OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Modificar el sistema político y de partidos

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

El sistema político es la garantía, tanto nacional como internacionalmente, de que no habrá sorpresas, de que habrá previsibilidad y que, por ejemplo, las reglas de juego, tanto para la inversión extranjera como la nacional, se mantendrán.

Hay que evitar los golpes de timón y los movimientos pendulares que hagan que cada Gobierno arranque de cero. Hay que tratar de que ninguna fuerza política tenga la mayoría absoluta y mucho menos la calificada, pues supondría una polarización suficiente que, automáticamente, llevaría a que, con un cambio de Gobierno, las cosas cambien totalmente.

Pese a lo que pasó el 28J, no se puede esperar resultados de un momento para otro; pero si se pueden establecer reglas que permitan que partidos grandes, medianos o pequeños puedan trabajar en coaliciones, sin sacrificar sus elementos constitutivos y puedan mantener su identidad a la hora de votar sobre diferentes temas.

Además, hay que modificar el sistema político de partidos y de financiamiento de campañas para evitar que los que tengan más plata, tengan más posibilidades de acceso al poder. Hay que volver a la proporcionalidad del sistema y separar las elecciones para que cada una tenga su propio peso específico. No se trata de ser bueno sino de hacer lo correcto; hay que tomar riesgos y asumir costos políticos que, posiblemente, los puedan asumir mejor las coaliciones que los partidos individualmente.

Es natural que quien está en el poder vaya desgastándose y que la oposición, desde la crítica, vaya preparándose para la sustitución. Si el sistema permite que el desgaste del poder se compense con un excesivo gasto público para mantenerse, entonces, se produce una distorsión donde el bienestar colectivo pasa a un segundo plano.

Hay que tener en cuenta que el equilibrio o el desequilibrio político se reflejarán en los nombramientos de la justicia y en los organismos de control, debilitándose de esta forma toda la institución pública.

Todo lo anterior está asociado a la posibilidad de que el próximo 10 de enero realmente se produzca un cambio de gobierno, porque de otra manera, la caída en la que se encuentra el país, se profundizará y cada vez será menos posible una recuperación fácil… así haya un “Plan Marshall” donde los países más poderosos de la tierra apoyen al nuevo gobierno, trayendo inversiones y contribuyendo a la estabilidad.

Aunque es triste decirlo, pareciera que sin ayuda externa será difícil mantener la gobernabilidad; ya sea que el legislativo esté en manos de la AN2015, o la del 2020… o una mezcla de ambas. Porque lo que sí será necesario es que a partir del 10E, haya acuerdos de gobernabilidad, con visión de futuro, y sin mirar para atrás.

“El pasado nos explica cada vez menos sobre la forma que tendrá el futuro… entonces, hablemos del futuro”.

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