Por JUAN CARLOS FEIJOÓ GONZÁLEZ
En Venezuela es imposible no asociar el nombre Aly Khan con las carreras de caballos. Oriundo del estado Bolívar, tierra que vio nacer el hipismo nacional a mediados del siglo XIX, Virgilio Cristian Decán convirtió el “deporte de los reyes” en “la pasión de un pueblo”, ya que una actividad tan elitesca, muy poco accesible para el soberano en la mayoría de los países donde se practica, se convirtió en una tradición popular nacional gracias, en gran parte, a la labor que llevó a cabo en los medios de comunicación.
Durante los más de cincuenta años de carrera al frente de los micrófonos de radio y televisión, Aly Khan, bautizado así por Juan Francisco Rodríguez “Don Fulgencio”, fue portador de un estilo único y que ha sido la base para los narradores de las nuevas generaciones que le han relevado. El perfecto uso y el nivel de conocimiento que poseía del castellano le hicieron destacar abiertamente, desde la descripción de lo acontecido en cada carrera, hasta del significado del nombre de algún purasangre, esto último no limitado al español, ya que era un enamorado de la buena dicción y del correcto uso de las palabras en cualquier idioma, así que no reparaba en investigar algún nombre en francés, inglés o cualquier otra lengua, para hacerlo del conocimiento de la afición.
Rompió esquemas desde el inicio
Virgilio Decán se inició como narrador a temprana edad en el hipódromo de Angostura, al tiempo que también incursionaba en la descripción de partidos de béisbol. Apenas iniciando la década del 50, ya en Caracas, con la meta puesta en convertirse en profesor de castellano, y con el certificado de locución recién logrado, una “institución consagrada” en la narración hípica, como era Juan Francisco Rodríguez “Don Fulgencio”, le abre las puertas de la radio, impresionado por su estilo innovador y muy descriptivo, en el que agregaba detalles de la carrera nunca mencionados, con perfecto manejo de la respiración y frases que, con el correr del tiempo, pasaron a formar parte de la jerga popular.
En sus primeros años, tuvo la oportunidad de compartir además de Don Fulgencio, con Eloy Pérez Alfonzo “Mr. Chips” y tuvo el honor de ser el sustituto de José Eduardo Mendoza “Miralejos” en Ondas Populares y Radio Cultura.
Monitor hípico, su gran obra
En 1967 sale al aire Monitor Hípico TV, por el canal 11 (Caracas), pasando en 1968 al Canal 8 (Cadena Venezolana de Televisión). Este espacio se emitió, en los años siguientes, a través de varios canales. Se convirtió en la referencia y principal promotor de la actividad hípica en Venezuela. En 1973, Monitor Hípico llega con su versión radial a Radio Rumbos. En los 80, se agregaron las ediciones en televisión y radio para los hipódromos de Valencia y Santa Rita. Favoritos de Monitor Hípico fue un programa en el que Aly Khan compartía con un selecto grupo de pronosticadores para guiar a los aficionados en sus apuestas. Cuando Monitor Hípico Radio llegó a Radio Continente, la estructura esférica ubicada en el techo de la tribuna B, fue bautizada como “La Bola Continental”, que hoy lleva por nombre “Virgilio Decán, Aly Khan”, en su honor.
Cientos de miles de venezolanos se daban cita los domingos desde muy temprano en los “Sellados del 5 y 6”, para hacer sus “cuadritos”, con la esperanza de acertar los seis ganadores y así lograr un suculento botín, que seguro les ayudaría para mejorar su calidad de vida o para “tapar huecos” por alguna deuda. Ese acto “tan religioso como ir a misa” se completaba con las reuniones de familias y amigos para, en torno a un televisor, sintonizar en horas de la tarde el programa Monitor Hípico con “El Príncipe Aly Khan”, a la cabeza de un selecto grupo de comunicadores, que se encargaban de describir la jornada hípica del hipódromo La Rinconada, en un maratónico unitario que, tradicionalmente era acompañado con un buen sancocho de pescado o una parrilla, siempre con el complemento de las tertulias o discusiones que se daban para analizar cada una de las carreras que se disputaban, celebrando las victorias y sufriendo en las derrotas.
