Recientemente he tomado un curso a distancia sobre el Holocausto en una plataforma denominada “Coursera” (www.coursera.org) auspiciado por Yad Vashem. El curso se titula “El Holocausto: el abismo de la humanidad”, se encuentra en español y es gratuito.
Yad Vashem es un órgano del Estado de Israel que comenzó como institución oficial en 1953 mediante la promulgación de la Ley de Yad Vashem por el Knésset –el parlamento de Israel- luego de iniciativas que se remontan al año 1942. La propia institución se describe a sí misma como el “Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá”; siendo “Shoá” un término en hebreo que redirige al término “Holocausto”: el proceso de exterminio de judíos en Europa bajo la iniciativa, dirección y ejecución de los asesinos nazi y de sus cómplices y colaboradores.
Carezco de habilidades para identificar con precisión el término “Yad Vashem” (o Yad va-Shem). En algunas fuentes he leído que expresa un lugar y unos nombres. Quizás, si fuese así, dentro del término “conmemoración” surge una muy particular costumbre de la cultura judía que detecté desde pequeño y es la conmemoración de la buena memoria de los difuntos y –quizás, de nuevo- intuyo que el objetivo fundamental de Yad Vashem es la conmemoración de la memoria de quienes perecieron durante el absurdo exterminio de los judíos en la Europa invadida por los ejércitos nazi. Y digo absurdo porque el plan expansionista nazi me resulta eso: absurdo e insostenible aún si hubieran triunfado.
Así, preservando la memoria de las víctimas como el centro del objetivo, resulta totalmente coherente y relacionado el conjunto de actividades, monumentos e instalaciones cuyo centro se encuentra en la cumbre de la Colina del Recuerdo en Jerusalén bajo la tutela de la Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto.
Puedo mencionar la coexistencia de institutos y de instalaciones (la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto, el Archivo, la Biblioteca, las instalaciones y monumentos y, entre ellos, la Sala del Recuerdo, la Sala de los nombres, el Yad LaYeled, el Valle de las Comunidades, el Jardín de los Justos entre las Naciones, el Museo Histórico, el Centro de las Generaciones del Holocausto y el Museo de Obras de Artes y otros monumentos conmemorativos) y de aplicaciones informáticas pero nada mejor que visitarlas uno mismo por www.yadvashem.org y descubrir la amplitud de la obra. También se puede “volar” sobre el campus de Yad Vashem escribiendo las siguientes coordenadas en un navegador o en Google Map 31°46′27″N 35°10′32″E o las palabras “Yad Vashem Jerusalén”.
Mi experiencia personal navegando y usando las herramientas informáticas fue que encontré que dos parientes –mujeres- por la familia Pardo fueron víctimas del Holocausto y fueron exterminadas: Gertrud Henriette Pardo y Angela Anne Rosette Pardo. Lo que aprendí en el curso de Coursera al cual me referí al principio me llevó a un imaginario de lo que debieron sufrir; imaginario que les ahorro por lo rudo y duro.
Pienso que es hora de que volquemos nuestro interés, nuestros ánimos y nuestra cooperación con nuestros hermanos judíos para participar en sus esfuerzos porque ésta y otras masacres no pasen al olvido o se pierdan en la comodidad que aparentemente disfrutamos. La prevención de estos actos de barbarie no es ya solo de la responsabilidad de los judíos o de los descendientes de judíos. Es tarea de todo quien se sienta un ser humano justo.
Dios guarde a V. E. muchos años.
@Nash_Axelrod.