Así parezca que no, la historia nunca vuelve a repetirse… podrá parecer por algunos rasgos, pero la piedra con la que tropezamos y tropezaremos en el futuro, nunca será la misma. Y si cada etapa nos enseñó algo, la nueva piedra deberá ser muy distinta a la anterior.
Cuando decidimos como venezolanos nacionalizar la industria petrolera y convertir al ingreso petrolero en un flujo de ingresos cuasi presupuestarios, comenzamos una etapa donde la corrupción (que aún no se llamaba así y en algunos países ni siquiera era un delito) era muy acotada, y sirvió para hacer grandes obras y grandes proyectos (p.ej. Guayana) donde tal vez el más profundo fue el plan de becas no reembolsables Gran Mariscal de Ayacucho, que terminó de poner en el mapa mundial al talento venezolano, y por ende al país como un todo, el cual era muy pero muy poco conocido en el mundo.
Si en ese entonces nacionalizar era una necesidad, en los 90´s, privatizar hubiera sido nuestra gran oportunidad de evitar seguir el ciclo vital de todas las empresas del estado en la región, las cuales, en manos de los políticos terminan desmoronándose y perdiéndolo todo. Nuestra pérdida de mercados, de producción, de recursos humanos y de Citgo, no son sino las evidencias de que más pronto que tarde terminan quebrando.
Ante el fracaso del modelo que se manifiesta en la actualidad con la caída de la producción a menos de 1 millón de barriles diarios, el sobreendeudamiento en default, las deudas comerciales impagas, la corrupción desenfrenada y la caída en la calidad del mantenimiento y de la inversión, la reputación de Pdvsa como cara visible del negocio petrolero en Venezuela, la ha llevado a que sea más difícil intentar recuperarla.
Un ciclo que podríamos haber controlado nosotros, hoy está en manos de jueces extranjeros, y en poco tiempo más también lo estará, pero ya con jueces venezolanos.
Y siguiendo el patrón del riesgo político que significa mezclar al estado con el ambiente empresario, aparecieron las sanciones petroleras (esencialmente políticas) que produjeron un desbalance entre la producción retenida (si la vende no puede cobrarla), la capacidad de almacenamiento limitada, la necesidad de diluyentes para la elaboración de gasolina y el transporte de los crudos extrapesados, el transporte de crudo y la comercialización.
Algo de lo que perdimos quedó en evidencia en el espacio de 6 meses que medió entre la GL 44 y la GL44a… vimos un poquito de luz, pero bueno, el resto es noticia.
La experiencia obtenida desde la nacionalización petrolera ha demostrado la tesis de que el Estado es un mal empresario, y que “a la larga” (con otras empresas del Estado ha sido “a la corta”) termina quebrándolas. Cada gobierno creyó que él lo podía hacer mejor, aunque ya se sabía que el mal (intereses políticos y corrupción), estuvo inoculado desde el mismo momento en que se nacionalizó, y no se abandonó el modelo cuando tuvimos la oportunidad de hacerlo.
El replanteamiento del negocio petrolero en Venezuela vendrá por la privatización de las operaciones, basada en una ley de hidrocarburos que le dé un peso importante al Estado venezolano, considerando la operación como de interés público (perfil similar a la banca), sin que eso afecte la estrategia de las empresas participantes, nacionales e internacionales.
Los ingresos básicos para el Estado venezolano, provendrán de los impuestos comunes y especiales, y de las regalías por el uso de reservas. La propiedad de las reservas seguirá siendo del Estado venezolano, mientras que las empresas las gerenciarán, según las prácticas usuales del negocio; habrá una agencia de nivel presidencial que haga seguimiento y regule el interés público en estas operaciones.
Se privilegiará la agregación de valor nacional al crudo extraído, aplicándole retenciones tributarias, hasta llegar a un piso muy bajo que haga atractiva la agregación de valor nacional y la generación de impuestos. Todas estas medidas deberán ser aprobadas con mayorías calificadas en la Asamblea Nacional (o Congreso bicameral, si en el futuro volviera a ser el caso), de forma tal de asegurarle al inversionista una solidez jurídica que lo impulse a invertir en plantas de procesamiento, o en la infraestructura productiva, de servicios y de almacenamiento que se requiera.
La estrategia tradicional de comprar refinerías en el exterior, cercanas a los centros de consumo, fue razonable para nosotros en ese momento y en términos del negocio petrolero; pero no en la actualidad donde necesitamos desesperadamente generación de empleo nacional que mitigue la gigantesca pobreza estructural que nos caracteriza. Cuando comenzó la revolución bolivariana, el petróleo significaba 95% de los ingresos y los empleos directos que generaba no superaban las 100.000 personas.
La estrategia ahora, deberá ser que la construcción de facilidades de refinación y almacenamiento se haga en territorio venezolano y se descentralice, en todo caso, el transporte no ya de crudos, sino de productos con mayor valor agregado.
La salida de la OPEP y la estrategia de aumento máximo de la producción de crudo y gas con el máximo valor agregado, deben ser los pilares de esta nueva etapa. Especialmente el gas no asociado que pudiera, de la mano de Trinidad al principio, convertirse en una de nuestras fortalezas exportables.
Porque si bien es cierto que la vida útil del petróleo durará un tiempo largo más, parece una buena idea diversificar nuestra capacidad de generar valor al resto del mundo. Y por el momento, lo que veo con mayor claridad para posicionarnos, es nuestra ubicación geográfica para ser el hub suramericano de cualquier tipo de negocio global… incluso el del petróleo y el gas.
Noticias destacadas
El País (España): González Urrutia aventaja a Maduro en los sondeos más confiables sobre las presidenciales de Venezuela. El candidato opositor, respaldado por María Corina Machado, lleva la delantera al chavista, que ha mejorado la baja aceptación con la que contaba hace un año.
González Urrutia tiene una intención de voto ya cercana al 50%, según la media de los sondeos que han sido publicados hasta ahora.
Por su parte, el candidato oficialista y actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha escalado algunos puntos y sus niveles de adhesión oscilan entre 22 y 25%.
El Nacional. Estudio de Hercon Consultores: María Corina Machado es la líder política más importante del país en estos momentos, según 71,2% de los encuestados. Al indagar sobre quién ganará las elecciones presidenciales, 67,3% de los encuestados contestó que Edmundo González, con el apoyo de María Corina Machado, mientras que 23,5% manifestó que sería Nicolás Maduro el triunfador. La diferencia entre ambos es de 43,8%
ABC de España: Estados Unidos cree que Maduro no permitirá elecciones libres en Venezuela (eso se refleja en las casas de apuestas a favor de Maduro)
El País: La Fiscalía Europea reclama la investigación de parte del ‘caso Begoña Gómez’, esposa del presidente de España. El Mundo: España. La juez ya investiga al hermano de Pedro Sánchez, presidente de España, por malversación y tráfico de influencias y pide documentos
Investing: Morgan Stanley baja calificación a las acciones mexicanas tras resultado electoral (es lo que normalmente ocurre cuando gana la izquierda… que los inversores huyen en estampida. Los únicos protegidos en México serán las empresas norteamericanas por razones obvias… el resto tiene razón al sentir inseguridad)
Lo que no fue noticia (y debería serlo)
• Que la pregunta en encuestas sobre quien cree usted que ganará las elecciones, ahora ha ido cambiando, y los números prospectivos comienzan a favorecer a la oposición. Mientras que en la casa de apuestas Polymarket, las apuestas dan 81% a Maduro, contra 18% a EGU. Hay una mayoría que sigue creyendo que Maduro ganará sin importar cómo lo logre… como ellos dicen: ”ni por las buenas, ni por las malas”.
• O que a medida que pasa el tiempo se vuelve más costoso (y riesgoso) para el gobierno, inhabilitar a Edmundo o anular su tarjeta. Es muy triste ver cómo se despliegan las fuerzas en apoyo a Maduro, ahora con el tema de que, si no le facilitan la salida, perdonándolo todo, pues, para ellos, es legítimo que no se quiera ir y que se quede… y lo dicen con una naturalidad que espanta.
• Ni que el giro a la derecha del Parlamento Europeo hace ver como que todas las derechas europeas son iguales. Posiblemente coincidan en el tema migratorio y el anti woke, pero seguro que no todos son pro Putin y anti OTAN. Habrá que ver en el hilado fino de las elecciones locales cuál es la calidad de la derecha que se imponga. Tal vez la de Francia sea la más peligrosa por las ofertas que presenta, anti OTAN y pro Putin.
• Tampoco que la expectativa de un retorno de los 7,7 millones de venezolanos que se fueron, pueda regresar cuando sean necesarios para la reconstrucción del país, está estimada, estadísticamente por la ONU, entre 10 y 12%. El arraigo en los países de destino se fortalece aún más cuando se trata de emigración joven que forma vínculos con los países de destino, sus hijos aprenden el himno nacional local, saben sobre su historia y sus próceres, y Venezuela queda como la referencia de un origen por el que sienten una nostalgia cada vez más específica y en momentos muy específicos. Más bien debemos comenzar con una campaña para importar familias que cubran las áreas faltantes, especialmente en física y matemática, y en áreas que quedaron desatendidas pero que serán necesarias para el futuro. Sin duda la Venezuela que se viene será un país muy distinto al que supimos conocer
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