«La matriz epistémica, por consiguiente, es un sistema de condiciones del pensar, prelógico o preconceptual, generalmente inconsciente, que constituye ‘la misma vida’ y ‘el modo de ser’, y que da origen a una cosmovisión (Weltanschauung), a una mentalidad e ideologías específicas, a un espíritu del tiempo, a un paradigma científico, a cierto grupo de teorías, y en último término, también a un método y unas técnicas o estrategias adecuadas para investigar la naturaleza de una realidad natural o social».
Miguel Martínez Miguélez – Nuevos fundamentos de investigación científica
***
I La geopolítica de Donald Trump y las inversiones de Estados Unidos hacia América Latina
La principal promesa del presidente Donald Trump es generar el equilibrio poblacional. En este sentido, la migración ilegal ha permeado de manera negativa en los diversos campos y áreas sociales de Estados Unidos, hacia lo cual la actual administración gubernamental orientará esfuerzos para no solamente establecer parámetros de sostenibilidad humana. La finalidad es que también existan políticas públicas -tanto internas como externas- que promuevan el conjunto de inversiones que permitirán estabilizar los esquemas coyunturales laborales tanto para extranjeros dentro del país como fuera, principalmente en América Latina, en aquellas naciones donde sus gobiernos respeten el derecho internacional privado, así como los tratados internacionales; contextos geopolíticos que armonicen el crecimiento y desarrollo de la región en un entorno donde el esquema ganar-ganar no sea una nefelibata, menos un ucase. Se trata de enfrentar una situación de dontancredismo para todo el continente en términos geopolíticos y que requiere, probablemente, medidas antipopulares, pero que terminarán siendo sostenibles en lo económico, social, educativo, cultural y, por supuesto, demográfico.
Así, el presidente Donald Trump también favorecerá abiertamente la inversión y redistribución de capitales, fortaleciendo a Estados Unidos en un contexto de producción y consumo interno. Esto mientras consolida sus propias fuentes de energía y, en alianza con las neotecnológicas, amplía conceptos asociados a la inteligencia artificial y las redes –suprageocomunicacionalidad–. Un contexto icástico de nomenclaturas políticas en un mundo que avanza hacia el cosmoestadismo, dejando atrás la estructura ambigua de los Estados inoperantes y sometidos con esquemas de pueriles burocracias, donde estas últimas se habían apoderado de la operatividad de la Casa Blanca, causando no sólo un entorpecimiento en la ejecución de las medidas, sino una pérdida de la influencia geopolítica que ha venido afectando tanto las democracias en Latinoamérica, como la paz mundial en otras latitudes, concretamente en Europa desde Rusia, y en los países árabes, cuya zona de conflicto acordó un alto el fuego a pocos días de haber llegado Trump al poder.
Por ello, cuando Donald Trump anuncia cuantiosas inversiones en lo interno, las mismas quedarán articuladas con diversas áreas de esa geopolítica hacia el resto de América Latina. Estas también van a incidir de manera positiva especialmente en el mercado emergente de criptoactivos, el cual ha sido declarado de máxima importancia para el orden financiero del gobierno norteamericano. Una razón que orienta la multiplicación y consolidación de aspectos innovadores en el manejo de la economía, y que implica una reducción automática de trámites estériles, mientras se fortalecen las negociaciones en los niveles industriales, tecnológicos, energéticos, comerciales y servicios. Es allí donde los capitales de origen norteamericano, que están en plena expansión en otros territorios y países, sobre todo en América Latina, confluyen aguas abajo para una mayor amplitud financiera y de inversiones, en virtud de que han quedado protegidos y reforzados por las decisiones ejecutivas –decretos– emitidas por Washington. Una condición de articulación geopolítica que asume el nuevo gobierno de Trump con máxima visión hacia un equilibrio mundial, con respeto a las normas y convenios internacionales.
II Zonas de Empleo y Desarrollo Económico: nuevas oportunidades de inversión ante consolidación geopolítica desde Estados Unidos
En función de la geopolítica del nuevo gobierno de Estados Unidos, donde la preponderancia se encuentra en el cumplimiento del derecho nacional e internacional, así como la aplicación de medidas que contrarresten la criminalidad y los excesos de poder por regímenes que pretenden sobrepasar no sólo la constitucionalidad, sino los tratados internacionales en materia política, económica y social; es evidente que MAGA (Make America Great Again, acrónimo en inglés) no es un simple lema, sino que será la orientación permanente en el ejercicio del presidente Donald Trump.
Ante esta realidad, uno de los puntos principales de inversión interna y externa que estará ejecutando la administración norteamericana tendrá un factor fundamental en las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), las cuales en su eje de conformación y asociación de empresas no sólo resultan las más fáciles y rápidas en constituirse, sino que precisamente su espacio de bienestar, crecimiento y desarrollo (BCD epistemológico) permite que haya resultados tangibles, efectivos y concretos, al punto de que esta organización que inició operaciones en pleno Covid-19 (2020) -hubo que esperar hasta 2022 para salir oficialmente de la pandemia- además de superar millonarias inversiones en Próspera en menos de un lustro con tales complejidades, concluyó la construcción de la Torre Duna –la más alta y moderna en Roatán –, lo cual demuestra que son precisamente las ZEDE un conglomerado para acelerar el nivel de resultados positivos que se ha propuesto Donald Trump como presidente de Estados Unidos; así como su equipo de gobierno y asesores.
Por ello, las ZEDE además de convertirse en idóneas estructuras para el apalancamiento de la economía de Estados Unidos, revisten máxima importancia en aquellos territorios donde se encuentran operativas – a pesar de obstáculos políticos, caso Honduras – porque está comprobada su eficiencia y eficacia en cada una de sus actividades no sólo económicas, sino también sociales, por los miles de empleos – directos e indirectos – que generan, lo cual se encuentra en perfecta armonía con la disminución de la inmigración como principal problema que estaría afectando a Estados Unidos. O sea, las ZEDE vistas en un contexto geopolítico trascienden sus posiciones de inversionistas articulados, además del plano de criptoactivos, en importantes conjunciones humanas; es decir, iniciativas como Próspera conciben no solo la inversión como una obtención de lucro, como sucede con todas las iniciativas económicas; es que la construcción de su epistemología alinea todos los problemas (extra)territoriales; sobre lo cual existen aspectos cuantitativos y cualitativos que son enfocados con el más absoluto análisis teórico, que circunda el procesualismo geopolítico sobre los tres vértices del oxigonio mencionado (BCD); verbigracia, son las palabras de Machado (2008) las que pudieran sintetizar en perfecta sindéresis el objetivo de operatividad de las ZEDE: “El sentido del avance científico y tecnológico es el de facilitar las condiciones en las que el hombre -cada hombre – pueda vivir mejor (p. 124).
En conclusión, las ZEDE son una herramienta fundamental para la consecución de objetivos definidos en la geopolítica de la nueva administración de Estados Unidos desde la visión de alcanzar un mundo equilibrado, en paz, y sobre todo con avances para el bienestar, crecimiento y desarrollo de la humanidad.
@vivassantanaj_
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional