtual que estuvo a cargo del Centro Cultural BOD, llamado Artistas venezolanos por el mundo, donde participaron músicos como el violinista Alexis Cárdenas, la cantante Laura Guevara, el cuatrista Jorge Glem, entre otros.

Ya para la sexta edición, la de 2021, se puso en práctica una modalidad híbrida. Una feria que salió adelante gracias al “empecinamiento”, a la “tenacidad” de todo el equipo de abediciones, según Bisbal, que contó con Francia como país invitado, como pregonera a la escritora Karina Sainz Borgo y donde le fue otorgada la Orden Andrés Bello a la poeta Yolanda Pantin. En la inauguración del evento, Romain Nadal, embajador de Francia en Venezuela, dijo que “la literatura es un arma pacífica cargada de futuro, un puente de enlace y espacio entre pares”, muy a la par de las palabras de Sainz Borgo, quien dijo que la lectura “es un acto de insurrección, un riesgo, un contagio. La lectura genera al mismo tiempo una libertad individual y, si se quiere, una libertad colectiva”. Entre actividades presenciales y en línea, la FLOC del 2021 fue importante no solo por la presentación de la novela Los inmateriales, de Óscar Marcano, que contó con las palabras, no solo del autor, sino de Jonathan López, y de Patrick Riba, representante de la embajada de Francia. También reunió, en distintas videoconferencias, a los escritores venezolanos Juan Carlos Méndez Guédez, Israel Centeno, Liliana Lara y Gisela Kozak; José Luis Palacios, Camilo Pino, Miguel Gomes y Michelle Roche Rodríguez; Alberto Barrera Tyszka, Gustavo Valle, Pedro Plaza Salvati y Karina Sainz Borgo; Gabriel Payares, Fedosy Santaella, Daniel Centeno M. y Enza García Arreaza; Antonio López Ortega, Federico Vegas, Keila Vall de la Ville y Lena Yau, quienes discutieron sobre su condición como escritores en la diáspora, a pesar de que el profesor Carlos Sandoval, en una de sus intervenciones, discutiera la pertinencia de la noción “literatura venezolana diaspórica”.

Queda, por último, reseñar lo que considero más importante de la séptima edición de la FLOC, la de 2022. Esta, la primera sin su “gran entusiasta”, el rector Virtuoso, tras su muerte el 20 de octubre del año pasado, fue testigo de la condecoración a Victoria de Stefano y a Juvenal Ravelo, a quienes se les concedió la Orden Andrés Bello. Esta edición contó con Alemania como país invitado y el pregón fue el escritor venezolano Antonio López Ortega. Johannes van der Vegt, consejero político de la embajada de Alemania en Venezuela, resaltó durante la inauguración que las “ferias de libros independientes como la FLOC son muy importantes por el debate público”. López Ortega, por su parte, tras hacer una breve semblanza sobre las políticas públicas en Venezuela dedicadas a la cultura tras la muerte de Juan Vicente Gómez, sostuvo que “la cultura que construimos la hicimos posible gracias a la democracia y ha sido en democracia donde hemos hecho lo mejor de nuestra cultura”, pues “no hay futuro sin memoria, no hay porvenir sin herencia”. Entre las actividades que debo destacar de la feria del año pasado no puedo pasar por alto la presentación de la novela Vamos, venimos, de Victoria de Stefano; de la Obra completa de Eugenio Montejo; la presentación del texto Neolengua roja rojita de Óscar Lucien y la “apoteósica” presentación, en palabras de Marcelino Bisbal, del poeta Rafael Cadenas, luego de recibir el Premio Cervantes.

La próxima FLOC: ¿qué esperar?

Habrá actividades culturales, cine foros, recitales, toques, conversatorios, conferencias, presentaciones de libros —incluyendo una antología en versión digital sobre la nueva narrativa venezolana, de la que soy compilador, junto a la escritora Sofía Avendaño—. La grilla de programación, al momento de escribir estas líneas, no está cerrada. Se realizarán importantes presentaciones: de la novela Conspiración y obsesión, de Antolín Sánchez Lancho, y la antología de cuentos de Antonio López Ortega, Casa natal, volúmenes que vienen a engrosar la lista de obras de narrativa publicadas por abediciones, donde encontramos títulos como El cielo invertido, de José Napoleón Oropeza; Dos espías en Caracas, de Moisés Naím; Rocanegra, de Fedosy Santaella; La hija de la española, de Karina Sainz Borgo; Los inmateriales, de Óscar Marcano; Llévame esta noche, de Miguel Gomes, y Vamos, venimos, de Victoria de Stefano; obras que, a mi juicio, enlistan la irrefrenable apuesta de abediciones, que consiste en editar textos narrativos de autores consagrados o canónicos de la literatura venezolana.

Ahora bien, según Sofía Avendaño, una feria del libro es la “comunión entre el libro y su editor, el escritor con su lector y las ideas con las almas”. Una definición que coquetea con cierto romanticismo y que me hizo preguntarle tanto al profesor Bisbal como a López qué es lo que esperan de la octava edición de la FLOC, a iniciarse el lunes 27 de noviembre. A pesar de que el año pasado se registró la asistencia de casi 5.000 personas, el profesor espera “más participación de la comunidad ucabista, como profesores, directores, decanos, estudiantes. Yo espero que lo logremos, aprovechando un poco que este año la feria cierra la celebración de los setenta años de la universidad y que el invitado de honor, como corresponde, es la misma universidad”. Ante la misma pregunta, López secunda a Bisbal. al pensar que “quizás lo más difícil es hacer que algunas escuelas participen, aporten; hacer ver que la feria es de la universidad. Por ello, este año espero una FLOC distinta, acorde a la celebración de los setenta años de la UCAB, que recoja su espíritu, donde todos sus miembros nos involucremos y demostremos lo viva que está la universidad; los recursos y la creatividad que hay en ella”. ¿Y qué esperamos los lectores, escritores, profesores y público cautivo de las ferias por parte de la FLOC? Que persista, que continúe, que no desfallezca, porque la necesitamos en medio de esta intemperie.

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