OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Transformación y futuro

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

¿Cuáles son los elementos que deben acompañar una estrategia de transformación? ¿En qué consiste esa Venezuela productiva? En definitiva, se deberá permitir vivir bien en una sociedad solidaria e internalizar un régimen de propiedad equitativa en el que se haga una distribución social de la riqueza productiva.

Para balancear los tres elementos de la sustentabilidad y darle su justo equilibrio, no se deberían construir estrategias estructurales que administren la pobreza porque la experiencia de estos años nos ha demostrado que no resulta efectivo. Así, habrá que ingeniar estrategias para sacarlos de la pobreza e ir incorporándolos cada vez más al sistema productivo. La estrategia de “pobreza cero” significa que el pobre rápidamente tendrá que incorporarse a la producción, mediante estrategias muy rápidas de generación de posibilidades, disminuyendo las carencias de entorno y hogar.

Vivir bien en una sociedad solidaria significaría que todos los estratos sociales se sientan parte de un mismo sistema, donde el Estado, con una presencia importante pero menos protagónica, permitirá que esto ocurra. El mejor ejemplo es cuando en un partido de fútbol el árbitro se convierte en la estrella. Ese es el Estado. El árbitro debe ocuparse de que todo funciona bien, que los jugadores jueguen bajo las reglas y no cometan faltas, pero no se hace notar. El Estado que se hace notar demasiado intenta justificar, con su aparición y la propaganda, la ineficacia de fondo.

El régimen de propiedad equitativa deberá establecerse, no pensando en viejos conceptos de la reforma agraria, sino en una progresividad del perfil tributario: el que más tiene, paga porcentualmente más, y el que menos tiene, prácticamente no paga. Todo esto con escalas definidas que genere atracción para pagar, porque la cancelación de los impuestos conllevará a la obtención de ciertos derechos. Tampoco habrá que fijar montos muy altos que desalienten a los empresarios su motivación para invertir en el país. El régimen de propiedad equitativa es entonces un balance entre estos dos extremos.

Venezuela no ha sido exitosa en la distribución social de su riqueza productiva, posiblemente eso se deba a que los mecanismos de importación no son distribuidos por la sociedad. Cada vez que entra un dólar se sabe que va parar a un sector específico. En el país todo sigue entrando por un solo lugar, bajo la mirada de un solo árbitro que ha mostrado tener un poder absoluto para manejar esa riqueza que terminó corrompiéndolo. Esa es la mayor complicación a superar.

El tránsito a través de las etapas de la estrategia de transformación será exitoso en tanto atraviese ocho ámbitos organizativos específicos, que serán la forma gerencial de transitar el camino. Pese a que la mención de cada materia se haga de forma estructurada, en la práctica privará la simultaneidad, atacando al mismo tiempo diversos ejes.

El gobierno hay que reestructurarlo para que sea gestionable y eso está relacionado a la forma en que se agrupa. La organización no es más que reunir lo que está dentro de una empresa de forma que convenga su administración.

Por ello, pensamos en la siguiente estructura, conformada por ocho dimensiones o ámbitos:

  1. Político institucional y de gobernabilidad, que debe ofrecer un marco en el cual se desenvuelva toda la estrategia y la favorezca
  2. Política exterior y la integración, aquel que permitirá vincularnos con el mundo de una manera positiva. Intereses por encima de ideología
  3. Economía y las finanzas, convertido en el lubricante que permita que toda la dinámica funcione, dándole vuelta al foco, atrayendo inversión que genere lo necesario para gastar con un criterio de desarrollo post-petrolero. Con foco en la calidad del PBI, en el presupuesto y el endeudamiento, para “inflación 0”
  4. Petróleo, con más presente y pasado que futuro, al que debería pensarse retirarle el rango constitucional y las restricciones sobre el manejo de Pdvsa, evitando cometer el error de convertirlo en el apoyo y financiamiento de todo
  5. Inversión social, orientada a la pobreza cero y a la evolución social en temas como la salud, alimentación, educación y servicios. Por supuesto debe privilegiarse que el subsidio sea una contra prestación a cambio de educación o servicios
  6. Ambiental que, pese a nuestras características minera y petrolera, priorizará cada vez más el recurso natural para legarle a las generaciones futuras y no consumirlo en el presente, disminuyendo el impacto que nuestra economía genera
  7. Seguridad y defensa, que alineará el rol de la fuerzas armadas y cuerpos policiales analizados como un todo, tomando en cuenta las necesidades de los otros siete ámbitos con el propósito claro de desandar la militarización del país. Hay que integrar y optimizar el uso de recursos especializados
  8. Comunicación, para informar oportunamente y con transparencia sobre las políticas públicas y los planes que deben aplicarse. Debe incluir a la gerencia del cambio y la resistencia

En resumen, aplicar este plan implica moverse de un lado a otro –desde una situación actual de pobreza hacia una productiva–, manteniéndose dentro de unos límites que servirán de guía, en un tránsito que debe darse en tres etapas y debe atender ocho ámbitos del esquema de organización estatal, considerando los elementos que impulsan la estrategia –oportunidades– y aquellos que impiden cumplirla –amenazas–; con el único propósito de vivir mejor. Solo el tránsito hacia la riqueza nos hará alcanzar el éxito.

¿Cuándo aplicar esta estrategia para Venezuela? El “día después”, que se refiere al momento en que ocurre un cambio de sentido, la terminación de un modelo y el arranque de otro después de la tormenta. La etapa cuando inicia una perspectiva diferente de gestión. El llamado “día cero”. Pero, ¿cuándo empieza ese momento en Venezuela? Tenemos que averiguarlo juntos.

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