Por CARLOS RAÚL VILLANUEVA
En nuestros países subdesarrollados donde la formación de un espíritu nacional y la conciencia de sus implicaciones tienen suma importancia política y social, todo esfuerzo sincero dirigido hacia estos objetivos es extraordinariamente oportuno.
Únicamente, si queda bien claro este concepto decisivo, se podrían acometer con método y sensibilidad contemporánea la urgente tarea de lo que podríamos llamar «la operación de rescate» de nuestro pasado.
Bajo ese aspecto esta obra de Graziano Gasparini ofrece un campo de observación muy interesante. Como primer trabajo de esta índole en Venezuela, la recopilación de las largas y metódicas investigaciones del autor acerca de las construcciones religiosas coloniales constituye un fuerte impulso para que todo nuestro interés, ahora obligado a ello por lo que nos ofrece Gasparini, se concentre en un programa cultural excepcionalmente acabado.
Sin ninguna duda, este libro es un interesante trabajo perfectamente documentado que abarca todas las construcciones religiosas de la arquitectura colonial venezolana. Es el empuje necesario y estimulante para que se comience a pensar en una crítica histórica de la arquitectura colonial venezolana. Una historia, que sobre la base rigurosamente indispensable de la documentación consultada y de la gráfica de Graziano Gasparini, califique en forma de síntesis, a lo largo de una escala de valores estéticos, todo el inmenso material aquí presentado.
Si bien es cierto que la escala de valores que acabamos de mencionar no existe todavía perfectamente terminada, el hecho de que Graziano nos proporcione esta maravillosa experiencia arquitectónica, es suficiente estímulo como para abordar de una vez, en cruenta polémica, si fuere preciso, el mundo peligroso y emocionante de los esbozos e investigaciones constructivas. Y quien niegue que llegar a una definición moderna y critica de nuestro pasado, representa un acto noble y un requisito indispensable para forjar una visión nacional de nuestra cultura del futuro, no es siquiera digno de hojear las páginas que siguen.
Para el trabajo generoso de Graziano Gasparini, nacido en otras tierras, pero dedicado integralmente a esta labor, va todo nuestro aliento, toda nuestra confianza y todo nuestro agradecimiento.
*El texto de Carlos Raúl Villanueva es el prólogo a Templos coloniales de Venezuela. Ernesto Armitano Editor, Caracas, 1959.
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