OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Se van, pero venderán cara su salida

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Mi abuelita solía decir sabiamente que “muchas manos en un planto causan arrebato”, que para nuestro caso significa que la nueva administración Trump ha colocado a variados y diferentes actores a ocuparse del tema Venezuela, lo cual redundará en más tiempo con el chavismo en el poder… y en ese tiempo, la experiencia nos mostró que, tratándose de ellos y de su principal asesor contratado, el G2 cubano, puede pasar cualquier cosa.

Aunque ese “cualquier cosa” esta vez está más acotado, porque el margen de maniobra que el chavismo se dejó a sí mismo, por las acciones desesperadas posteriores al 28J, y solo puede apuntar a vender cara su salida. Y para eso necesita piezas de negociación que en este caso consisten en personas cautivas que solo liberarían a cambio de condiciones a las que ellos aspirarían, pero que saben que no todas podrán lograrse.

El primero que se ocupó del tema fue el enviado del presidente Donald Trump para misiones especiales, Richard Allen Grenell -operador político, diplomático y consultor de relaciones públicas estadounidense nacido el 18 de septiembre de 1966, quien previamente realizó un trabajo similar como enviado presidencial para las negociaciones de paz entre Kosovo y Serbia; además, fue embajador en Alemania y director interino de Inteligencia Nacional-, posiblemente sea el que menos sabe y más tiene que familiarizarse con el tema Venezuela.

Y como tal, para justificar el cargo, aportará nuevas ideas -viejas para los que manejamos este tema desde hace años- que nos hará volver a caminos que ya hemos recorrido, pero que él tiene derecho a hacerlo, para cumplir el mandato de su jefe.

El comentario anterior, sumado a las declaraciones poco concluyentes de Trump horas después de su asunción, hacen pensar que la salida del chavismo no será inmediata, y que, aun contra la voluntad del dream team antichavista en el nuevo gobierno gringo, al gobierno de Maduro-Cabello se le dará oportunidades consistentes en nuevo oxígeno para ver qué inventan.

Porque hay que estar claros en que hay alineación conceptual entre María Corina y Trump en el “qué”; pero evidentemente no será así en el “cómo” se alcanzarán los resultados: este nuevo gobierno ya está reemplazando las amenazas y declaraciones no vinculantes, por verdaderas posibilidades ahora que ya son gobierno.

Como les decía en informes anteriores, las amenazas, declaraciones y redes dan para todo, antes de asumir… ahora, después de asumido, ya el juego es otro.

Y si bien todo parece indicar que el chavismo está de salida, y que su tiempo ya terminó, al tratarse de gente que se está jugando su vida y la de su familia, puede esperarse cualquier reacción… el “cueste lo que cueste” está más vivo que nunca, y ahora el costo se ha puesto más alto… y ellos están dispuestos a pagarlo.

Habrá que ver si las segundas y terceras líneas del mando revolucionario estarán dispuestas a inmolarse, ellos y sus familias y amigos/socios.

La lectura importante es que habrá que esperar a ver cómo los americanos juegan su juego, y evitar entrar en contradicción con ellos; porque María Corina y su estrategia, hoy está subordinada a la voluntad de Trump. Ambos quieren lo mismo, pero se ve que tienen diferencias en el “cuándo” y en el “cómo”.

Lo más importante es que, en ambos lados, hay una profunda convicción de que el chavismo tiene que irse, y que ahora al juego lo están marcando los gringos. Y del lado de adentro, tanto MCM como Edmundo, deben seguirles el juego, y mostrar, cuantas veces se los pidan, que el pueblo venezolano también quiere que se vayan. Seguro que lo saben, pero deben querer que cada acción desde afuera, sea vitoreada por el pueblo que supo ser chavista, pero que ahora los repudia.

Las únicas cartas defensivas que les quedan son los rehenes y la promesa, por demás creíble, de que son capaces de todo (y más) para quedarse. Y del lado de los gringos les queda el tiempo (pueden convivir un tiempo con ellos mientras los desgastan) y la posibilidad de demostrar que, además de solo amenazar como han hecho hasta ahora, también son capaces de hacer algo concreto, más allá de las sanciones.

Esta etapa, que no necesariamente será la última, recién comienza y el trumpismo aún no ha mostrado sus cartas; aunque sí sabemos que tienen buenas cartas, pero no necesariamente han demostrado que saben jugarlas.

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