Édgar Negret es considerado el gran maestro de la escultura colombiana. Su legado, debe decirse, trasciende a su país de origen porque es reconocido y admirado a escala mundial. Además, hay que recordar, su presencia en Venezuela fue tan constante, tan generosa, que en 1985 el crítico de arte Roberto Guevara lo recordó diciendo: “Negret de América también es nuestro”. Tan nuestro que en 1998 fue condecorado en Caracas con la Orden Andrés Bello, precisamente porque este artista quiso que parte de su obra más significativa se quedara en Venezuela.
En efecto, en 1975 se planteó uno de sus proyectos a escala urbana más importantes: la obra titulada Puente a Caracas. Se trataba de una pieza monumental que debía servir de “puente” o paso peatonal para que los transeúntes atravesaran la Plaza Venezuela de un lado al otro. El proyecto no se llevó a cabo, pero, en cambio, Negret donó al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber la escultura que sirvió de maqueta.
Años después, el artista presentó a la Alcaldía de Valencia dos propuestas escultóricas: Cascada y Horizontes. Paisaje agustiniano, siendo escogida esta última. En el año 2000 el alcalde Francisco Cabrera adquirió los derechos de fabricación de la pieza y, luego, gracias a la posterior gestión del alcalde Miguel Cocchiola y Edgar Núñez, quien fuera presidente de la Fundación para la Cultura de Valencia y del Teatro Municipal de esta ciudad, esta obra pudo ser recuperada y finalmente asentada en 2016 en el Bulevar Francisco “Paco” Cabrera. El resguardo y posterior restauración y asentamiento estuvo a cargo de Emilio Fioravanti.
Hoy día se considera que Horizontes. Paisaje agustiniano es la obra a escala urbana de mayor tamaño en la producción de Édgar Negret. Es una escultura colosal conformada por cinco columnas de 12 metros de alto que ocupa un área de 18 metros de largo. Representa las montañas de la región de San Agustín, en la zona del Alto Magdalena en Colombia. Negret gustaba frecuentar este lugar para reencontrar la herencia prehispánica y sentir la presencia de sus ancestros. Esta experiencia hace que su abstracción, novedosa por su estilo inconfundible, trascienda a los problemas formales y constructivos. Precisamente, él no se limita a una relación de formas ni a aspectos técnicos. Por el contrario, a partir de los años ochenta, su obra se llena de sacralidad. Negret era un artista sumamente espiritual. Era un apasionado por las culturas prehispánicas que asume con total sentido de pertenencia tanto por legado familiar, como por tradición y cultura. Por eso muchas obras presentan alusiones simbólicas tomadas de este pasado ancestral. Forman parte integral de su identidad.
El paisaje colombiano tampoco le es indiferente. Las altas montañas de Los Andes enmarcan su espacio y están siempre presentes en su pensamiento. Las admira, las hace suyas, razón por la que, a partir de 1980, luego de un viaje al Perú y de una residencia espiritual en San Agustín, suspende por un momento el uso de formas tubulares dinámicas –que han distinguido gran parte de su escultura– para dar comienzo a la llamada “etapa andina”. Horizontes. Paisaje agustiniano pertenece a esta estética. Mediante largas láminas de hierro, expresa la monumentalidad de las montañas debido a sus formas planas, cerradas y verticales. Tiene, así, la intención de ser divisada a la distancia como una enorme cordillera roja, signando con su presencia totémica a la ciudad de Valencia.
El Consulado de Colombia en Valencia y la Fundación Grupo Valdés se han propuesto, a través de la presente exposición, realizar un homenaje al gran maestro Édgar Negret. La intención: conocer con mayor detenimiento la importancia que tiene esta magna obra para la ciudad. Para ello se ha dispuesto en sala documentación relativa a esta pieza, tanto su historia como su proceso de ejecución. Asimismo, se ha invitado a diversos artistas venezolanos que han realizado obras a escala urbana en diversas regiones del país: Alberto Cavalieri, Nidia Delmoral, Marcastillo, Rafael Martínez, Carlos Medina, Luis Mille, J. J. Moros, Juvenal Ravelo, Sydia Reyes y Fabiola Sequera. A todos los une la geometría y la abstracción como solución formal tanto en obras en pequeño y mediano formato como en aquellas realizadas a escala urbana. Además de exponerse en sala algunas piezas representativas, esta muestra consta de maquetas, planos y fotografías de sus respectivas obras urbanas. La intención central es ampliar el conocimiento y la reflexión acerca de la relación arte y contexto urbano. De este modo se busca fomentar en el ciudadano –quien finalmente es quien transita y hace suyo su entorno– el valor de nuestro patrimonio y con ello su sentido de pertenencia.
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Susana Benko. Curadora e investigadora de arte. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. Coordinadora Editorial en Venezuela de la revista Art Nexus.
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Negret monumental
Sede del Consulado de Colombia en Valencia, edo. Carabobo
Av. Bolívar Norte, Local 108-118, Sector San José
Inauguración: 19 de julio 2018
Clausura: 14 de septiembre 2018
Tertulia: 14 de septiembre, 2.00 pm
Participantes: Vanessa Valdés (curadora), Juvenal Ravelo, Nidia Delmoral, J. J. Moros (artistas), Emilio Fioravanti (maestro constructor), Susana Benko (investigadora de arte)