OPINIÓN

Y ahora le toca a Ecuador

por El Nacional El Nacional

Malos recuerdos tienen los venezolanos de las protestas que surgen por medidas económicas. Aunque pase el tiempo, es difícil que en este país haya alguien que no sepa el significado de la palabra “Caracazo”. Y ahora le toca a Ecuador.

Se podría decir que la región está tristemente convulsionada, pues hace unos días fue Perú y ahora otra nación hermana. Es lógico que los que se han quedado piensen en los venezolanos que se fueron a esas tierras a encontrar la paz que su país les niega.

El presidente Lenín Moreno pactó con grupos financieros, entre ellos el Fondo Monetario Internacional, ayuda económica significativa para el país. Y como es lógico, como cuando se va al médico y el especialista escribe una receta, hay indicaciones que se deben poner en práctica para recuperar la salud, en este caso, económica.

Un país petrolero que elimina de un solo golpe el subsidio al combustible no puede esperar otra cosa que no sea una explosión en las calles. También genera molestias el hecho de que para sanear la economía haya que reducir el gasto público, porque eso implica disminuir las nóminas. Todo eso se va juntando y la ira de la gente no puede hacerse esperar.

Al final, los pobres se sienten más pobres, esa parece ser la consecuencia que este tipo de procesos deja en la población. Los ecuatorianos, comenzando por los universitarios, se lanzaron a las calles a protestar.

La gente exige el levantamiento del “paquetazo” (otra palabra conocida para los venezolanos). Y es allí cuando los políticos comienzan a estudiar la posibilidad de pescar en río revuelto.

Algunos se aventuran más allá. Hay analistas que ven en el antecedente venezolano ciertas referencias para analizar lo que ahora pasa en Ecuador. Incluso se aventuran a señalar a Rafael Correa, el ex presidente, como el verdadero titiritero detrás de las manifestaciones en las principales ciudades ecuatorianas.

Porque años después de que ocurriera el Caracazo, los venezolanos supieron que el estallido, la chispa, no fue exactamente espontánea, sino que, como un rastro de gasolina dejado conscientemente sobre el asfalto, fue provocado. Alguien lanzó el fósforo.

Una de las evidencias es que los parlamentarios afectos al ex presidente Correa piden ya la destitución de Moreno y la convocatoria a nuevas elecciones. Claro, no se olvidan de exigir que se levanten las medidas.

¿Puede Ecuador darse el lujo? No es más importante tratar de salvar la economía del país? Es un debate que debe darse, pues también deberían mirarse en el espejo de lo que sucedió en Venezuela después.

Los países en desarrollo tienen por delante demasiados retos. Tratar de subir peldaños para dejar el atraso es más duro en el caso de los latinoamericanos. Lo que sigue haciendo falta es una campaña de comunicación que le explique a los ciudadanos que a veces los cambios son duros, pero son absolutamente necesarios.