Yo quisiera estar en medio del desierto
y caminar sobre las hirvientes arenas de antiguos
mares extintos
Caminar sin rumbo alguno entre las hostiles
dunas del Sahara
Caminaré por los bordes de los
precipicios que vuelven con el
ritmo de péndulos anacrónicos
Beberé de los viejos odres forjados
con el cuero de cabras suicidas
que se inmolaron ante el rebaño extraviado
De pastores aventados a lejanos exilios
cuyas casas de la memoria
viajaban con ellos en breves bártulos
a lomo de caballos insomnes
exhaustos de tanto cabalgar las
altas llanuras del Asia Menor.