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Entrevista a Michela Lagalla

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Por LUIS MANCIPE

Despojo fue escrito en Caracas, antes de que te mudaras a Roma. ¿Qué relación hay entre los poemas de este libro y la Caracas que dejaste?

—Podríamos decir que la Caracas de los años entre 2014 y 2019 es la semilla, el epicentro de estos poemas que se han vuelto un recordatorio de las cosas que he perdido, pedazos de evidencia de que ese lugar existió en verdad, no solo en el recuerdo y los espejismos nostálgicos, sino en realidad. La mayor parte de mi vida viví ahí, y ese lugar me intervino, me tomó, me cambió, me hizo sufrir de maneras inimaginables y también me regaló alegrías indecibles. Ese lugar extraño, surreal, que parece no corresponder a ningún parámetro o norma. Creo que la relación de los poemas con esa Caracas es mi propia relación con ella: de amor desenfrenado, de odio punzante, de miedo, belleza, horror.

En tu poesía hay una relación estrecha entre la Belleza y el mal. Aprovechando la coincidencia que hay entre el premio Castello di Duino y las Elegías de Duino, de Rilke, ¿qué te dice aquel verso de la Primera Elegía: “La belleza no es sino el comienzo de lo terrible”?

—Hace varios años leí entusiastamente a Nietzsche —o intenté leerlo— y un pasaje de Humano, demasiado humano aún hoy en día resuena en mi cabeza. Nietzsche afirmaba que la visión de la belleza despierta en nosotros el ansia de ser bellos, lo que concebimos y creemos debe ir unido a una gran felicidad, pero eso es en realidad un error, una ilusión. También recuerdo en esa época leer, casi simultáneamente, a Rilke y pensar, luego de leer ese verso casi primigenio, que la belleza no era solo el comienzo de lo terrible, sino lo terrible en sí. Aquí es donde resuena Gallegos con, a mi parecer, una de las frases más bellas de Doña Bárbara y me pregunta: “¿Por qué no se sentirá la propia belleza como se sienten los propios dolores?”.

—“Solo dejo que me amarren/ por placer/ con placer”, se lee en uno de tus poemas. La feminidad y lo erótico, cuando aparecen, se derraman en tus versos con soltura. A propósito de esto te pregunto ¿qué te sugiere la palabra libertad?

—“Me gustaría desprenderme de todo” fue un poema que nació de la palabra “libertad”, literalmente. Lo escribí para un recital en la Plaza El Indio, de Chacao, que se reveló en un evento bastante particular y ahí tuve la oportunidad de leerlo por primera vez en voz alta.  Tal vez la verdadera libertad sea la ausencia de referentes pero es sin duda una parte esencial de la búsqueda, o tal vez la búsqueda en sí. Lo importante es buscar siempre, aunque no sepas bien dónde ni qué.

Libertad me sugiere vuelo, me sugiere aire, me sugiere amplitud, me sugiere posibilidad, multiplicidad, variación. Creo que es sumamente importante intentar, paradójicamente, despojarse de todo para liberarse completamente o al menos así creerlo. Es importante afrontar la vida con desnudez. La verdad está siempre desnuda.


Poemas de Michela Lagalla

La oscuridad

se cierne

sobre nosotros

nos envuelve

se convierte

en

un túnel

que atravesamos

velozmente

y no hace sino

recordarnos

que nuestros

cuerpos

no

distan mucho

de las

cáscaras de huevo

y que

nuestras entrañas

siempre están

a punto

de derramarse

y nuestros cerebros

al borde

de caer

y freírse

sobre

el asfalto

bajo

el sol.


Quisiera desprenderme de todo

intento deshacerme

del hastío

que pinta la existencia

de los que ya no somos

inocentes

 

busco quitarme

las expectativas

como si fuesen

un par de medias rotas

derruidas por los días

 

me río de lo estipulado

con las carcajadas

de mis ojos

 

pisoteo descalza

las convenciones

hasta que los pies me sangren

y doy de beber

del rojo ungüento

a mis amantes

 

me arranco

los designios morales

con las uñas

como si fuesen pellejos

 

deshago las ataduras de lo humano:

solo dejo que me amarren

por placer

con placer

 

la monogamia se me resbala por la piel

cuando me baño

y se la traga

inclemente

el desagüe

 

me aparto con desgana

el compromiso de ser alguien

de hacer algo

lograr algo

 

la única batalla que no gano

es la del tiempo

¿pero qué más da?

 

igual me masturbo todos los días

deleito mis sentidos

y creo

que soy

libre.


Medea

A Pier Paolo Pasolini

Los ojos negros

se le llenan

de llamas

la furia se le resbala

por las

mejillas

se comunica con el

sol

le pide favores

a la luna

derrama sangre

humedecedora

de la tierra

invocadora

de fertilidad

al ritmo de las

cuerdas

que entredicen

la barbarie

que se ríen

rasgando notas

de la llamada

“ley natural”

sin saber que la

tierra

pide sangre

que los astros

disfrutan

los sacrificios

cuando Medea llora

llueve ácido

que se evapora

dejando humo

al tocar el suelo

Medea sabe

que de todas las

criaturas

las mujeres

son las más

desgraciadas

Medea entiende que

el goce de la

venganza

es

a veces

mejor que un

orgasmo

Medea sabe

de motivos

femeninos

ve belleza

en la sangre

que brota

de miembros

amputados

en medio de las ruinas

ennegrecidas

por el humo

y el fuego

y

sin más

se revuelca

con regocijo

en la antigua

verdad

que

yace

en el

dolor.

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