He publicado algunos artículos sobre el tema de la democracia y al efectuar una revisión profunda sobre mis publicaciones relacionadas con ese sistema político, consideré necesario crear y publicar una antología de ideas, que me parecen importantes de enfatizar, teniendo en cuenta que la democracia es una buena forma de gobierno que presenta actualmente cierto grado de deterioro, pues está sujeta a diversas vulnerabilidades y que es necesario salir de la caverna de la manipulación y la ignorancia mencionadas por Platón, mediante el uso del intelecto, para no ser sometidos y esclavizados por los peores sistemas de gobierno como son las oligarquías y las tiranías.
El libro VI de la República de Platón afirma que Sócrates planteaba, cómo las diversas formas de gobierno de las naciones sufrían una especie de metamorfosis degradante con el transcurrir del tiempo, que pasaba por cuatro fases las cuales eran: aristocracia –gobierno de los ciudadanos más preparados–, oligarquía –gobierno de un pequeño grupo de: ricos, avaros, corruptos, insensibles y genocidas–, democracia –gobierno del pueblo– y finalmente tiranía –gobierno de una persona con poderes absolutos–.
El deterioro de la democracia conduce hacia la tiranía, porque ese sistema se distorsiona por aberraciones tales como son: el populismo, la demagogia, la ignorancia, la avaricia y la corrupción, donde algunos demagogos y estafadores se aprovechan de las carencias de los ciudadanos para infundirles miedo y dependencia, limitando sus libertades y vendiéndose como falsos salvadores y protectores, que para más inri tratan de atornillarse en el poder, debido a otra vulnerabilidad de la democracia que es permitir las reelecciones.
Además de las cuatro formas de gobierno mencionadas por Platón, actualmente existe un superpoder mundial, llamado el Estado profundo, que, sin ser elegido por nadie, se ha impuesto como el supergobierno de todos los países y que se puede considerar como una oligarquía global insaciable, que es conocida como el globalismo y está formada por élites: económicas, políticas y geopolíticas, que se encargan de decidir sobre el destino del mundo, los seres vivos y se han hecho dueñas de casi todo el poder político y los: activos, recursos y riquezas de la humanidad, a través de: la especulación financiera, el terror, el belicismo y la manipulación de las democracias y las tiranías.
Sócrates tenía sus reservas respecto a la democracia, como se evidencia cuando preguntó a su hermano Adimanto, que si estuvieran en un barco en medio del océano sería conveniente convocar a una elección para buscar dentro de los pasajeros a alguien que condujera la nave o sería mejor averiguar si existía algún capitán naval muy experimentado a bordo del barco, para que tomara el control de dicha embarcación.
Adicionalmente, dicho filósofo consideraba que hacer votar a las personas sin brindarles la información adecuada y una educación suficiente era totalmente irresponsable, que carecía de cualquier justificación y que votar por cualquier líder demagogo o populista era arriesgado, pues los votantes podían ser influenciados por aspectos irrelevantes tales como la apariencia física o la retórica de los candidatos, sin considerar que así como para navegar se requieren calificaciones, para conducir a un país de manera exitosa o para ocupar cargos en asambleas y congresos nacionales, es aún más importante contar con: cualidades, habilidades y destrezas comprobadas, dentro de las cuales están las siguientes:
1.- Honestidad e integridad que son esenciales para ganarse la confianza, el respeto y el apoyo de los ciudadanos.
2.- Empatía y habilidad de escuchar para ponerse en el lugar de los demás y oírlos, pues debe comprender, abordar y solucionar los problemas y las necesidades de la población que lo eligió.
3.- Liderazgo y habilidades en la toma de decisiones, pues debe asumir el rol de líder real y tomar decisiones acertadas y oportunas para guiar al país hacia el éxito.
4.- Experiencia y conocimiento en cuestiones políticas, geopolíticas, económicas y sociales, para poder decidir con propiedad y de manera: sensata, racional, acertada y adecuada.
5.- Comunicación efectiva pues debe intercambiar información de forma clara, precisa, concisa, eficiente y eficaz, con los ciudadanos y con el resto de la comunidad política y económica a niveles nacional e internacional.
6.- Visión y planificación a largo plazo que le permita ser un estadista real y tener un plan de gobierno factible para la nación, que debe poderlo implantar de manera eficiente y eficaz en su período como gobernante, sin perder el tiempo en confrontaciones estériles o en asuntos irrelevantes.
7.- Responsabilidad y transparencia pues debe rendir cuentas ante la población y el Congreso nacional, el cual debe ser un ente independiente, honorable y honesto, para poder equilibrar los poderes y evitar los abusos del poder ejecutivo y, además, debe ser capaz de defenestrar al presidente y a otros funcionarios, si hay causas válidas para hacerlo, en vez de estar compuesto por individuos que solo buscan cómo apropiarse de los bienes de la nación o recibir dineros provenientes de orígenes oscuros.
8.- Apertura al diálogo y la cooperación con otros líderes y países, para abordar los problemas locales y globales, promoviendo: los intercambios comerciales, la paz, el progreso, el bienestar, la prosperidad y la estabilidad: económica, social y política.
9.- Inteligencia para obtener una comprensión profunda de los problemas que enfrenta el país y cómo solucionarlos adecuadamente.
10.- Trabajo en equipo donde debe poder escoger y rodearse de los mejores asesores, administradores de recursos y expertos en las diversas áreas, para establecer relaciones productivas con los demás líderes y los elementos que forman su gobierno.
11.- Responsabilidad social y sensibilidad humana para comprometerse con la justicia social y trabajar en la mejora de las condiciones de vida de todos los ciudadanos sin exclusiones.
12.- Respeto de los derechos y la dignidad de todos los miembros de su comunidad, para tratar a todos los gobernados con equidad, que es una mezcla de justicia con igualdad y libertad.
13.- Supervisión y exigencia para hacerle seguimiento a los proyectos que se manejen durante su gobierno y tener cero tolerancias con colaboradores que sean ineficientes, incapaces o corruptos, quienes deben ser expulsados de sus funciones sin contemplación.
14.- Fortaleza e independencia para no ser: influenciado, manipulado, corrompido, sometido, engañado o extorsionado, en la toma de las decisiones, que siempre deben orientarse hacia la salvaguarda de los intereses supremos de la nación y sus habitantes.
La selección y elección de los candidatos apropiados para ejercer los gobiernos, es uno de los grandes problemas de la democracia en todos los tiempos, pues según Aristóteles esta se degenera o se corrompe, convirtiéndose en demagogia, donde para obtener el poder político se utiliza una estrategia basada en: la ignorancia de los ciudadanos, la retórica –habladera de paja–, la desinformación, la satanización de los contrincantes, la manipulación de los sentimientos de la gente y la propaganda política, en la que se invierten gran cantidad de recursos financieros en marketing político y encuestas amañadas hechas por alcahuetas, sin que interesen las calificaciones, la honestidad, ni las capacidades de los candidatos postulados para ocupar los cargos públicos y desafortunadamente, no es posible para los ciudadanos comunes: seleccionar, postular y elegir, libremente a los mejores ciudadanos con que cuentan los países, porque son los grupos elitescos financistas quienes imponen a sus elegidos.
Qué nos diría Sócrates de la democracia actual, que parece un circo romano sin que haya pan, donde a pesar de los cataclismos naturales, junto a las crisis globales que tienen al mundo sumido en el caos, la miseria y al borde de una guerra mundial, cuando se requiere el aporte de verdaderos estadistas, se proponen e imponen como candidatos a gobernantes a algunos individuos tales como: comediantes, cómicos, payasos, humoristas, titiriteros, magos, brujos, encantadores de serpientes, populistas, influenciadores, mamadores de gallo y seudo dirigentes, cuyas obras más conocidas son enseñar sus posaderas en público o ser contadores de chistes obscenos.
Infortunadamente, existen ciertos candidatos que provienen de algunos partidos políticos y esos partidos necesitan financiamiento que pueden recibir del Estado profundo o de élites económicas, compuestas en determinados casos por especuladores, delincuentes financieros, corruptos, falsos empresarios y traficantes de cualquier índole, siendo que esos financistas prefieren promover a ciudadanos con algún tipo de debilidad, rabo de paja, ignorantes e incapaces, que puedan ser sometidos, guiados, manipulados y extorsionados, para expoliar fácilmente los recursos y las riquezas de las naciones, por lo cual ignoran, desprecian y repudian a los mejores líderes, que tengan experiencia, capacidad, honestidad y libertad de criterio, virtudes que son fundamentales para lograr gobiernos: honestos, eficaces, eficientes y exitosos.
Esta anomalía de la democracia basada en el dinero y en los intereses solo de las élites, en vez de las necesidades de los ciudadanos y la solución de sus problemas, conduce a postular, financiar y llevar al poder a personas: desquiciadas, genocidas, ignorantes, sin escrúpulos y sin capacidades de negociación, que son capaces de dejar que sus países sean destruidos, para que grupos especulativos pertenecientes al Estado profundo o a otros estafadores, sean los beneficiarios del remate de sus activos y recursos o de la reconstrucción de sus infraestructuras; que las naciones vecinas se involucren en aventuras bélicas que los dejarán arruinados y que puedan generar una tercera guerra mundial, como excusa para repudiar los pasivos monetarios y financieros astronómicos que han sido producto de malas praxis económicas a nivel global.
Por estas razones muchos electores pierden la fe, la confianza y la esperanza en los políticos, en los procesos electorales y en la democracia, lo que conduce a altos porcentajes de abstención en las votaciones, debido a que en las ofertas de candidatos electorales no se da la oportunidad de escoger a los mejores representantes, que puedan resolver los problemas existentes, porque los elegidos están más orientados a trabajar en función de los intereses propios y los de sus promotores, en vez de atender las necesidades de los ciudadanos, que se convierten en crisis humanitarias eternas con falsas expectativas de solución.