Desde hace unos cuantos años vivo en la zona de El Paraíso, en Caracas. Realmente siempre ha sido un sitio tranquilo, con los problemas de delincuencia, agua y otros servicios públicos, como se vive en todo el país y afecta a todos los que vivimos en Venezuela.
Desde hace un tiempo para acá la tranquilidad a la que estábamos acostumbrados los vecinos de El Paraíso, La Paz, Montalbán y otras zonas cercanas, se ha visto afectada por los enfrentamientos de las bandas delictivas que hacen vida en zonas aledañas como la Cota 905 y más recientemente La Vega, que nos ha obligado a vivir entre disparos de armas de fuego de todo tipo a toda hora.
Aun cuando confieso que soy un completo desconocedor del tema de armamentos, en los últimos meses uno se ha convertido en un espectador, al menos auditivo, de los diferentes armamentos que se utilizan, que van muy lejos de ser el simples disparos de revólver, sino de armamento de guerra cuyo uso solo está permitido a las Fuerzas Armadas Nacionales.
Estos enfrentamientos han convertido al menos las cercanías de mi casa en una zona de guerra, vive uno un estado de zozobra general, los disparos, explosiones y la incertidumbre de todos va en aumento cada día, los disparos no cesan ni de noche, ni de día, lo que genera un gran temor a los que habitamos en la zona.
Aunado con esto no hay información oficial de lo que sucede y las medidas que se están tomando para darle solución a esta situación las desconocemos, nuestro único medio de comunicación son ahora las redes sociales que nos mantienen informado de lo que pasa.
La situación general ha empeorado de una manera importante en estos últimos días y los enfrentamientos, según las informaciones que uno medio tiene, llegan hasta la parroquia El Valle y El Cementerio, así como los disparos llegan a la zona de Quinta Crespo y San Agustín, una guerra en el suroeste de Caracas.
Algunas personas muertas y varias heridas es el saldo que reportan algunos medios de comunicación de los enfrentamientos ocurridos los días miércoles 7 y jueves 8 en la zona, además de balas de armas de fuego que entran a diferentes apartamentos ubicados en las zonas cercanas a los enfrentamientos que mantiene en estado de alarma a todos los que estamos cerca de la zona y en absoluto resguardo, no sea que una bala perdida nos alcance.
Igualmente es alarmante el silencio absoluto de las autoridades respecto a lo que está pasando, ante esto es bueno recordarles que según lo establecido en la Constitución Nacional, los representantes del Estado están obligados a garantizar la seguridad de todos, tal como lo establece el artículo 55 que señala: “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes”.
Los habitantes en las cercanías donde ocurren estos enfrentamientos, entre los que me incluyo, exigimos a la vicepresidenta de Seguridad Ciudadana y ministra de Interiores, Justicia y Paz, almiranta Carmen Meléndez, informe sobre lo que está pasando y las medidas que los diferentes organismos de seguridad ciudadana realizan para que vuelva la paz a nuestros sectores.
La seguridad ciudadana es un derecho humano y es obligación del Estado garantizársela a los ciudadanos, ya basta de vivir entre balas, en el medio de una guerra que mantiene a gran parte de la población caraqueña en completo estado de indefensión.
Twitter: @cnietopalma
Instagram: @carlos_nieto_palma