Nunca fui drogadicto, pero bebí licores «socialmente» [primera excusa imposible de validar] –Nací y -mientras crecía- notaba que casi todos en rededor consumían alcohol: mi padre, sus amigos, nuestros tíos, vecinos, et. Un día de infante bajé al sótano de una iglesia y hallé sacerdotes ebrios que, aparte, fumaban tabaco. Los maestros también se emborrachaban. En TV pude mirar cómo un animador que tuvo inmenso éxito con un programa [«show»] publicitaba marcas de cigarrillos y licores. Hasta ingería aturdimiento e inhalaba humo en su diario espectáculo de farándula. Transformaba sus expresiones faciales al mantener en sus pulmones partículas de capnomancia. Se dopaba.
Cuando cumplí 9 años un amigo británico llamado End Gib me ofreció ácido lisérgico, mejor conocido por sus siglas LSD. No sentí propiamente miedo, pero miré la diminuta pastillita con respeto. Intuía que hacia lo onírico-fatal conducía a mis amigos. Otro norteamericano me mostró bolas compactas de marihuana, mescal, cocaína y peyote. Una celebridad desde muy joven llamado Mick Jagger cantaba una canción cuya letra era apología del delito. Elegí comenzar a redactar una novela cuya trama era alteración de los sentidos mediante sustancias psicotrópicas o hierbas. Pretendí y logré, con éxito, recrear ese mundo de chicas y chicos de tres naciones (Venezuela, Norteamérica e Inglaterra, d. a. a. 60)
En mi novela Combustión protagonizaban Jim Protiva, Henry Citroën, Laurie and Tomy Macdonald, Gigi, Pola y Lia Green, José Mayer, Guarulo Cupelo, Jesse Ocampo […] Anuncio que los mencionados están muertos. Rendían culto a las drogas heroicas, sin menoscabar su afición por la cerveza.
Gib me trajo de Londres un disco sencillo de esa catedral del blue llamada The Beatles: https://www.rtve.es/noticias/20230322/please-please-60-anos-del-disco-con-comenzo-beatlemania/2432043.shtml. Murió en el curso de su temprana adolescencia, tras impactar su motocicleta contra un vehículo taxis en una avenida construida por The Creole Petroleum Corporation: https://cienciassocialespcsunermb.webnode.es/products/avenida-intercomunal/. Según me confesaría, en un bolsillo de su short puso una bolsita con más de cinco mil pastillitas de LSD en el https://es.wikipedia.org/wiki/Aeropuerto_de_Londres-Heathrow de la capital de Inglaterra:
–«No immigration police checked me» -Me dijo.
Los emblemáticos miembros de The Rolling Stones y Beatles eran consumidores compulsivos de drogas blandas y duras, aun cuando alguna vez Jagger y Maccartney admitieran que no hacen feliz a nadie. Al cabo de varios años de sobrellevar el dopaje como hábito, se rendirían ante la realidad: mejor vivir lúcidamente.
Hay innumerables formas de vida, claro, y cada cual elige lo que su antojo. Pero el tiempo tendrá preponderancia y dictará sentencia firme: mejor bebe agua o jugos de fruta, interactúa sanamente, lee, escribe, aprende un oficio, trabaja, fomenta la coexistencia pacífica. Me habría gustado reencontrarme con aquellos chicos en este episodio de mi vida, pero escindieron después que las drogas socavaran sus psiquis.
albertjure2009@gmail.com
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