No hay duda de que es muy fácil, hoy en día y en nuestras circunstancias, vivir abocados al futuro. Queremos saber qué va a pasar mañana, pasado, hoy mismo en la noche. Nuestra situación nos corroe por dentro, pues estamos cansados, indignados, molestos con un régimen que es rey de la mentira. Nos gobiernan unos personajes cuyo descaro no deja de asombrarnos y es lógico que, por eso, deseemos un cambio inmediato para Venezuela.
No sabemos, sin embargo, cuándo vendrán tiempos mejores, pero muy a pesar de esto no podemos perder la esperanza, pues el bien vence siempre al mal. Lo importante es vivir en presente. Volcarnos hacia el futuro preguntándonos a cada rato qué va a pasar, y cuándo, nos llena de ansiedad y angustia. Nos entristece y evita que nos centremos en el presente, que es el único tiempo que existe.
Aunque suene duro y aguafiestas, hay que aprender a vivir en el presente. Y ¿qué se hace en el presente? Pues trabajar, centrarnos en lo que hacemos, y ayudar a quienes lo necesitan, ya que el 50% de la población vive en estado de pobreza. Esto no significa que dejemos de preocuparnos por el país. Todo lo que hacemos está transido por la situación país. Vivir en presente significa centrarnos en el hoy, en el ahora, en lo que tengamos que hacer y en hacerlo bien, pues allí, en lo concreto que hacemos ponemos nuestro grano de arena por el país.
Así dejamos de angustiarnos en exceso; así no nos carcomerá la ansiedad. Así nos centramos en el “hoy”, en los rostros de los seres queridos que nos rodean y en sus circunstancias: así, pues, no nos olvidamos de vivir. Sé que esta visión de las cosas puede parecer inadecuada para nuestra situación actual, tan dramática e incierta; tan llena de mentiras por parte del régimen. Sé que puede parecer que es una entrega a la resignación, a la indiferencia, a un estado de limbo en que no pasa nada. No es así, porque dejarse invadir por el futuro nos conduce a un vacío sin piso, sin asideros, pues en ese estado dejamos de vivir en la realidad, que es la que nos mantiene en la lucha y por eso en el presente.
Hagamos el bien y recemos por el país. Esperemos y confiemos en que el mal caerá en algún momento por su propio peso.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional