OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Piensa lo peor y acertarás

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Es de entender que la cúpula del chavismo redoble la apuesta de respaldar sus propios resultados, utilizando la fuerza, el miedo y el terror, con el doble propósito de, o bien retener el poder si la jugada funciona, como ocurrió en el pasado, o bien ponerle un precio alto al negociar su salida, si es que la jugada no funciona.

Lo que la cúpula del chavismo parece no entender es que la sociedad venezolana cambió y se volvió en su contra. Primero cambió poniéndose en contra de Maduro y su gobierno, y después, cuando aparece en escena María Corina Machado, se pusieron a favor de ella. Cambiaron el sentimiento negativo de estar “en contra” por uno positivo lleno de esperanza, de estar a favor.

O tal vez sí lo entienden y, sabiendo que están en una profunda desventaja, entienden que, a mayor rechazo, mayor tiene que ser la represión. Porque la frase que me impresionó en esa semana del 29J, fue que “retendremos el poder a cualquier costo” … con todo lo que puede significar el “a cualquier costo”. Y si piensan lo peor … acertarán.

Según un interesante trabajo de La Nación de Argentina, durante 6 meses, “67% de los encuestados percibe como ilegítimo el gobierno de Maduro, cuya imagen negativa osciló entre 70 y 85% en los últimos 6 meses.  53% califica su gobierno como un régimen dictatorial”.

Y como están apelando a todos los activos disponibles, y, como la figura de Bolívar cada vez menos implica chavismo, apelan a la del difunto Hugo Chávez que “mantiene 32% de menciones favorables en redes, por su empatía con los postergados, y 57% negativas por su responsabilidad sobre el presente”.

La carta internacional, pareciera que la tienen perdida, por lo que solo les queda el “mercado” interno sobre el cual están actuando de manera salvaje, sofisticando los métodos de tortura física y psicológicas, y esto último, aplicado sobre toda la población, jugando con la luz, el agua y los mensajes de terror. Hay que nombrar también la suba de precios y la presión para que cierren empresas vía la recesión.

En cuanto a que la carta internacional la tienen perdida, habría que ponerle un question mark, porque estamos en manos de un tridente de ultra izquierda, López Obrador, Lula y Petro, gobiernos tradicionalmente amigos de Maduro y que resulta, al menos extraño, que se preocupen cívicamente por unas actas electorales, cuando la reputación de los grupos que representan, el Grupo de Puebla y el Foro de Sao Paulo, es justamente de desestabilizar gobiernos que no sean de izquierda, y hacer caso omiso de la legalidad de cada país. Especialmente cuando sus instituciones están perdidas, como es el caso de Venezuela.

Internamente, la “operación tun tun” sigue profundizándose aumentando el número de muertos hasta superar los 24, y las detenciones se duplicaron a 2.200 (Foro Penal: 114 adolescentes y 160 mujeres) en solo 10 días. La brutal y creciente represión ha hecho que la gente se asuste y ya no quiera o pueda mostrar su simpatía por María Corina, e, inclusive, no hacer comentarios ni con amigos, ni menos en el trabajo, por temor a las denuncias.

Las demostraciones públicas y abiertas del método de captura, y la difusión de torturas, más la radicalidad de los órganos de justicia, son un ataque sociológico dirigido a esa gran masa que se había liberado del Síndrome de Estocolmo Sociológico, y que saben de lo que es capaz el sistema. El imaginario popular hace el resto en sus cabezas, siguiendo el tema del título de este artículo, de “piensa mal, y acertarás” … la represión que se viene será aún más brutal y alcanzará a todo el espectro de la sociedad venezolana.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, “el resguardo y la cautela se han vuelto la norma ante la feroz represión estatal, que se ha afianzado especialmente en las zonas populares y pobres del país”. “Las herramientas que usan las mentes totalitarias siempre han sido infundir miedo, producir aislamiento, crear confusión”.

Mientras ocurre todo lo anterior, subyacente, sigue la esperanza y aumenta geométricamente el rechazo al gobierno, de tal manera que, si hubiera una encuesta en la que se pudiera confiar en el encuestador de calle, y que no vaya a ser un esbirro enmascarado, seguramente los números serían brutalmente negativos para el gobierno.

Desde aquí y ahora, hasta el 10 de enero del 2025, hay mucho trecho, y el tiempo juega en contra del gobierno que, para mantenerse, ha aplicado métodos que no son sostenibles en el tiempo. Porque la realidad y legitimidad de los votos, del rechazo popular y de aislamiento internacional; mas las sanciones que se vienen en las próximas semanas, harán que mantenerse en el gobierno, no sea el mejor negocio para ellos.

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