Las lustrosas del superior general Padrino López, ya colonizado con sueldos y medallas, marchan por fin de frente y dan la cara, su portador acelerado agiliza los preparativos del nuevo bautizo mayor que debe ocurrir en 2024 o antes, en el territorio de este hemisferio que le asignaron. Es una orden indiscutible vía la Cuba botante a su vez colonia de los genocidas rusos que comandan a la soldadesca de botines gastados, todos al mando del Zar Putin, quien desde su palacio imperial calza lujosos zapatos de charol para simular que es un civil civilizado. Se le obedece desde La Habana, Sao Paulo, Puebla y Caracas, entre otras sucursales.
Los chinos son silentes, en sus invasiones por ahora son comerciales y no proselitistas, usan sus propios afamados tenis de variadas gomas y continúan su labor tenaz cuyo instrumento perforador y mercantil cava sin parar a fondo, no se detiene porque es la mina de oro negro en este momento más preciada del globo mientras extiende sus productos tecnológicos hacia el mercado subcontinental.
Los teócratas iraníes salieron del closet en pantuflas sin quitarse los mantos, envían mensajeros en trajes de pilotos para aviones presuntamente comerciales y pactan sagrados convenios religiosos que les permitan saquear el especial oro amarillo del Arco Minero, negociado con el otrora descalzo analfabeta santero hoy embotado pero no se sabe bien con qué clase de materiales, seguro nada proletarios, o los Porcegul de los obreros o las Timberland, pues luce brillantes sortijas pero pocas veces deja ver sus pies y grita los dictados que recibe sentado en su sillón bolivarista custodiado por soldaditos, exmuchachos del barrio cuyos uniformes permiten vislumbrar botines Diat de trabajo hasta las piernas, mezclados de cuero y telas rancheras.
Poderes distintos pero en alianza automática contra valores y principios democráticos representados por las democracias occidentales, imperfectas pero funcionales.
Desde el mismo lugar salen centenares de hambrientos nativos y naturalizados venezolanos vía la infernal selva del Darién, 9 cada hora, huyen descalzos, en alpargatas y chancletas o restos de zapatos tan destrozados como la tierra que los vio nacer o los albergó. Grosso modo ya escaparon 70.000 del 94% en situación de calle y pobreza.
En verdad poco importa distinguir marcas de los botantes. Todos dirigen la orquesta botista con batutas armadas para dominar los fragmentos de lo que fue un país nombrado Venezuela, usan auténticas o derivadas botas militaristas, la cresta para robar más riqueza, el resto, menos del 10%, por necesidad, obediencia robototrizada o modo de asegurarse una entrada mensual.
Por su parte, la denominada oposición que es votista por costumbre fracasada pasó a botista, sin necesidad de usar ningún tipo de botas, prepara su exposición habitual, su feria votante, antes nacional hoy la bien narcorganizada transcontinental durante más de veinte años. Repite su cartilla dedicada a reforzar el fijo poder de los botamandamases antes citados. De repente y por esta urgente vez logran permiso para un nuevo CNE de verdad-verdad en votaciones primarias de las dirigencias micropartidistas y, oh milagro, triunfan como sucedió en 2015 pero calcan a quienes de inmediato aceptaron el chantaje de los falsos jueces embotados con togas, escupieron sobre sus deberes constitucionales y los despojados de su mayoría parlamentaria se dedicaron a desmontar con discursos populistas los numerosos retratos del paracaidista “comandante eterno” que ocupaban el Capitolio, después recuperado a balazos, redecorado y funcionando a millón al mismo estilo botarate para seudociviles que disponen de oficialistas dólares. Todos los caminos conducen al Fuerte Tiuna desde urnas electoralistas, bodegones y tarimas del entretenimiento-propaganda.
Esta hora de cuentos, no precisamente de hadas, exige que el famoso y solitario Gato con botas se multiplique para liberar a los mismos palacios donde ellos, los uniformados cuadros medios, están sometidos, adoctrinados, custodiados, embrutecidos, así esta vez, como el 23 de Enero de 1958, los sufridos habitantes puedan secundarlos sin miedo. Se agotaron las viejas ficciones, no sirven para salir de modernas esclavitudes totalitarias. ¿Acaso votos manipulados por botas criminales romperán las cadenas de esos presos felinos con cerebros lavados ? ¿El oligarca y burgués generalato respetará la voluntad de la masa que en 90% los detesta?
Sí se pudo cortar a tiempo tamaño mal paralizando al país por tiempo parcial hasta lograr una renuncia de los impostores trisoleados. Pero grupos empresariales, comerciales y sindicatos dependientes pretextaron que una huelga general, así fuera breve, llevaría a quiebras, bancarrotas, desempleo, ruina total. Resultados a la vista. La cohabitación se incrustó como fórmula que garantiza la permanencia del militarismo delincuencial.
Es el principal reto que confronta una nueva dirigencia partidista. Quizás, aún, sí se puede.