OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Modelaje social

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

En nuestra Venezuela del 2023 con una población de alrededor de 26 millones de habitantes, 21 millones de los cuales están en diferentes grados de pobreza, la Responsabilidad Social Empresarial debe revestir características especiales, más orientadas a dar prioridad al entorno que a los trabajadores propios, pues existe una brecha muy grande entre las condiciones de nuestros trabajadores, por básicas que sean, y las brutales carencias de los sectores excluidos que generalmente rodean nuestros centros de operación y producción.

De la población económicamente activa del país, la perteneciente al sector del empleo formal, es la única que goza de la protección del marco jurídico formal -Ley del Trabajo, Lopcymat, Locti- y de las técnicas gerenciales orientadas a la administración exitosa del recurso humano. Ya sea que la gerencia que les toque sea buena o mala, que el empresario sea responsable o que no lo sea, tienen como mínimo un conjunto de condiciones favorables que los privilegia y diferencia del resto de los venezolanos.

A grandes rasgos, se puede asumir que los trabajadores del sector de empleo formal están cerca de los 4 millones y que los millones restantes de la población económicamente activa no están bajo el paraguas de ninguna empresa, pública o privada.

Sin descuidar las condiciones laborales de sus trabajadores, cada empresario debe tomar conciencia de la importancia estratégica que tiene su entorno tanto para el desarrollo de su negocio en particular, como para el del país en general.

La RSE bien entendida para nuestro país debe poner énfasis en la cara afuera de la empresa, de forma tal de contribuir, adoptar, incorporar partes de esa inmensa cantidad de gente que hoy está atendida solo por programas del Estado y de algunas ONG. No existe tal cosa como una empresa exitosa en un entorno de pobreza… podrá parecer exitosa en el corto plazo, pero no es viable en el mediano.

Entendemos que las bases conceptuales de responsabilidad social empresarial, para nuestro caso venezolano, son insuficientes para atacar los niveles de pobreza y exclusión existentes, por lo que proponemos una lectura más orientada a producir resultados que integren a la inclusión y el desarrollo.

El esfuerzo que se requiere es tan importante e inmediato que no se puede basar solo en los conceptos de RSC o RSE tradicionales, sino que debe considerar una mayor profundidad que hemos llamado Responsabilidad e Inclusión Social Empresarial (RISE).

Se trata de incorporar en el negocio estrategias que aseguren la sustentabilidad y el compromiso social que requiere el entorno venezolano.

El compromiso con la RISE debe ser un compromiso estratégico de largo plazo y global, que condicione la conducta y la cultura de la empresa y de la alta dirección quien debe determinar el contenido y alcance del compromiso social de la empresa.

De hecho, la política de RISE de una empresa debería ser pública, formulada por la alta dirección, con el compromiso de todas las áreas y a su vez debería proporcionar un marco para la acción y el establecimiento de objetivos por lo que debe incorporarse a la Misión y Visión de la Empresa.

Bajo el paraguas de un liderazgo ético, los objetivos de la RISE deben poder articularse con los procesos de negocio de la empresa, por lo cual deberían ser:

En el entendimiento de que los gobiernos por si solos no lograrán los objetivos de inclusión social, le asignamos al actor social “empresa” (también llamado “Ciudadano Corporativo”) el rol de asumir responsabilidades de inclusión, teniendo en cuenta que la distribución geográfica a nivel nacional, de las diferentes unidades de negocio (fábrica, almacén, depósito, oficina) le dan a este actor una amplia cobertura con posibilidades de rápida penetración e impacto.

Les proponemos a las empresas una manera sistemática de aproximarse al tema de la inclusión social. Vemos estos esfuerzos por parte de las empresas en forma evolutiva, con el propósito de diseñar y desarrollar una cartera de proyectos para asegurar en lo económico y social (más allá de lo técnico y ambiental) la sustentabilidad de los negocios de una empresa.

