Carrera macabra
Tú hablabas de quemar barcos
–y los míos ya eran ceniza–,
tú soñabas con levar anclas
–y yo estaba ya en alta mar–,
tú ibas de la patria a la Nueva Tierra
–y yo estaba sepultada ya
en tierra extraña,
y un árbol de raro nombre,
un árbol como todos los árboles,
creció de mí,
como de todos los muertos,
sin importar dónde.
**
Irresistible
¿La propia palabra,
quién la recupera,
la vital
palabra
todavía no pronunciada?
Por donde pasa la palabra
se secan los pastos,
las hojas palidecen,
cae nieve.
Un pájaro regresaría a ti.
Y no tu palabra,
la no dicha aún
a tu boca.
Envías otras palabras, más tarde,
suaves palabras, con plumas coloridas.
La palabra es más rápida,
la negra palabra.
Llega siempre,
no cesa
de llegar.
Mejor un cuchillo que una palabra.
Un cuchillo puede ser romo.
Un cuchillo atina a menudo
lejos del corazón.
No la palabra.
Al final está la palabra,
siempre
al final
la palabra.
**
Sobre nosotros
Se leerá sobre nosotros
póstumamente.
Nunca quise despertar póstumamente
la compasión de los escolares.
Nunca aparecer de esa manera
en un cuaderno de clase.
Nosotros, sentenciados
a saber
y no a actuar.
Nuestro polvo
jamás será tierra.
**
Lectura
Los libros entran en mí
a través de un gran portón
pagan algo
por su entrada
le dan algo
a mi chica del guardarropa
invisible
El teatro
al que entran
es oscuro
yo misma estoy en la entrada
aquellos amados
no sé cómo salieron
regresan siempre
**
Palabras
Las palabras son granadas maduras,
caen a la tierra
y se abren.
Todo el interior es barrido hacia afuera,
la fruta desnuda su misterio
y muestra sus semillas,
un nuevo misterio.