Dedico este artículo al actual presidente de Colombia Iván Duque, el cual no solo interpretó acertadamente su rol de estadista para recibir e impulsar la regularización de los venezolanos que huyeron a Colombia, para salvarse y reasumir una vida de trabajo y de estudio para sus hijos, sino que predicó con el ejemplo. Venezuela y Colombia, más allá de ser países limítrofes, son hermanas siameses. Nacidas desde un mismo vientre histórico, nuestras raíces comunes nos hacen ramas de un mismo árbol, lo que en el mundo actual hace, más que nunca, que para progresar requiramos el regar conjuntamente dichas raíces con un orden institucional en libertad y democracia.
“Vuelvan caras” o “vuelvan carajo”. Más se parece a José Antonio Páez la segunda expresión que la primera. Junio 24 del año 1821. Han transcurrido 2 siglos, 12 meses y un día después: ¡hasta hoy sencillamente inolvidable! Desde el establecimiento del caudillaje militar, en el caso venezolano desde 1830 hasta más de “cien años de soledad después”, cuando en 1935 se seguía gobernando en estas tierras suramericanas mucho más por la fuerza de las armas que por la fuerza de la razón y de las instituciones de la civilidad. El puente del siglo XIX al XX en Venezuela fue otro “castrismo”, esta vez de un Cipriano Castro andino y exseminarista que se enmachetó para Caracas a tomar el poder y unificar, junto a su compadre Juan Vicente Gómez al país; acabando con los demás caudillos que se les atravesaron en ese camino y tiempo. Así, transcurriendo años, lustro a lustro, década a década, se vinieron posicionando los más importantes generales, jefes de las luchas de independencia contra la corona española, bolivarianos algunos y otros no precisamente tanto, durante tales intestinas luchas internas de poder por el poder mismo.
Las bases doctrinarias de lo que es una República soberana e independiente, y de lo que ameritaba realmente la construcción de un país democrático, no fueron a discutirse a cabalidad, más seriamente y de modo más masivo, sino con el advenimiento de los primeros partidos políticos en Venezuela. Su tardío despertar, pero despertar al fin, en el siglo XX “ difundió las doctrinas político-económicas, gracias al quemarse literalmente las pestañas los estudiantes universitarios, así como de muchos otros dirigentes autodidactas que iban leyendo y discutiendo a diversos filósofos, científicos sociales, sociólogos y politólogos de épocas pasadas y del entonces. Así, pateando calles y armando reuniones, de gente en sindicatos y otras organización gremiales se le fue dando forma a la aspiración e inspiración democrática y de defensa de los derechos humanos. Desde aquellas utópicas virulencias entre marxismo o capitalismo se establecieron fuentes inagotables para debates. Sin embargo, la cabeza y el estómago conviven en un mismo cuerpo y es al final la propia reacción de los pueblos hambreados contra las realidades autocráticas de monárquicas del pasado o de clases dirigentes momificadas ante la presión de los pueblos que nos empujaban hacia cambios inaplazables, aún cuando fuese, dolorosamente, hacia la tortuosa experiencia comunista de dominación y muerte.
El mundo de hoy, gritamos con fuerza “ vuelvan carajo” a la fuerza de la razón que es lo que pretende interpretar nuestra Cátedra Internacional por la Libertad “Francisco de Miranda” que en sus palabras nos instruyó: “Más al levantar sobre las ruinas de un régimen opresor la independencia de vuestra patria, acordaos ciudadanos, de que vais a llenar con la fama de vuestros hechos las regiones más remotas, a grabar vuestros nombres en el templo de la memoria… Al momento de confundir a vuestros opresores no imitéis su tiranía. No es nuestra idea la de reemplazar un gobierno irregular, por otro semejante: de sustituir a un régimen opresor por otro opresor: de destruir una tiranía antigua por otra tiranía nueva; en una palabra, de establecer sobre la ruina de un despotismo extranjero, el reino de otro despotismo no menos odioso…”
Invitamos desde ya, y con ocasión de un nuevo año de nuestra “Cátedra Miranda” a todos a un debate valiente, abierto, honesto intelectualmente, y de permanente búsqueda de soluciones a implementarse, ante las muy importantes y muy urgentes demandas de nuestras hermanas y hermanos en Venezuela y Colombia, así como en todo el globo y universo infinito de posibilidades que nos ofrece la providencia.
@gonzalezdelcas
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