Un detalle que muy valioso que brindó Monitor Hípico a la afición fueron los micros con detalles del mundo de las carreras de caballos, que nada tenían que ver con las apuestas, y el hecho de repetir los clásicos de los años anteriores, lo que hizo que muchos recién interesados por las carreras de caballos se quedaran prendados de la actividad, haciendo crecer nuevas generaciones de aficionados. Todo esto formaba parte de la misión que Aly Khan se había planteado desde el principio con su programa.
Un caballero dentro y fuera del hipismo
El Dr. Virgilio Decán, profesor de castellano y abogado, estuvo casado en dos ocasiones. De su matrimonio con Luisa Teresa Gambus, nacieron sus tres hijos: Ivanova, Igor y Wladimir. Y en segundas nupcias, desde 1996, compartió el resto de su vida con Ingrid Sahara Du Patrocinio.
Decán nunca se sobrepuso de la inesperada desaparición física de su hijo Igor, fallecido apenas con 34 años y quien formaba parte del staff de Monitor Hípico. Posteriormente, fue Wladimir quien tomó el lugar de su hermano en el programa, incluso acompañando a su padre en su rol de subastador, que fue otra faceta en la que acertadamente incursionó Aly Khan.
Si como narrador y pilar del desarrollo del hipismo venezolano, junto a La Gaceta Hípica y a los Héroes del 71 (Cañonero, Gustavo Ávila, Juan Arias, Pedro Baptista y Juan Quintero), su papel fue fundamental, también lo fue como consejero de quienes trabajaron con él, siempre desde el respeto y la intención de formar a excelentes profesionales, y vaya que sí lo fueron.
A la pregunta, ¿cuáles consejos les daría a las nuevas generaciones de narradores? Aly Khan respondió: “Practicar la narración hípica dentro de un marco de seriedad, de responsabilidad, de objetividad y de respeto, sobre todo al soberano, a ese público que es el gran aliado del espectáculo hípico”. Sin duda alguna, “El Príncipe Aly Khan es el mayor influencer del hipismo, desde mucho antes de que existieran las redes sociales”, así lo publicó en Twitter uno de sus discípulos, Alfonso Rodríguez Vera.
El Dr. Decán se relacionó con gran parte de la alta sociedad venezolana, siendo amigo personal de varios presidentes y siempre fue considerado como una celebridad. Fue presidente de la Asociación Hípica de Propietarios, actividad en la que incursionó con éxito al ser el dueño de grandes corredores como Tropic Ana, Guasipati, Silbido, Alguacil o El Príncipe, entre otros. Incluso llegó a tener caballos en sociedad con el poeta, periodista y escritor Miguel Otero Silva. En otras lides, fue directivo del Aeroclub Caracas, ya que también pudo con los años, convertirse en piloto, haciendo realidad un sueño que tenía desde niño. El golf, la música clásica y la buena mesa, fueron también sus intereses.
Su trayectoria fue reconocida año tras año, recibiendo el Guaicaipuro de Oro en 24 ediciones consecutivas, el Meridiano de Oro en 15, entre otros. También recibió la Orden Francisco de Miranda en su Primera Clase y otros reconocimientos a nivel nacional. Fue exaltado al Salón de la Fama del Clásico del Caribe. En su ciudad natal, Ciudad Bolívar, se disputa el Derby Guayanés en su honor y más recientemente se programó el Clásico Virgilio Decán, Aly Khan Gr.1, en La Rinconada. Finalmente,recibió el Doctorado Honoris Causa en Periodismo y Narración Hípica en la caraqueña Universidad Católica Santa Rosa.
Su nombre quedará inmortalizado junto al de Francisco José “Pancho Pepe” Croquer, Delio Amado León, Marco Antonio de Lacavalerie “El Musiú” y otros tantos, cuyas voces seguirán retumbando en el corazón de la afición, como los íconos de la narración deportiva en Venezuela.
