Los venezolanos están «secuestrados» por un «régimen opresor» y sufren una «catástrofe» económica y social que demanda una «intervención humanitaria» internacional, declaró en una entrevista con EFE el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma.
«Invoco, en nombre del martirizado pueblo de Venezuela, el principio de la intervención humanitaria» previsto en convenciones y resoluciones internacionales, dijo el exalcalde en Brasilia, donde se ha reunido con autoridades del gobierno de Michel Temer y pedido apoyo para los «demócratas venezolanos».
Según Ledezma, «el mundo sabe que en Venezuela hay 26 millones de personas secuestradas», con sus derechos políticos suprimidos, en la prisión por sus «ideas» y sumidos en la miseria y el hambre, todo lo cual ha generado un éxodo masivo cuyos efectos se sienten ya en los países que han recibido una inesperada y creciente ola migratoria.
«Cuando una sociedad o una familia es víctima de un secuestro, actúan los organismos de seguridad», afirmó Ledezma, exiliado en España desde noviembre pasado, cuando se fugó -o se «autoliberó», como él dice- de la casa que tenía por cárcel y huyó de su país.
En ese marco, afirmó que «cuando un régimen no está en capacidad de garantizar la vida, la salud, la alimentación de su pueblo, prima el derecho humano de ese pueblo y no interesa el gobernante».
Apuntó además que «cuando un régimen no es capaz de garantizar» que no haya una represión «masiva y sistemática», como sostuvo que ocurre en Venezuela, «el principio de autodeterminación de los pueblos» debe dar paso «al principio de intervención o injerencia humanitaria».
Según Ledezma, «eso es lo que tiene que revisar la comunidad internacional», pues de otro modo será «espectadora de un exterminio y no valdrán entonces los mensajes diplomáticos de consolación ni servirán las resoluciones compasivas, mientras el pueblo venezolano sigue muriéndose, sigue siendo masacrado, como ocurre hoy».
La gira que ha emprendido Ledezma le ha llevado a Perú, Costa Rica, Panamá, Florida (Estados Unidos), Argentina y, después de la escala en Brasil, concluirá la semana próxima en Chile.
En todos los casos se ha reunido con mandatarios, parlamentarios y dirigentes políticos para pedir «solidaridad» con los ciudadanos venezolanos y «no con la oposición», pues Venezuela «no precisa un abrazo de pésame después de que haya muerto la patria», sino «una mano tendida que la ayude a salir de esta tragedia».
En ese sentido, defendió la aplicación de sanciones individuales como las que han anunciado Estados Unidos o la Unión Europea (UE) a algunos altos cargos del gobierno venezolano y también pidió que no se reconozcan las elecciones convocadas para el próximo 20 de mayo.
«Su pueden llamar truco, fraude, trampa, pero no elecciones», pues todo el proceso «es controlado por un aparato político» que está «al servicio de la continuidad» del presidente Nicolás Maduro, declaró.
Según Ledezma, la oposición mostró su talante democrático cuando protestó en forma cívica y fue reprimida, cuando intentó activar el referendo revocatorio previsto en la Constitución o acudió a mesas de diálogo que «a la postre terminaron siendo una engañifa, una parodia que le ha costado mucho al pueblo».
El ex alcalde dijo que «lamentablemente, todo eso fue truncado por el régimen, que le pasó doble llave a esos caminos», lo que lleva a una situación en que «no se puede hablar de diálogo o negociaciones, salvo que sea para definir los términos de la salida del dictador».
En su opinión, sólo la salida de Maduro del poder permitirá una «reconciliación de los venezolanos» y recuperar la «tolerancia» y el «respeto por las diferencias», de modo que «no importe el credo, el color de la piel o el sesgo ideológico» de cada ciudadano.
También sostuvo que un cambio político en su país abrirá paso al «inicio de la reconstrucción» del aparato productivo y del tejido social, y a «corregir el daño moral que le ha hecho este régimen a Venezuela», que «debe volver a tener valores y a hacer política con ética».