Hemos desarrollado una guía metodológica que acompañe y guíe los esfuerzos empresariales de la RISE, teniendo la característica de ser iterativa y evolutiva en la medida en que la empresa vaya profundizando su compromiso estratégico con su entorno social. Tiene además la particularidad de concentrarse en el tema socio económico, considerando que para el tema ambiental hay desarrollos conceptuales y metodológicos maduros que los atienden, mientras que en lo netamente social se está en una etapa incipiente, inclusive a los efectos de establecer límites disciplinarios. Entonces nos concentraremos en lo socio- demográfico y en lo socioeconómico.

Es importante que la empresa tenga claridad en el peso que se le asigna al componente social en su modelo de negocios, en su sentido de dirección y en su Norte Estratégico. La Visión de Negocios de una empresa sustentable tiene tres dimensiones, la técnico- económica, la ambiental y la social, debiendo establecerse fronteras claras de responsabilidad operativa, considerando que las tres dimensiones se articulan a través del modelo de negocio.

Para este caso y en beneficio de la focalización y especialización, proponemos que se defina la Visión Social de la empresa, orientándola hacia la promoción del desarrollo socioeconómico y más específicamente hacia el desarrollo endógeno en su área de influencia, la cual deberá ser identificada con precisión.

La estrategia en la cual se apoya la cartera de proyectos asociada a las líneas sociales de la empresa, se fundamenta en la premisa de que todo proyecto debe tener un sentido de dirección o Norte Estratégico.

El camino hacia ese Norte Estratégico, partiendo de la situación actual (hoy), consta de tres componentes o bandas: la banda social (de la cual se ocupa este trabajo), la banda ambiental y la banda llamada técnico-económica (relacionada con la operación del negocio de la empresa). Si bien este trabajo se concentra en la banda social, en paralelo están corriendo las otras dos, por lo que hay que destacar que las tres bandas (ambiental, técnico-económica y social) interactúan entre sí permanentemente. El camino a recorrer y todo aquello que debe considerarse en el recorrido se representa a través del modelo estratégico, el cual puede apreciarse gráficamente en las siguientes figuras.

Los linderos entre la banda social y la técnica están claramente definidos, sin embargo, entre lo social y lo ambiental, aún se observan algunos solapamientos originados por ser el social, un tema que estaba incorporado como parte del alcance de proyectos ambientales. Con la finalidad de delimitar el campo de acción entre estas especialidades, hemo s definido que lo socio-cultural sería el ámbito de acción de la experticia ambiental, mientras que lo socio-económico sería responsabilidad de la experticia social. Finalmente, la integridad de las tres bandas hace que el negocio tenga sustentabilidad.

El camino hacia el Norte Estratégico está limitado por dos grupos de referencias:

Para conservar la consistencia en los esfuerzos, proponemos la utilización de un enfoque metodológico, que consiste en identificar la estrategia contenida en la visión y misión de la empresa y utilizarla como un ancla para desarrollar una cartera de proyectos sociales que la satisfaga. Para lograrlo, deben definirse aspectos tales como: el área de influencia, el marco estratégico y jurídico, el plan o modelo de comunicaciones, el mapa de actores (teoría de stakeholders), establecer convenios marco, realizar diálogos participativos y caracterizar la zona.

En cuanto a la definición del área de influencia y a la caracterización, estas van variando con el tiempo, y se van circunscribiendo, focalizando y especializando.

Es importante resaltar que la aplicación de la metodología es iterativa en el tiempo a medida que se avanza en la especialización en el tema social y que se adquiere más información relevante.

Para alcanzar el Norte Estratégico o Visión Social establecidos, se desarrollará una cartera de proyectos que permitan organizar la inversión social estableciendo estrategias para el desarrollo e inclusión social que consideren las áreas de negocio de la empresa.

La figura siguiente presenta el modelo metodológico que consta de dos cuerpos, el de desarrollo de las actividades vinculadas a la conceptualización y provisión de contenido, y el de implantación que muestra las diferentes dimensiones empresariales y gerenciales que están involucradas en el despliegue e implantación en el ámbito de la empresa.

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