El Príncipe Aly Khan eterno
Gracias a este metaverso en el que se han convertido las aplicaciones de videos en Internet, las nuevas generaciones podrán deleitarse con las narraciones de Aly Khan y los de la vieja guardia, podrán revivir aquellas descripciones de antología con las icónicas frases que solo él pudo hacer calar en el acervo del venezolano, como “Para todo el mundo”, “De un viaje…”, “Último…”, “La largada en mala…” y la muy usada “Allá rodó”, entre muchas otras.
El Príncipe Aly Khan siempre destacó entre sus mejores narraciones, la del triunfo del caballo Victoreado en el Clásico del Caribe de 1966 en Puerto Rico, o la del Preakness Stakes de 1971, que significaba la doble corona para Cañonero junto a los héroes del 71 y nunca dejaba por fuera la de aquel “Ganó Venezuelaaaaaa…”, cuando Huracán Sí pasaba a dominar en el Clásico del Caribe de 1977 disputado en Puerto Rico.
Aly Khan también era un hombre de emociones, y muestra de ello fue el anecdótico final del Clásico República de Venezuela de 1987, cuando tras pensar que Gallardete ya ganaba, esgrimió el eterno “Vuelve Sindaco”, que pasaba a dominar al final con una discusión posterior entrañable.
El 15 de noviembre de 2022, precisamente el día del onomástico de su eterno director Francisco “Francisconi” Méndez, Virgilio Decán, a los 91 años, se fue a narrar a ese lugar de lo eterno, en el que le esperaban de seguro todos aquellos caballos y gente del hipismo, incluyendo a los aficionados que durante tantos años disfrutaron de su invaluable aporte al espectáculo de las carreras de caballos.
*Juan Carlos Feijoó González es escritor, periodista y multifacético profesional del hipismo en medios impresos, radio y televisión. Artículos suyos han sido publicados en las más importantes publicaciones dedicadas al hipismo en el continente. Es autor de tres libros: Pasión hípica (2005), Taconeo y Triple Corona (2007) e Historia de la Serie Hípica del Caribe 2009-2019.
Visión lateral*
Por ALFONSO TUSA
Sin precisar la fuente recuerdo que en una entrevista Virgilio Decán relataba que sus inicios en la narración deportiva empezaron en un estadio de béisbol allá en su nativa Ciudad Bolívar, cuando encaramado en las gradas de la tribuna central describía jonrones, doble plays y la comunicación pitcher-catcher, luego pasó al hipódromo de la ciudad y allí empezó a desarrollar el tono, la estructura y la magia que lo llevaron a narrar las historias más estremecedoras de las carreras de caballos. Tenía un gran conocimiento, respeto y cariño por los equinos. Fue el único narrador hípico a quien escuché decir “el caballo viene en las manos¨. Llegó a ser propietario de varios ejemplares purasangre, el que más recuerdo es Guasipati, en honor a un pueblo de su estado Bolívar. Su voz pasaba de la novela a la poesía cuando Guasipati avanzaba en la recta final y podía alcanzar los matices del drama más telúrico si su caballo pasaba la meta en primer lugar. Más allá de satisfacción personal, se podía leer el éxtasis de quien valoraba el despliegue cinético de una carrera de caballos y el esfuerzo del ejemplar ganador. Aly Khan para mí fue el narrador con visión lateral más profunda que haya escuchado, en medio de la fruición de puntualizar los detalles del pelotón delantero, podía percibir a la vez cual caballo empezaba a aparecer, a rematar desde el fondo, eso aportaban el filo de suspenso a su narrativa, esa sustancia anestesiante que transportaba al escucha al propio ojo del huracán, al barullo interno de la adrenalina desplegada sobre la pista del hipódromo. Era como ver en televisión a pantalla dividida a los líderes y al que venía cargando desde el fondo.
*Fragmento del artículo “La voz que magnificaba las carreras de caballos”.
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