OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Turbulencia y control de daños

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

La estrategia que les mencionaba en entregas anteriores se llevará a cabo en un periodo de 30 años: corto, mediano y largo plazo. De esos, siete años serán el horizonte de un plan concreto y mensurable, y la diferencia de 23 años, será parte de planes sucesivos hasta alcanzar el sueño de la visualización.

Los años críticos serán los primeros tres, llamada etapa de turbulencia y control de daños.

El horizonte de planificación es el tiempo más lejano al que se puede planificar. Es cuando la última variable del plan puede tomar un valor razonable, todo esto rumbo a alcanzar la visión, que como decíamos, son los primeros siete años. Será como una hoja de ruta de siete años en camino hacia lograr la visión.

En la planificación de un país el horizonte de planificación puede ser entre 30 y 50 años. Hay una cantidad de elementos de entorno que lo van condicionando, tales como: avance tecnológico, condiciones climáticas y comportamiento de las ideologías, que pueden llegar a tener en el camino tanto un Hitler, como un Papa Francisco, capaces de irrumpir y cambiar el rumbo de la historia.

Sería pretensioso planificar un horizonte tan largo desde la racionalidad posible que pueda tener la futurología, por lo que separamos ese horizonte de siete años en tres grandes bloques:

  1. Etapa de control de daños para evitar o administrar el colapso, que durará de uno a dos años
  2. Etapa de reinvención para reposicionarnos asertivamente, que durará de dos a tres años a continuación de la anterior
  3. Etapa de estabilización para empezar a evolucionar, que durará tres años y se constituirá en el piso a partir del cual se puede construir con bases firmes y políticas de Estado

Cada una de esas etapas tiene la finalidad de lograr ciertos objetivos para cada una de las dimensiones que explicaremos más adelante.

La realidad es continua y paralela, lo que significa que todo ocurre al mismo tiempo. Como también lo es la vida. Como en cualquier mapa, vamos a colocar solamente aquellos elementos de direccionalidad y vamos a tomar espacios de tiempo discretos. Imaginemos una realidad continua y paralela entre el presente y, al menos, siete años adelante.

Como una especie de radar, podremos ver lo que se puede dar casi por inercia en los dos primeros años, a partir de los cuales confirmaremos los supuestos para los tres años siguientes; y así sucesivamente. A medida que avancemos, se irá alargando el horizonte, sustituyendo todos los días un día que pasó, por otro que se sumará al final del periodo.

El tema más importante es del cambio mental; pensar fuera de la caja y deslastrarse, a como dé lugar, de sentimientos negativos. Utilizar la historia (por ejemplo, Bolívar regresando de Jamaica) solo como un referente y no como un ancla. Nos importa el mañana, el ayer ya pasó. El mañana se cambia hoy.

La primera etapa tiene dos características: es crítica, porque sin primer paso no hay segundo paso, y tiene la mayor cantidad de variables para anticiparse; se cuenta con más información, casi todas las variables están en juego, y no hay que perder de vista que en la estrategia tiene mucho peso el enfoque inercial.

Esa primera etapa es la que tiene mayor probabilidad de ser cumplida tal como estaba planificada, porque es casi seguro que hay cosas que se van a lograr.

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