Papel Literario

Entrevista a Claudia Leal

por Avatar Papel Literario

Por NELSON RIVERA

—Se formó usted como diseñadora gráfica en la Fundación Neumann y, antes de migrar a España en 2010, tuvo un amplio desempeño profesional. Una vez que ha conocido el mercado español, ¿cómo valora la formación recibida en Venezuela? ¿Tiene características o peculiaridades que usted destacaría hoy?

—Cuando emigré a España tenía la intención de explorar otras áreas diferentes al diseño gráfico. Sin embargo, he persistido en la práctica de mi oficio para clientes de Venezuela y en la realización de proyectos personales. En estos años, he constatado la existencia de distinguidos diseñadores gráficos españoles con portafolios de trabajo excepcionales. Al mismo tiempo, he advertido que la educación impartida en las instituciones de diseño en España tiende a ser particularmente especializada: se debe optar entre formarse como diseñador gráfico, o ilustrador o fotógrafo. En otras palabras, se le exige al estudiante que elija entre ser un artista, un artesano o un diseñador.

La formación que recibimos en la Fundación Neumann se caracterizaba por su abordaje integral. Incluía tanto el diseño gráfico como la ilustración, el grabado, la fotografía, la cerámica, el arte textil, entre otras disciplinas. Creo que este enfoque educativo nos abría un amplio espectro de posibilidades en el cual buscar nuestra vocación. Nos capacitaban no solo en la creación estética, sino también en la capacidad de observar, analizar, concebir y comunicar una idea, amalgamando así todas estas disciplinas artísticas en un conjunto armonioso.

CLAUDIA LEAL, MONSIEUR GARDEL, MENCIÓN EN EL SHOWCASE 59, SOCIETY OF ILLUSTRATORS OF LOS ÁNGELES, 2020

—Háblenos de su experiencia profesional en España. ¿Son muchas las barreras para los diseñadores venezolanos que se propongan incursionar en el mercado español?

—No he tenido la oportunidad de ejercer mi labor como diseñadora gráfica en el mercado español, pero sí he trabajado como ilustradora y fotógrafa. Estos son ámbitos altamente competitivos, y el desafío principal radica en la limitada red de contactos. En España, el tejido empresarial se nutre en gran medida de relaciones personales, y si no se cuenta con un reconocimiento previo o una recomendación de una fuente confiable, puede resultar arduo obtener empleo o encargos profesionales. Por lo tanto, es imperativo afrontar la perspectiva de comenzar desde cero al llegar a este país, con el propósito de integrarse en el mercado. Esto se puede lograr participando en cursos especializados que permitan establecer relaciones y conocer el trabajo de otros profesionales, al mismo tiempo que se da visibilidad a lo que uno mismo puede aportar. También el factor “edad” es importante, ya que se buscan diseñadores con disposición a obedecer y con una energía creativa sin vicios.

—A partir de 2009 usted inicia estudios de fotografía que se han prolongado en el tiempo. ¿Podría contarnos al respecto? ¿Ha exhibido su trabajo fotográfico?

—Desde siempre, he mantenido un profundo afecto por la fotografía. Originalmente, mi aspiración era convertirme en fotógrafa, porque había estudiado fotografía en Londres, donde residí durante un año tras completar mi bachillerato. Sin embargo, en aquel momento, Venezuela carecía de una institución dedicada exclusivamente a la formación fotográfica. Fue mi padre quien, aconsejándome con prudencia, me condujo hacia la Fundación Neumann. El mundo del diseño gráfico me cautivó de manera inesperada y, al concluir mi formación en la Neumann, tuve la oportunidad de embarcarme en una amplia y enriquecedora carrera profesional, tal como usted ha señalado con acierto.

En 2009, cuando decidí explorar un camino diferente, retomé mi antigua pasión por la fotografía. Deseaba profundizar mis conocimientos en esta disciplina, por lo que me inscribí en el taller de Roberto Mata. Aquel año resultó ser una experiencia sumamente enriquecedora. En ese año expuse mi trabajo paisajístico Son de mar, tres visiones fotográficas, junto a los trabajos de Rodrigo Márquez y Reinaldo Odreman y Un trato, el retrato, una exposición de retratos colectiva exhibida en los espacios de la escuela.

Sin embargo, mi deseo de continuar mi formación fotográfica en un entorno internacional me llevó a emigrar a España. Desde entonces, he empleado la fotografía en proyectos de carácter personal y la he fusionado con el diseño gráfico editorial. En 2015, culminé mi primera obra fotográfica individual: Nava hermosa, un fotolibro que reúne retratos, paisajes urbanos y relatos anecdóticos que hice en las numerosas visitas al pueblo del mismo nombre, durante un periodo de dos años, con la ilusión de comprender el arraigado concepto español de «tener» un pueblo. Algunas de mis fotos para Nava hermosa se presentaron en Arles durante Les Rencontres de la Photographie de Arles en 2014 y, posteriormente, en 2015, en Madrid, en la librería Cervantes. Nava hermosa también forma parte de la extensa colección de fotolibros de la biblioteca de la École National Supérieure de la Photographie de Arles y quedó finalista en el concurso del Fotolibro del año Photoespaña 2015.

Más adelante, en 2020, un grupo de amigos fotógrafos y yo decidimos dar voz a nuestras percepciones sobre la pandemia del COVID-19 a través de otro fotolibro titulado Aislamiento. Fue una experiencia de mucho aprendizaje para todos, además de que nos mantuvo entretenidos en esos meses de incertidumbre y restricciones.

En el presente, desarrollo simultáneamente varios proyectos fotográficos. Uno de ellos agrupa retratos y escenas urbanas de una finca ubicada al sur del lago de Maracaibo. Con este trabajo, cuyas fotos y entrevistas llevé a cabo en 2017 y que será publicado el próximo año, buscaba documentar la vida rural en medio de los turbulentos tiempos económico-políticos en Venezuela.

CLAUDIA LEAL, EL SUEÑO DE MAU, MENCIÓN ESPECIAL EN EL SHOWCASE 60 DE LA SOCIETY OF ILUSTRATORS OF LOS ÁNGELES, 2021

—También ha desarrollado una faceta como ilustradora, lo que le ha generado reconocimientos a nivel internacional, como autora de ilustraciones de libros para niños. ¿Cómo surgió ese interés tan especializado y tan competido? ¿Cuáles son los reconocimientos que ha recibido?

—La ilustración era una asignatura pendiente en mi trayectoria artística. Durante mi etapa en la Fundación Neumann, como mencioné previamente, tuve la oportunidad de explorar técnicas y abordajes para la interpretación de textos o comunicar ideas desde una perspectiva ilustrativa. Esta materia despertó en mí un genuino interés. Luego, en Madrid, hice un máster en álbum infantil ilustrado que terminé en 2014.

A partir de ese momento, me aventuré en la escritura e ilustración de cuentos destinados al público infantil y juvenil, participé en cursos especializados y con ilustradores de reconocimiento internacional en España, Inglaterra e Italia, incluyendo la conocida feria del cuento infantil ilustrado de Bologna, Italia, y colaboré periódicamente con la revista La Leche, además de recibir algunos encargos.

Mis ilustraciones para Monsieur Gardel obtuvieron un destacado reconocimiento en 2020, al ser merecedoras de una mención honorífica en la categoría de ilustración infantil durante el Society of Illustrators of Los Angeles 59 Showcase. En 2021, se volvió a mencionar mi trabajo, esta vez con las ilustraciones de El sueño de Mau, en el mismo prestigioso espacio.

En enero de 2021, mi cuento «Trapoldo» recibió una mención especial en el segmento infantil de un concurso internacional promovido por HiiiBrand Awards Competition, organizado por el Hiiibrand International Council of Design de China. Durante el mismo año, la casa editorial La Maleta Ediciones dio vida a mi cuento «La casa del árbol”. Tengo en este momento cerca de  decena de cuentos ilustrados en espera de ser publicados.

—¿Ha cambiado la fotografía su modo de entender el diseño gráfico? ¿Y de entender la ilustración?

—Creo que ha sido a la inversa. Mi formación como diseñadora gráfica me ha favorecido y ha ejercido un impacto positivo en mi enfoque en el momento de componer un retrato o un paisaje en el visor de la cámara o la escena de una ilustración. Tantos años de educación visual estricta me llevan obligatoriamente a observar de una manera particular y ser exigente conmigo misma a la hora de realizar una obra artística. De manera natural e intrínseca, tiendo a diseñar incluso hasta el espacio donde trabajo y donde vivo.

—Diseñadora gráfica, fotógrafa, ilustradora y también editora. En 2015 creó un emprendimiento editorial. ¿Nos cuenta? ¿Qué la impulsó a tomar ese camino, por sí mismo, muy competido y exigente?

—Sí, entre 2014 y 2015, tras la publicación de mi libro Nava hermosa, me adentré en el mundo de los fotolibros en España, lo que me permitió explorar una amplia gama de trabajos y fotolibros. En ese período, descubrí los fanzines. Esto que me inspiró a fundar Rabipelao Ediciones, una casa editorial centrada en publicar proyectos sociales y de denuncia. Con Rabipelao Ediciones he dado a conocer obras de fotógrafos venezolanos, así como de colombianos, mexicanos y guatemaltecos, cuyos trabajos me han cautivado y que considero dignos de una mayor proyección a nivel mundial.

Las publicaciones de Rabipelao tuvieron una presencia destacada en ferias realizadas en ciudades como Madrid, Salamanca, Málaga, Copenhaguen y Berlín, cosechando una cálida acogida por parte del público. También se exhibieron en el Salón de la organización 10×10 Photobooks de Nueva York en 2015 y, en la actualidad, forman parte de su colección bibliográfica. Rabipelao Ediciones continúa en funcionamiento y está a punto de lanzar al mercado una serie de nuevos títulos.

CLAUDIA LEAL, TRAPOLDO, MENCIÓN HONORÍFICA HIIIBRAND AWARDS, CHINA, 2021

—Finalmente, ¿podría hablarme de sus maestros, de las personas que fueron decisivas en su formación?

—En la Fundación Neumann, tuvimos el privilegio de contar con numerosos profesores destacados. Entre aquellos que dejaron una huella imborrable en mí, se encuentran Eduardo Gómez, Kika Alcega, Carlos Rodríguez y Pedro Mancilla. También es esencial resaltar a John Lange, quien, aunque no fue mi profesor, desempeñó el rol de director de la Neumann durante mi tiempo en la carrera y considero que ha dejado un legado de gran importancia en la historia del diseño gráfico en Venezuela.